Pelicula Los Pecados De Mi Padre

Debieron pasar casi 15 años de vivir en el anonimato en la Argentina para producirse un documento fílmico que permitiera sacar a la luz pública al hijo de quien fuera el narcotraficante más temido de Colombia y uno de los más reconocidos a nivel internacional. Juan Pablo Escobar, es el hijo de Pablo Escobar Gaviria, capo de capos de la mafia colombiana asesinado por las autoridades tras una cruenta búsqueda que culminó el 02 de Diciembre de 1993. Tras su muerte se cerraba para el país el capítulo de violencia bañada por el narcoterrismo durante una década completa y se abría el camino de la “justicia” tras los magnicidios del Ministro de Justicia de aquel entonces, Rodrigo Lara Bonilla, quien fue el primer político en poner en evidencia las actividades ilícitas de Escobar y el candidato presidencial y periodista Luis Carlos Galán Sarmiento como forma de lapidar, una vez por todas, el tema de la extradición, uno de los pilares de su campaña política.

La película documental va haciendo un recorrido por el doloroso y vergonzoso pasado de la historia política del país matizandola con la versión dulce – algo más que entendible – de un hijo que tuvo como padre a un ser que a causa de su grandiosa fortuna le brindó una niñez soñada y excéntrica que incluyó la también exuberante Hacienda Nápoles. Pero ante todo la intención es mostrar a un jóven que al igual que los hijos de Galán y el de Lara Bonilla ha sido una aparente víctima del trágico legado de su padre así como lo prueba su exilio y el cambio de nombre, ahora llamado Juan Sebastián Marroquín.

Lo que más se puede destacar de este documento fílmico es, por sobre todo, el logro de un director por generar la confianza en el hijo de Pablo para que regresase al país, se atreviera a enfrentrarse a un cámara, saliera a la luz y contara su propia historia, además de propiciar la atmósfera casi perfecta que lo llevara a la elaboración de una carta pidiendo perdón por los crímenes de su padre y el posterior encuentro con los hijos de Galán y Lara Bonilla.

En un país en donde la lista de crímenes es interminable, la premisa del documental es sembrar las semillas del perdón y la reconciliación, pero es esta misma premisa la que se convierte en el punto más debatible. El tema del perdón debió venderse como un “ejemplo más” de reconciliación de un pueblo que está acostumbrado a perdonar de manera peculiar y hacerlo con asombrosa velocidad a fuerza de tanto vejámen. Tengamos en cuenta que lo que muchos llamamos indolencia ante tanta violencia, puede ser una forma sincera de blindarse y perdonar.

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