Partidos Políticos Y Nuevas De Representación

PARTIDOS POLÍTICOS Y NUEVAS FORMAS DE REPRESENTACIÓN EN MÉXICO

La crisis del Estado de bienestar ha traído consigo una disminución de la identificación de los ciudadanos con las instituciones tradicionales; en particular, un distanciamiento con respecto a los partidos políticos como formas específicas de intermediación entre la sociedad y el estado.

En las democracias occidentales, este fenómeno se ha combinado con la aparición de nuevas demandas de la sociedad, las cuales han sido, en general muy lentamente, incorporadas por los partidos en sus programas. Estas demandas se caracterizan por esbozar conflictos que van más allá de la problemática tradicional vinculada con las cuestiones materiales. Las recientes exigencias aluden aspectos que han surgido en la sociedad contemporánea, reflejando contradicciones alrededor de grupos sociales específicos y, muy especialmente, sobre la calidad de vida.

Por otra parte, es significativo que la mayoría de quienes realizan estas nuevas demandas lo hacen pensando no solo en sus intereses particulares, respecto a bienes materiales o condiciones de trabajo, sino en los de la sociedad en su conjunto. Se diferencian así de los viejos grupos de presión, los cuales llevaban a cabo sus demandas buscando un beneficio colectivo, pero reducido a sus intereses de grupo. Hoy se trata de otro tipo de identidades colectivas vinculadas a la edad, el género, al ambiente, o al ser humano en general.

Por otra parte, si bien en el caso mexicano estos elementos se encuentran presentes, no aparecen con la misma lógica e intensidad que en la mayoría con las democracias occidentales. En primer lugar, no se trata del agotamiento de un sistema de partidos vinculado a la competencia electoral sino, por el contrario, de la crisis de un sistema de partidos hegemónicos enmarcado en la falta de competencia. En segundo sigue siendo preponderantes las demandas sociales vinculadas a los movimientos de clase, ya que los planteamientos posmodernos se encuentran todavía en una fase inicial.

No obstante, la exigencia pro ampliar los espacios de participación son cada día mayores. Los nuevos conflictos son básicamente los mismos que en los países desarrollados. Por tanto, las inéditas formas de participación y representación que han surgido en la sociedad mexicana manifiestan la activación de grupos sociales resultado del desarrollo, los cuales están establecidos fundamentalmente en los centros urbanos. Lo anterior también incluye el hecho de que algunos de los viejos problemas, rezagos y olvidados, están hoy siendo observados con nuevos ojos y tratados desde nuevas perspectivas.

Las siguientes notas tienen como objetivo presentar algunos aspectos que nos permitan establecer con certidumbre el fenómeno de las nuevas formas de representación política en México y su relación con los partidos.

En general, la mayor parte de las veces la temática no es presentada en forma muy simple, llena de lugares comunes y tal vez, demasiado ideologizadas. En primer lugar me parece muy importante ubicar con claridad en que consiste específicamente la crisis de los partidos y el reto que significa para la democracia representativa las nuevas estructuras de intermediación social.

Asimismo, debemos definir las características de la crisis del Estado de bienestar en el contexto mexicano, donde encontramos un sistema de partidos en transición hacia una mayor pluralidad. Por ultimo, presentaremos una clasificación de los movimientos y las organizaciones sociales que han surgido en los últimos tiempos en el país, con la intensión de distinguirlas entre sí.

LA CRISIS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

La crisis de los viejos partidos tiene su origen en el cambio de función después de la segunda guerra mundial. En la medida en que debieron involucrarse al mercado político, dejaron atrás su radicalismo ideológico, se convirtieron en “partidos de todo el mundo” y las burocracias profesionales desactivaron la militancia de clase. Buscaron votos en toda la sociedad y dejaron de ser representantes exclusivos de sectores sociales específicos.

Otros autores sugieren que el distanciamiento ciudadano respecto de los partidos se inició con el cambio de valores y habilidades, producto de la satisfacción de las necesidades básicas de ampliar capas de la población en las sociedades occidentales.

Tienen que ver con un cambio generacional que refleja nuevas actitudes, evaluaciones y comportamiento

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