Peluqueria y maquillaje del siglo XVIII

ULTIMA MITAD DEL S XVIII

PEINADO.

Sobre la mitad del siglo, el nuevo rey de Francia Luis XV, impone un nuevo estilo de pelucas, más pequeñas para los hombres y el riguroso empolvado blanco o preferentemente grisáceo. Los hombres también usan desde mediados de siglo una cola de caballo en la nuca, atada con una cinta, estilo que se vuelve muy popular en todas las cortes. Las mujeres tenían un estilo de peinado mas simple llamado “tete de mouton” (cabeza de oveja), consistía en bucles cortos y algunos mechones de pelo sobre la nuca.

 A partir de 1770 el uso de las pelucas también se extendió a las mujeres, y a medida que los años pasaban las pelucas se fueron haciendo más exuberantes, especialmente en Francia.

En Francia, el ideal de mujer en el siglo 18 tenía el pelo de color negro, marrón o rubio ( de moda sobre todo durante el reinado de María Antonieta).También en ciertos momentos se popularizó el pelo rojo. Les Gustaba dar al cabello una textura ondulada o rizada.

 Las pelucas masculinas eran por lo general blancas o grisáceas pero las de las mujeres eran en colores pasteles, rosas, violetas o azules. Indicaban por su ornamentación, la mayor o menos posición social de quien la usaba, se hacían por lo general con pelo humano, pero también con pelo de caballo o de cabra. Las mujeres continuaran con sus estilos extravagantes hasta la llegada de la Revolución Francesa, donde todo el lujo y la exuberancia queda prácticamente anulado por la nuevas ideas republicanas. A partir de allí, los peinados serán más clásicos y sencillos y volverá a usarse el pelo natural.

MAQUILLAJE

El maquillaje más común consistía en consistía en polvo blanco que cubría la cara, el cuello hombros y escote, estos polvos estaban hechos a base de plomo, que era muy famoso por su opacidad pero también por su toxicidad. Para realzar el contorno de las venas muchas veces trazaban su contorno con lápiz azul para resaltar la blancura de la piel.

Otros ingredientes para lograr el elixir de la palidez era el bismuto y el vinagre. Se hacía foco en las mejillas, que tenían que verse muy rosadas en contraste con la palidez del rostro.

Mientras las damas de la corte usaban grandes y exageradas franjas de rubor desde la esquina del ojo hasta la comisura de los labios, las burguesas y las nobles provincianas eran mas discretas.

Las cejas se usaban en forma de medialuna con finales estrechos. Generalmente se oscurecían con un lápiz con sauco o con corcho quemado. Los hombres y mujeres de la corte eran mas extremos y ocasionalmente usaban cejas falsas hechas con piel de ratón.

Los parpados no se maquillaban. En algunos retratos se ven enrojecidos pero eso probablemente se debe a una reacción alérgica al plomo.

Se usaban los lunares oscuros conocidos como “mouche” (mosca) que se hacían de seda, de terciopelo, de satén o de tafeta y se adherían a la cara con pegamento, esta tendencia pertenecía a la aristocracia tanto hombres como mujeres.

Para mediados del siglo, comenzaron a venderse barras para labios, muy rusticas. Otra forma de enrojecer los labios era usando alcohol destilado o vinagre. Los labios se maquillaban de forma tal que quedaban hechas unas pequeñas y simpáticas trompitas.

En Inglaterra el ideal de mujer era con la tez de un color entre blanco y pálido, mejillas rojas de forma circular o de triángulo invertido, y los labios rojos. Había dos principales cosméticos usados ​​por la mayoría de las mujeres y los hombres: blanc y colorete .

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