Participación de los niños en las operaciones guerrilleras de Sendero Luminoso en Ayacucho
Enviado por Cielo Ocas Huamán • 14 de Enero de 2025 • Documentos de Investigación • 1.599 Palabras (7 Páginas) • 26 Visitas
¿De qué manera influyó la participación de los niños en las operaciones militares de Sendero Luminoso en Ayacucho?
Participación de los niños en las operaciones guerrilleras de Sendero Luminoso en Ayacucho
El conflicto interno en Perú, iniciado a principios de la década de 1980, tuvo como principal protagonista a Sendero Luminoso, un grupo guerrillero que utilizó métodos extremos para alcanzar sus objetivos revolucionarios. En este contexto, la participación de niños en sus operaciones militares fue una de las tácticas más impactantes y controvertidas. En la región de Ayacucho, epicentro del conflicto, estos menores no solo cumplían tareas logísticas, sino que también participaban directamente en la lucha armada. De ese modo, este trabajo explora cómo la participación de los niños influyó en las operaciones guerrilleras de Sendero Luminoso en Ayacucho. Por lo que se responde a la pregunta: ¿De qué manera influyó la participación de los niños en las operaciones militares de Sendero Luminoso en Ayacucho?
Primero, Sendero Luminoso acude al reclutamiento forzado de niños en las zonas de Ayacucho. A inicios del conflicto armado, SL se dispuso al reclutamiento de compatriotas que voluntariamente querían ser parte del movimiento popular, sin embargo, su ideología también los inclinaba al reclutamiento forzado de niñas ya que se este grupo era la nueva generación por lo que veían en ellos la oportunidad de cambiar su ideología transmitiéndoles las del proletariado. “El reclutamiento se realizó mediante coacción, engaños y violencia. Muchos participan bajo presión y por temor a las represalias. Cuando las comunidades o las familias se negaron a entregar la «cuota» de sus hijos, los senderistas amenazaban o asesinaban a los que se oponían”. (CVR, 2023, TOMO IV/1.8) En lo presentado por el CVR se puede conocer cómo era el “modus operandi” de los terroristas para reclutar a niños y niñas de Ayacucho. Se dice que ellos consideraban el reclutamiento de niños como una cuota que los comuneros debían pagar o si no serían asesinados. Dado esto, las amenazas y asesinatos contra quienes se oponían al reclutamiento muestran un patrón de violencia utilizado para obligar a las familias a entregar a sus hijos. Los niños, por su edad y dependencia, eran vulnerables a estas tácticas de coacción. A través de las amenazas y la inducción al miedo, los mandos podían asegurar la lealtad de los niños hacia el grupo.
Seguidamente, los niños reclutados conformaban un grupo denominado “los pioneros rojos”, estos eran llevados a las bases guerrilleras en dónde cumplían diversos roles que se les eran asignados según su edad y condiciones físicas. Estos permanecían junto a las masas donde recibían las enseñanzas de los mandos a cargo. “Los Pioneros Rojos realizaban varias tareas, incluyendo vigilancia, entrega de mensajes, espionaje, limpieza, suministro de alimentos y otras necesidades. Otros eran porteadores, transportando banderas o municiones.” (Aprodeh, 2004). Las actividades realizadas por los niños permitieron a Sendero Luminoso mantener una presencia eficiente en las zonas rurales, dificultando el actuar de las fuerzas armadas para detener el conflicto. Su presencia en roles logísticos como el suministro de alimentos o el transporte de municiones reducía la implicancia de adultos en este tipo de tareas, liberando a los terroristas para concentrarse en las operaciones guerrilleras. Así mismo, les enseñaban estrategias para escapar en caso de una emboscada militar por lo que los infantes estaban preparados e instruidos para casos de emergencia.
Además, la instrucción militar de los niños pioneros fue una estrategia clave de Sendero Luminoso. Los niños reclutados necesitaban ser instruidos militarmente para contribuir en las operaciones de SL una vez que éstos alcanzaban la edad de 12 años. “La “fuerza principal” enseñaba a los niños pioneros, a partir de 12 años, el uso y manipulación de armas, lanzas, hondas y elaboración de bombas.” (Informe final, “Los crímenes perpetrados” pg. 36) Esta instrucción les daba a los niños habilidades guerrilleras desde una edad temprana, transformándolos en actores efectivos en el campo de batalla. Esto permitió a Sendero Luminoso aumentar su capacidad de ataque, consolidar su control territorial y extender el conflicto en más zonas de Ayacucho, utilizando a los menores como instrumentos en su guerra popular.
Para garantizar la lealtad de los niños hacia el partido, debían ser adoctrinados con la ideología marxista, aprovechándose del poco conocimiento cultural de los infantes. “Nos enseñaban canciones guerrilleras y a dibujar la hoz y el martillo , nos decían constantemente que íbamos a llegar al poder y que, si escapábamos, los militares nos iban a matar. No nos enseñaban a leer o a escribir, todo era verbalmente.” ( CVR. BDI‐I‐P667. Entrevista en profundidad. Oronqoy, Chungui. Varón de 38 años.). La enseñanza de canciones y símbolos era una técnica de propaganda que reforzaba la ideología marxista y preparaba a los niños para aceptar la violencia como el único medio para alcanzar el poder. El hecho de que las enseñanzas fueran completamente verbales, permitía mantener a los niños enfocados en la narrativa revolucionaria, lo que limitaba sus capacidades para cuestionar la autoridad del grupo, siendo completamente manipulables. Por otro lado, la edad y la capacidad crítica de los niños provocaba que estos no comprendieran completamente la ideología que se les enseñaba, creando confusión dentro de ellos. Al inculcarles desde pequeños la visión del Estado como enemigo, Sendero Luminoso eliminaba cualquier tipo de simpatía hacia las instituciones estatales, consolidando así su control ideológico en las comunidades de Ayacucho.
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