Pensamiento liberal mexicano en la primera mitad del siglo XIX

Introducción:

El origen del pensamiento liberal mexicano tiene lugar en la primera mitad del siglo XIX. El liberalismo representa por un lado, el surgimiento de una clase económica: la burguesía. Por otro significa un cambio paradigmático que sacudió desde sus cimientos las estructuras políticas, económicas, culturales, religiosas y educativas heredadas de la Colonia. Estos cambios trajeron consigo la conformación de un nuevo tipo de hombre, donde el banquero, el comerciante, el industrial, reemplazaron al terrateniente y al eclesiástico. Los conceptos de iniciativa social y control social cedieron su espacio a los conceptos de iniciativa individual y control individual.  

En ese contexto de profundos cambios, los liberales impulsaron la transformación del México colonial. Por ejemplo, el Congreso constituyente de 1857 concebía la libertad de enseñanza como factor primordial en los pueblos y donde todos los ciudadanos eran iguales ante la ley; se prohibió la esclavitud y la enseñanza adquirió un carácter libre; cobró fuerza la libertad de expresión y todo trabajo tenía que ser remunerado; se prohibieron a las corporaciones civiles y eclesiásticas tener o administrar propiedades urbanas y rurales, como casas, haciendas o tierras de cultivo.

Derivado de las leyes de Reforma, las propiedades de la Iglesia pasaron a ser bienes de la Nación; el gobierno fue el encargado de administrar hospitales, cementerios y establecimientos de beneficencia sin la intervención de la Iglesia. Estos cambios originaron la formación de un segundo imperio apoyado por Francia. El arribo de  Maximiliano y su esposa a México tenía el propósito de defender a la Iglesia y a los conservadores. Sin embargo Maximiliano demostró que tenía afinidad con las ideas liberales, ya que apoyó las Leyes de Reforma y ayudó a las poblaciones indígenas para que su educación contemplara el uso de su lengua natal.

En 1858 Benito Juárez ocupa la Presidencia de la República y desde ahí impulsó una serie de Reformas en las que los liberales participaron activamente en la elaboración de leyes, la administración pública, el periodismo y la vida cultural de la época. Las ideas del bando liberal ayudaron a desarrollar la incipiente democracia mexicana; sus propuestas originaron profundas transformaciones políticas y sociales. La educación dio un cambio radical: se defendió la igualdad, la legalidad y la democracia. La enseñanza tenía que ser pública, laica, gratuita y obligatoria, y sobre todo, accesible para todos sin importar el género ni estatus social.

Conclusiones.

Uno de los movimientos sociales más trascendentales de la Historia educativa de nuestro país ha sido el liberalismo. Abraham Talavera señala acertadamente que como corriente del pensamiento, el liberalismo “nació al parejo de la nación” y tanto las ideas liberales como la nación se necesitaron mutuamente y se retroalimentaron. Esta condición explica el por qué el liberalismo como corriente del pensamiento “domina buena parte del siglo XIX y conservar influencia y vigor en el México de nuestros días”. (Talavera, 1973. p. 9)

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