Plan Pinedo

                                                              INTRODUCCIÓN

En este trabajo nos hemos propuesto explicar y desarrollar las características del Plan Pinedo con la idea de plasmar hechos que marcaron la economía de este país a partir de 1940 enfocándonos específicamente en el desarrollo de dicho plan ya que, constituyó un hito importante en la relación entre el conservadurismo en el gobierno y los principales sectores empresarios.

Nuestro trabajo consta de 3 partes: En primer lugar, hablamos sobre quién fue Federico Pinedo, qué puestos ocupó a lo largo de su vida en la política del país, qué ideologías apoyaba, qué objetivos perseguía, entre otras cosas que creemos fueron importantes para poder explicar con detalle lo que fué este importante plan.

En la segunda parte, se desarrollan todos los aspectos que formaron parte del plan. Explicaremos cómo se formó y para qué, los objetivos a los que se quería llegar con este, en qué consistía y también hablaremos sobre su discusión en el congreso y su fracaso político.

Finalmente, hablaremos sobre el fracaso del plan, los motivos de su rechazo y quiénes fueron los que lo rechazaron. Debido al fracaso del plan, se realizaron numerosos debates que se extendieron hasta el año 1946, dentro de este tema especificaremos algunas ideologías que conservaban los integrantes de dichos debates.

                               Federico Pinedo

Político acompañado con una formación intelectual y su pasión para bregar por un país como una Argentina Republicana, la cual progresaba y era prestigiosa en el mundo. Con conocimientos previos adquiridos por las personas, grandes pensadores, que él conocía. Además de ejercer con vigor su cargo como abogado participando en la política era un estadista, gracias a esto supo resolver la peor crisis mundial del siglo pasado anticipándose a los grandes cambios que la segunda guerra mundial traería problemas inevitables en la Argentina. en caso de no haber contado con la compresión de dirigencias de ese momento, la argentina no hubiera soportado el largo ciclo de decadencia.

A mitad del año de 1933 asume el ministro de hacienda, bajo la presidencia de Agustín P. Justo, en la plena crisis mundial que había llegado ser una depresión por los errores que habían sucedido.                              A dos años del crack bursátil en el contexto industrial el PBI bajo brutalmente junto a las importaciones; créditos internacionales y el precio del trigo. Esto produce una fuerte desocupación en Alemania, EUA, Gran Bretaña afectando a nuestro país debido a su perfil netamente exportador de productos agropecuarios, dando como resultado la desocupación,

El ministro pinedo encuentra un presupuesto equilibrado, recientemente se habían aprobado el impuesto a la renta pero con la actividad económica paralizada y el sistema financiero por derrumbarse, Federico Pinedo se enfoca a salvar las estructuras productivas del país y comprende que la clave esta en el sistema financiero. Mantiene la política de control de las cuencas fiscales y la complementa con otros factores como: Estabilizar la producción por medio de las juntas reguladoras que ponía a las empresas competitivas nacionales en situación de; crea el Banco Central, que pasa  a centralizar el crédito sin depender de la voluntad del gobierno; Reforma el sistema financiero, el país se recupera rápido. Por otro lado se da el proceso de sustitución de importaciones. Desde 1934  el  PBI industrial se nivela con el agropecuario y 5 años mas tarde lo duplica, la desocupación deja de ser un problema.

En 1940 mas precisamente en agosto asume el mando  el vicepresidente Ramón Castillo por licencia de Roberto Ortiz, Castillo lo designa nuevamente a Pinedo como ministro de Hacienda, pinedo siempre  creyó que nuestro futuro seria exitoso en la medida que supiéramos insertarnos en el mundo.

Presenta un plan económico al Congreso Nacional llamado Plan de Reactivación económica Argentina, conocido como “Plan Pinedo de 1940”.

                                 Plan de Reactivación Económica

También conocido como Plan Pinedo  de 1940; contó con la colaboración de jóvenes economistas como Raúl Prebich, Ernesto Malaccorto y Guillermo W Klein. Este grupo, decidió utilizar en  la política económica algunas herramientas que se apartaban de las recomendaciones ortodoxas tradicionales. Bajo la influencia intelectual de Prebisch y la conducción política de Pinedo, el grupo elaboro un programa para reactivar la economía argentina, impulsando la intervención estatal que contenía instrumentos keynesianos orientados a fortalecer la balanza de pagos e inducir, a una expansión del ingreso y la producción nacional. Considerado por algunos como el primer proyecto formal de industrialización de la Argentina y por otros como una especie de “New Deal” local, el plan explicitaba la necesidad de proteger y desarrollar, con ciertas limitaciones, la industria nacional y sostenía la idea de un incremento de la demanda interna como base para reactivar el aparato reproductivo. Para ello, planteaba una reforma financiera que permitiera implementar un régimen crediticio especial para el sector industrial y para la construcción de viviendas populares.

Este Plan formulado desde la emergencia económica producida por el exceso de productos agrarios “invendibles” y el cierre de los mercados o la restricción de  capitales como resultado de la Guerra abarcaba cuestiones que tenían que que ve con el poder de compra de la población, el desarrollo industrial, la construcción, aspectos financieros y monetarios y el papel de los bancos privados y el Banco Central.

La vuelta de Pinedo al ministerio de Hacienda durante el gobierno de Castillo durante septiembre de 1940 fue un momento significativo porque nuevamente volvía a existir un fuerte déficit en el intercambio comercial y, sobre todo, con los EE.UU.

En primer lugar y en el texto del mensaje con el que se eleva el Plan al Senado se exhibe el sentido del mismo: se trata de reactivar la economía del país “…ofreciendo estímulos a la iniciativa privada en la industria y en la construcción”, lo que implicaba una modificación concreta y sustancial de la perspectiva clásica respecto de la economía del país, fundamentada en el desarrollo agro-ganadero.

La idea es activar la demanda interna y sostener claramente una política de sustitución de importaciones para “…contrarrestar asi las mas graves consecuencias de la disminución de nuestro comercio exterior”. Había que dirigir la atención hacia el mercado interno y fortalecer la economía en forma compatible con las limitaciones que imponía el delicado estado del sector externo.

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