Planes De Venezuela
Enviado por darkoloco • 3 de Julio de 2015 • 1.227 Palabras (5 Páginas) • 350 Visitas
Un diagnóstico de la situación económica y social de Venezuela no puede hacerse, ni debe hacerse, sin una previa mirada retrospectiva. Además, hay que tener claro que las transformaciones de las estructuras económicas y sociales de un país no es una tarea simple que se alcanza con la formulación y ejecución de un Plan Quinquenal -o Septenal-, ni con dos o tres. Ejemplo de ello lo vivimos desde el I hasta el IX Plan, formulados entre 1960 hasta 1998.
Los nueve planes de la nación formulados, expresión genuina de las políticas públicas del Estado venezolano, siguen una cronología casi que coincidente con los períodos presidenciales: al presidente Rómulo Betancourt le correspondió la formulación del I y II Plan, e l III Plan de la Nación fue obra del gobierno de Raúl Leoni, mientras que e l IV y el IX fueron formulados por los gobiernos de Caldera I y II. Correspondió a Carlos Andrés Pérez el V y el VIII Plan de la Nación , mientras que a Luis Herrera el VI y a Jaime Lusinchi el VII.
Cada uno de esos planes, diseñados desde las oficinas de Cordiplán, tuvo sus particularidades, aunque lo más notorio y común en esos nueve documentos quinquenales fue el incumplimiento de sus metas y objetivos, resaltando la falta del ejercicio pleno de las democracias política y económica. Debe recordarse que las garantías económicas constitucionales estuvieron suspendidas desde 1960 hasta el II gobierno de Caldera, y fueron restituidas en 1995; fueron 35 años sin el ejercicio pleno de ese derecho constitucional. El plan formulado por Luis Herrera C. tiene el mérito histórico –al menos en su enunciado- de introducir por primera vez en Venezuela el tema de la democracia participativa como modelo de sociedad, mientras que el de Jaime Lusinchi se realizó con la metodología denominada planificación estratégica situacional. Las experiencias nos dicen que, en una importante proporción, esos planes quedaron en meras formulaciones.
Hay que reconocer que todos los planes permitieron la creación de instituciones que tenían la intención o el propósito de coadyuvar hacia el logro de las metas establecidas en los mismos. Sin embargo, al hacer hoy el análisis de los resultados sociales y macroeconómicos, observamos que en el Primer Plan de la Nación se aspiró a articular el tema de la participación con las políticas, programas y proyectos de Desarrollo de la Comunidad, entendido éste como un elemento destinado a incorporar los sectores populares en los programas destinados a elevar su calidad de vida. Allí quedó plasmado en el documento, porque en los hechos Venezuela vivió una situación política y social que. Lo mismo sucedió con la Reforma Agraria, proclamada con bombos y platillos el 23 de enero de 1961 en el glorioso Campo de Carabobo.
Los dos últimos planes, el VIII y el IX, cuyas banderas fueron el Gran Viraje y la Agenda Venezuela, perseguían reorientar la caída en picada de la democracia venezolana en sus valores fundamentales porque entregados servilmente a los designios del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, condenaron, primero a la ignominia, luego al ostracismo y, definitivamente, a la muerte, a los dos grandes partidos de la seudo democracia que se vivió entre 1960 y 1998.
Aún así, pese al cierre de una serie de medios de comunicación social (diarios, semanarios, emisoras radiales, revistas), la incautación de ediciones completas de medios impresos, por lo nefasto de la política que se expresó en asesinatos, miríadas de presos políticos, torturas sistemáticas, y muchas otras aberraciones, coadyuvaron en la pérdida progresiva de la credibilidad en las instituciones llamadas democráticas. Pese a todo lo señalado, el “mundo libre”fue recurrente en sus declaraciones de poner a Venezuela como país “modelo de democracia en América Latina. Claro, al lado del Chile de Pinochet, del “gorilismo” argentino de Videla y compañía, de la tiranía de Stroessner,
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