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Pobreza E Inclusion Social En Las Poblaciones Indigenas


Enviado por   •  16 de Septiembre de 2012  •  3.593 Palabras (15 Páginas)  •  911 Visitas

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Pobreza e inclusión social en las poblaciones indígenas

(Cirilo Kapsoli Escudero)

Introducción

La inclusión de las poblaciones indígenas pobres al sistema nacional en su conjunto es un reto y una tarea sumamente complicada y difícil. Primero tendría que superar y mejorar las carencias económicas y las desigualdades sociales. En un mundo que se globaliza y en una sociedad que tiene una larga tradición de ser excluyente, dominante, racista y egoísta, aquella tarea de la inclusión es más un eufemismo que una posibilidad. Es por esta razón que planteamos la imperiosa necesidad de construir una nueva sociedad con los retos y las aspiraciones prospectivas del siglo XXI que, por lo menos, logre poner en la práctica individual y colectiva las 4 metas o paradigmas que a continuación presentamos esquemáticamente.

Retorno a la cultura

Definimos la cultura como todo producto material e inmaterial que ha creado el hombre adaptándose y transformando la naturaleza para producir productos útiles para su subsistencia y expansión junto con sus demás congéneres. La definición académica de la cultura proviene de la antropología científica. Fue Edurad B. Taylor quien nos da una primera aproximación al señalar que cultura engloba todo lo referido a costumbres, organización social, política, económica, religión y todo cuanto el hombre ha podido desarrollar en un determinado tiempo y espacio geográfico.

El retorno a la cultura en el siglo XX tiene, entre otros objetivos, recuperar la dignidad humana. La plena humanización. Por cuanto, en los tiempos actuales, se ha visto drásticamente afectado por la modernidad y el avasallamiento del capitalismo. La visión del mundo unipolar ha trastocado todos los cimientos y elementos de nuestras identidades culturales. En tal sentido, la palabra cultura debiera implicar una relación más respetuosa entre los seres humanos, tomando como punto de referencia la importancia y el respeto a la diversidad cultural y comunidades humanas. Por lo tanto, reconocer y valorar los legados culturales de los ancestros no sólo concitan la atención de las sociedades modernas, sino que objetivan sus particularidades y empoderamientos, con sus propios códigos de conducta y de valor.

Antes la modernización y hoy la globalización, imponen un modelo de cultura única, detrás del cual todos los pueblos deben asumirlo descuidando sus identidades, su autenticidad, más aún, facilitando el atropello y respeto a su diversidad cultural. En esta perspectiva, los pueblos indígenas y amazónicos considerados como atrasados, o en vías de desarrollo, no representan un obstáculo para la penetración ideológica del capitalismo. Esta visión etnocentrista no es nueva, la visión del europeo desde su condición de continente colonizador se ha manejado con esta práctica. Evidencia de ello es la colonización del continente americano. Así, “cuando una cultura se impone a otra, crea implícitos culturales para legitimar a la empresa colonial y post-colonial, uno de estos implícitos es la universalización de la cultura occidental”. Es decir, la visión del mundo unipolar. Esto de por sí, ya es una forma de cómo estos pueblos se han afirmado frente a los demás, especialmente a los sometidos por ellos.

Otro objetivo que persigue la valoración de la cultura es el retorno al Humanismo, al saber de lo que hemos sido, es decir, la historia de nuestros pueblos, su trayectoria íntegra considerando el pasado, el presente y el provenir. También incluye recuperar la creación literaria y filosófica en sus variadas formas y expresiones, como son los mitos, las leyendas, las tradiciones, los cuentos y fábulas orales o escrituradas. Esta práctica podría considerarse, de alguna forma, como una vuelta hacia la cultura clásica greco-romana. Ello supone también, la búsqueda de la originalidad, de la cosmovisión y del destino del hombre.

El nacimiento y desarrollo del humanismo desde el siglo XIV fue un intento de realimentar las creaciones artísticas, la capacidad de asombro frente a la belleza y la naturaleza a fin de emprender un gran cambio que permitiera superar corrientes del pensamiento humano demasiado estrechas como para dar base a una nueva era de expansión de la espiritualidad. Ahora, como en la época del Humanismo Clásico, está en juego la humanista, es decir la humanidad, y se trata de hacer los studia humanitatis, es decir, de volver a tomar su espíritu y de aplicarlo en el cúmulo de nuevos conocimientos. Pero, a lo largo de los siglos transcurridos, estos estudios han introducido nuevas temáticas, nuevos métodos y nuevas preguntas.

En primer lugar, se plantean los grandes problemas sobre la vida en sociedad y el fenómeno de la cultura hoy impactada por las tecnologías modernas de la comunicación y la telemática. En segundo lugar, las nuevas dimensiones acerca del conocimiento humano que ha adquirido mayor trascendencia en el siglo XX. La humanidad enfrenta la sistematización de ese conocimiento que se genera ahora en muchos espacios y con caracteres diferenciados. Hay un interés por conocer otros lugares del mundo, lo que aumenta las perspectivas del conocimiento. En tercer lugar, la humanidad, por primera vez en la historia, asiste a una dolorosa etapa por la escasez y un mal manejo de los recursos naturales y la tecnología que dispone el planeta Tierra, con un saldo escalofriante de contaminación ambiental y recalentamiento. Quizás los andinos de hoy debiésemos propiciar un renacimiento de la práctica prehispánica en cuanto al manejo cuidadoso de los ecosistemas y al uso austero de los recursos naturales. En cuarto lugar, la economía ha evolucionado desde el siglo XIV y ha llegado a un manejo completo de mercado hipertrofiado hasta el punto de amenazar a la humanidad con la pérdida de las identidades productivas culturales y de sus libertades individuales y colectivas.

Población indígena: derechos y participación 38En quinto lugar, los linderos de todo el bloque terráqueo han llegado a estar –por primera vez– tan juntas debido a la disminución de los tiempos de transporte de personas y de ideas, que se tiene la sensación de constituir una sociedad global única. Esto independientemente de que las transnacionales se propongan “globalizar” las economías en su provecho, donde también es claramente visible la globalización de la pobreza.

Las artes y las expresiones más sublimes del hombre en la que el espíritu pueda manifestarse, también están en debate. La pintura, las obras literarias, arquitectónicas, la música y el baile son aspectos más generales que las humanidades revelan el espíritu humano, descubriendo su esencia misma. Una vuelta a la valoración

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