Política, Democracia Y Derechos Humanos
Enviado por FDAL • 18 de Julio de 2015 • 4.993 Palabras (20 Páginas) • 581 Visitas
-Montealegre: Política, democracia y derechos humanos
Perspectivas 299
RESUMEN
Para desarrollar un análisis de la relación entre derechos humanos, política y
democracia es necesario situar esta relación en la realidad; es decir, en la historia. Los
derechos humanos surgieron en Occidente como resultado de su peculiar origen histórico
a la caída del Imperio Romano y de sus luchas ideológicas y políticas. Es esencial
devolverlos a su contexto político originario si es que no se quiere hacer de ellos una
cuestión que sólo puede interesar a la ciencia jurídica.
Lo propio de la trayectoria política de Occidente ha sido su lucha por la libertad,
lo que no ha ocurrido así en las demás civilizaciones. Pocas veces el hombre en su
trayectoria política ha luchado con mayor claridad y energía que cuando lo hizo por los
derechos humanos en la época en torno a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX.
Desde el punto de vista político, el proceso revolucionario abierto en el siglo XVIII aún no
ha concluido. Para América Latina, es urgente lograr el consenso en torno al imperativo
de implementar los derechos humanos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.
Debe decidirse a hacer de la política una lucha por los derechos humanos integrales para
incorporarse definitivamente a la trayectoria central de Occidente.
Política, democracia y
derechos humanos
HERNAN MONTEALEGRE, Catedral 1009, oficina 801, Santiago, Chile
Fax: (56-2) 698 8545 – 441 0784 – 441 0785
Hernán Montealegre es profesor de
derecho en varias universidades de
Chile. Fue abogado de la Vicaría de la
Solidaridad, fundador y primer director
del Instituto Interamericano de
Derechos Humanos con sede en San
José de Costa Rica, ex director del
Colegio de Abogados de Chile y ex
cónsul de Chile en Londres, Inglaterra.
Es autor de la obra “La Seguridad del
Estado y los Derechos Humanos”,
editorial Academia de Humanismo
Cristiano, Santiago, 1979.
Hernán Montealegre
-Montealegre: Política, democracia y derechos humanos
Perspectivas 300
a ciencia política contemporánea define su objeto como el estudio del poder.
Identifica, pues, política y poder; y, acorde con la tendencia positivista de las
ciencias sociales en general, fundamenta esta posición extrema en un pretendido
neutralismo valórico que le daría justamente su carácter científico. En concordancia
con esta actitud, el estudio de la democracia se reduce en gran parte hoy día a una
investigación de su carácter puramente procedimental, dejando a un lado cuestiones
que cabe denominar sustantivas de la democracia. Se mantiene, así, el estudio de los
hechos políticos en general y de la democracia en particular, como una investigación
descriptiva que se separa estrictamente de toda cuestión normativa. Abordaré, en
su momento, el debate contemporáneo sobre esta cuestión; pero estimo que para
desarrollar un análisis acertado de la relación entre derechos humanos y política es
necesario situar esta relación en la realidad; quiero decir, en la historia. Porque los
derechos humanos no son otra cosa que los objetivos buscados y alcanzados por el
desarrollo de las luchas políticas en Occidente.
Lejos, pues, de tratarse de entidades abstractas que haya que vincular
forzadamente con las realidades políticas, ellos han sido el contenido mismo de la
evolución política occidental. Es, pues, la ciencia política contemporánea la que tiene
que explicar por qué ha definido su objeto de estudio al margen de toda cuestión
valórica, rompiendo con ello la trayectoria histórica de la política real. Un proceso
que puede llamarse de separación creciente de las ciencias sociales ha terminado por
adjuntar el estudio de los derechos humanos a la ciencia jurídica, en circunstancia
que ellos surgieron en Occidente como resultado de sus luchas ideológicas y políticas.
Ahora bien, es esencial devolver los derechos humanos a su contexto político originario
si es que no se quiere hacer de ellos una cuestión secundaria y adjetiva que sólo
puede interesar a los tribunales de justicia. Con esto, como lo expreso, se ha roto
la propia trayectoria política occidental, y reponsable en parte de ello es la ciencia
política surgida después de la Segunda Guerra Mundial.
Los derechos humanos expresan no menos que la conciencia madura de
Occidente sobre su identidad en el mundo. Su forma plena se da justamente en el
área política más que en la jurídica, y es por ello que resulta alarmante que la ciencia
política contemporánea los mantenga olvidados. Me refiero a la conquista de la
libertad política como un logro supremo de la civilización moderna. Hablar de la
libertad es hablar de una realidad, no de una quimera; por lo tanto, el auténtico
realismo de la ciencia política debe llevarla a refundirse en el estudio de las condiciones
de la libertad más que en el estudio de las condiciones del poder. Es Occidente quien
ha dado al mundo el ideal y la realidad de la libertad política y es por lo mismo que no
INTRODUCCIÓN
L
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Perspectivas 301
debe cesar en profundizar en este logro único. En la libertad política, ideal y realidad
se compenetran, de modo que resulta artificial cualquier intento de despojarla de su
carácter valórico o de su condición histórica. Se trata del derecho humano que
mejor define la situación política contemporánea, porque es a la vez una aspiración
y una realidad, esto es, es un ideal alcanzado que, no obstante, siempre hay que
profundizar. Si la historia política de Occidente, pues, es en su aspecto capital una
lucha por la libertad, no se entiende que una disciplina que hace de la política su
objeto de estudio no haga de la libertad, sino del poder, su tema dominante. El intento
de separar política y derechos humanos no obedece, por lo tanto, a ningún antecedente
tomado de la realidad sino que es artificioso y, con ello, es un enfoque científico
defectuoso. Lo primero que hay que hacer sobre este particular es, entonces, recuperar
la relación histórica que ha existido entre política y derechos humanos.
1. La relación histórica entre
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