Países En Subdesarrollo, En Una Carrera Por El Libre Comercio.

Después de una época en la cual las determinaciones económicas y sociales desataron una de las mas importantes revoluciones, la independencia llego con el fin de abrir paso a una nueva era marcada por renacientes y fervorosos deseos de iniciar una etapa en donde el desarrollo de la región y la entrada a la gran red o sistema de comercio mundial paulatinamente abría el paso a discusiones organizacionales y conceptuales en respecto con la manera por la cual se dirigían los pueblos y se organizaban las finanzas publicas. Las historiográfica económica del siglo XIX es ahora una de las mayores preocupaciones de los historiadores ya que a pesar de en algunos casos presenciase escasez en la información y delimitación en los conceptos que lo conciernen, es desde ahí que se pueden impartir cuestionamientos sobre la noción de desarrollo de los pueblos en la época y la manera de pensar en cuanto con las diferencias en las condiciones de los paises ya desarrollados.

Aunque las diversas edificaciones históricas de los estudiosos han formado diferentes formas de ver la “economía” y su desenvolvimiento en el siglo XIX, hay algo que si es seguro en toda la documentación y es la inclusión del territorio a un mercado mundial y la eliminación del feudalismo del sistema colonial. La atención al mejoramiento de las fuerzas productivas y de la competitividad de la misma para trascender de un modo de producción colonial a un burgués o comercial fue un objetivo cuestionable. Sin embargo las desigualdades desde el punto de vista de desarrollo de economías precapitalistas y las economías capitalistas además de la difícil o lenta adaptación para alcanzar el nivel optimo de las exportaciones requeridas, incentivaban el debate sobre la eficaz conexión o aprovechamiento del comercio para el pueblo mismo o la explotación por parte de las grandes economías proveniente de la división del trabajo presente desde tiempos remotos.

No es difícil imaginar las condiciones de un pueblo que apenas estaba comenzando su carrera; casi imposible era anteponerse o colocarse a la par sobre sus competidores ya que las condiciones eran diferentes; cientos de años de explotación, de mala administración y de negligencia no fue una cuestión aislada frente a un periodo de apertura en el siglo XIX, todavía se manifestaba en pesima remuneración asalariada, la mala articulación con el mercado mundial, escasa especialización productiva, y una actitud especulativa de los empresarios en donde su deseo era explotar los ciclos de precios de productos que no tuvieran una oferta estable; nunca existio el anhelo y una planificación para reinvertir las utilidades en el desarrollo de la capacidad productiva, lo único que querían eran hacer ganancias fáciles.

Por ello para la teoría económica no es tan sencillo contrastar o moldear las condiciones de los estados en desarrollo a los modelos ya implantados en países desarrollados en donde las connotaciones sociales y culturales no se incluyen en el análisis por la simple razón que las mismas están dirigidas por un camino de eficiencia optima. Especialmente en el territorio neogranadino las formas sociales y culturales de ver la economía, la producción, el progreso y el poder convertían los estudios en caminos difíciles para preveer el

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