Penal del topo chico

Antecedentes

El Centro de Prevención y Readaptación Social (CERESO) Topo Chico es una prisión estatal conocida como "Penal del Topo Chico" está ubicada en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, México. El penal del Topo Chico es uno de los más viejos del estado de Nuevo León, construido en 1947 como una prisión para hombres, aunque actualmente tiene un área acondicionada para mujeres. La prisión, ubicada en el cruce de las avenidas Aztlán y Rodrigo Gómez, al poniente de Monterrey, alberga a prisioneros estatales y federales, así como del fuero común.

La prisión tiene una capacidad para 3 mil 635 internos pero alberga a 3 mil 979 reos, de los cuales 3 mil 498 son hombres y 481 mujeres. La zona para mujeres tiene una capacidad para 391 personas.

Un reporte de la Comisión estatal de Derechos Humanos de Nuevo León (CEDHNL) indicó que en 2013 la prisión de Topo Chico tenía una sobrepoblación de 55% en su área varonil, y de 56% en el área femenil.

En una visita en 2014, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) contabilizó 4,585 reos en la cárcel de Topo Chico, siendo que tiene capacidad para alojar a 3,635 internos.

En entrevista, el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, dijo que la sobrepoblación en el penal era casi del 100 por ciento; sin embargo un reporte de la CNDH, del 2015, señala un hacinamiento de 21.65 por ciento.

"Este penal tiene una sobrepoblación casi el 100 por ciento, es el penal más viejo que tenemos en el estado y tenemos una serie de reos federales, locales, desde el fuero común, entonces es un penal que tiene ya más de 60 años de existencia y, obviamente, lo tenemos saturado", dijo "El Bronco".

Agregó que debido a la sobrepoblación, las visitas conyugales se programan "casi todas las 24 horas" y hay 100 custodios en todo el penal.

"Las visitas conyugales se van programando y se utilizan casi todas las 24 horas, es decir, no hay un horario específico que tú puedas de cierta manera tener un control, porque sí existen horarios de visita conyugal, pero como está sobresaturado el penal (...) utilizando casi todos los días", dijo.

Cuenta con una sobrepoblación de internos lo cual es un punto muy importante criminológicamente hablando ya que esto provoca espacios reducidos para los internos, esto provocando molestias y problemas entre ellos mismos. Destacando que hay internos con privilegios a los cuales se les dan celdas personales lo que nos lleva a un problema todavía más grande.

Otras deficiencias en Topo Chico, detalló la CNDH, están en la prevención y en la atención de incidentes violentos; en las condiciones materiales, de higiene y equipamiento de las instalaciones para alojar a los internos, y en la falta de manuales de procedimientos para el ingreso y el traslado de internos, y para el uso de la fuerza.

Además la Comisión documentó la presencia de cobros por parte de los custodios y de los internos, y la existencia de “áreas de privilegios, objetos y sustancias prohibidas, e internos que ejercen violencia o control sobre el resto de la población”.

Consuelo Morales, de la organización de Nuevo León Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos (Cadhac), dijo a Animal Político que en cárceles como la de Topo Chico existen “autogobiernos” e “irregularidades cotidianas”, con presos que imponen sus propias reglas y riesgos de seguridad.

“Se han hecho algunas cosas, pero el Estado todavía no tiene el control de los penales”, dijo en entrevista. “Tenemos muchos años alertando de la situación de las cárceles”, agregó. “Son una bomba de tiempo”.

En cuanto a la cifra de custodios, la CEDHNL apuntó que Topo Chico solo tenía 75 elementos. Eso equivalía a un déficit de unos 940 custodios.

Otras carencias observadas, según la Comisión estatal, son las fallas en los sistemas de cámaras, y la inexistente separación entre procesados y sentenciados.

Topo Chico es uno de los tres penales que tiene el estado de Nuevo León, en el norte de México. En él también hay población femenil.

Según la Comisión Estatal, los espacios para alojar a los internos carecen de higiene, suficientes áreas de baños y regaderas. Las celdas, donde hay una litera de concreto sin colchones, albergan entre 5 y 10 personas y no cuentan con luz natural ni artificial ni tampoco ventilación.

Las autoridades del penal reconocieron, según el informe de la CEDHNL que varias de las instalaciones del centro eran insuficientes: Ingreso, dormitorios, protección, locutorios, talleres, aulas, visita íntima, instalaciones deportivas y patio. Además, la inexistencia de un área destinada a la visita familiar. “Personal de este organismo pudo constatar que la separación entre internos e internas no es absoluta, ya que existen áreas compartidas por ambas poblaciones, tal como las áreas de servicios médicos, imprenta, cocina general y visita íntima”, indicó la CEDHNL.

En el penal hay  12 internos homosexuales y 7 con VIH/SIDA, que están separados del resto de la población.

En 1980 hubo un motín en el penal de Topo Chico, el cual dejó sin vida al entonces director Alfonso Domene Flor Milán. Fue el 24 de marzo de 1980 cuando un interno desarmó al capitán Alfonso Domene, y además secuestró a su chófer y a tres secretarias. Los delincuentes el “Cubano” y el “Huevo” pedían la liberación de 12 reos, y para ello entraron a un sala y mataron de un tiro en la cabeza al Capitán Domene.

Más tarde lograron negociar la liberación de los rehenes con el que era el procurador Rubén Zarazúa, el director de la policía, el coronel Ernesto Landín Mijares y el jefe de la judicial, Fernando Garza Guzmán. Y fueron liberados los secuestrados y las secretarias. Las autoridades dijeron a los criminales que en el patio del penal sería colocada una camioneta para que huyeran, sin embargo, fueron acribillados tan pronto se acercaron al vehículo.

Esto deja en claro el sistema de seguridad con el que cuentan. Asesinaron al director del penal siendo él la primera autoridad en ese centro, su seguridad es fatal no solo en cuanto a la protección de las autoridades sino en cuanto a la vigilancia interna, si se manejaran cámaras de seguridad, personas realmente capacitadas y preparadas para estos casos, este tipo de situación no hubiera ocurrido.

En base a esto que sucedió aumentaron la seguridad y se tomaron nuevas medidas de prevención pero al parecer no fueron lo suficientemente buenas para mantener el orden y el control dentro del sistema penitenciario.

Hubo un motín que sucedió en el 2008, que se alargó varios días y en el que unos 2,000 reos, según medios locales, arremetieron con 100 Zetas que pretendían hacerse con el control del recinto. Todo esto implementado por la falta de seguridad y el soborno que se encuentra dentro del penal, que como lo mencione anteriormente, los reos de altos rangos delictivos o de delincuencia organizada cuentan con “lujos” y buenos tratos por parte de las autoridades, mientras que los de baja influencia y bajos recursos sufren de abusos y maltratos por parte de las autoridades como de los demás reos que poseen el control.

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