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¿Por qué tienen que buscar los científicos explicaciones?


Enviado por   •  27 de Agosto de 2012  •  12.385 Palabras (50 Páginas)  •  413 Visitas

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Introducción

Se pregunta Bunge: ¿Por qué tienen que buscar los científicos explicaciones? ¿No podrían bastar las descripciones y predicciones? y continúa: "según varias escuelas filosóficas de bastante influencia, la ciencia no debe proponerse dar respuesta a cuestiones de por- qué, sino sólo a preguntas de cómo, o sea, que tiene que limitarse a producir descripciones máximamente completas y económicas de los fenómenos actuales y posibles. Desde ese punto de vista la explicación es superflua o hasta una desviación" (Bunge 1969:613). Sin embargo, sostiene este autor ‘esa opinión es inadecuada’.

Los científicos no han dejado nunca de preguntarse por qué ni de darles respuesta, o sea, no ha dejado nunca de ofrecer explicaciones subsuntivas e interpretativas a los fenómenos que estudia y aun más, reconocen que "toda explicación tiene forzosamente que ser defectuosa, porque se construye con teorías imperfectas, con hipótesis simplificadoras, subsidiarias y con información más o menos inexacta. Al mismo tiempo, los científicos suelen tener confianza en la perfectibilidad ilimitada del ámbito, la precisión y a veces incluso la profundidad de las explicaciones científicas" (Ibid: 620).

Por su parte Popper afirma: "La cuestión de si el verdadero motivo de la investigación científica es el deseo de conocer, es decir, una curiosidad puramente teórica o ‘gratuita’, o si, por el contrario, deberíamos entender la ciencia como un instrumento para resolver los problemas prácticos que nacen en la lucha por la vida, es una cuestión que no es necesario decidir aquí ... Pero incluso la opinión, algo extrema (por la que personalmente me inclino), de que el aspecto más significativo de la ciencia es el de ser una de las aventuras espirituales más grandes que el hombre haya conocido, puede ser combinada con un reconocimiento de la importancia de los problemas prácticos y de los experimentos prácticos para el progreso de la ciencia, tanto aplicada como pura, porque la práctica tiene incalculable valor para la ciencia no sólo como estímulo, sino también como freno. No necesita uno adherirse al pragmatismo para apreciar las palabras de Kant: ‘El ceder a todos los caprichos de la curiosidad y permitir que nuestra pasión por la investigación no quede refrenada sino por los límites de nuestra capacidad, demuestra una mente entusiasta y anhelosa, no indigna de la erudición. Pero es la sabiduría la que tiene el mérito de seleccionar, de entre los innumerables problemas que se presentan, aquellos cuya solución es importante para la humanidad’" (pág. 99-100).

A la base de la discusión entre explicación y comprensión está la cuestión de donde reside el origen de la controversia, para Hempel "Entre los diversos factores que han estimulado y sostenido la investigación científica a través de su larga historia se encuentran dos inquietudes humanas predominantes, que proporcionan, según creo, la motivación básica para toda investigación científica. Una de éstas es el deseo persistente del hombre por mejorar su posición estratégica en el mundo por medio de métodos confiables para la predicción y, cuando sea posible, el control de los acontecimientos. Hasta qué punto la ciencia ha sido capaz de satisfacer tales deseos se refleja de modo impresionante en la amplia y creciente gama de sus aplicaciones tecnológicas. Pero además de esta inquietud de orden práctico existe una segunda motivación fundamental para la indagación científica: a saber, la insaciable curiosidad intelectual del hombre, su profunda preocupación por conocer el mundo en el que vive y explicar, y por tanto comprender, la interminable red de fenómenos que éste le presenta". (Hempel 1981)

Por su parte von Wright sostiene que "El descubrimiento y la descripción de hechos no siempre pueden aislarse conceptualmente de la correspondiente teoría acerca de ellos y representan con frecuencia un paso importante hacia la comprensión de su naturaleza". (1979: 19)

El dualismo explicación-comprensión hunde sus raíces en la historia de las ideas y se relaciona con el problema de si la construcción teórica es intrínsecamente un mismo género de empresa tanto en las ciencias naturales como en las ciencias humanas y sociales.

En la historia de las ideas es posible distinguir dos tradiciones importantes en la ciencia y en la filosofía del método científico. Una de ellas es la aristotélica y la otra, la galileana. Estas tradiciones se vinculan a los esfuerzos del hombre por comprender las cosas teleológicamente y por explicarlas causalmente.

La tradición galileana que si bien es de origen relativamente reciente cuenta con una ascendencia que se remonta a Platón (la nueva ciencia de la naturaleza que surgió a finales del renacimiento y durante el Barroco tenía un trasfondo platónico) en el ámbito de la ciencia discurre a la par que el avance de la perspectiva mecanicista o causal en los esfuerzos del hombre por explicar y predecir fenómenos, la tradición aristotélica discurre al compás de sus esfuerzos por comprender los hechos de modo teleológico o finalista. (von Wright, 1979).

La revolución que se produjo en las ciencias naturales durante el renacimiento tardío y la época Barroca fue hasta cierto punto similar al que conoció en el siglo XIX el estudio sistemático del hombre, de su historia, lenguaje, costumbres e instituciones sociales.

En efecto, mirando hacia atrás, hacia los siglos XVIII y XIX, encontramos una época tumultuosa, cuando los violentos cambios sociales producidos por revoluciones y sublevaciones en Estados Unidos, en las Colonias y en Francia, sacudieron las mentes del pueblo que alguna vez defendió las opiniones tradicionales de la sociedad. La revolución industrial, también anunció una amplia gama de cambios sociales. A medida que se levantaban las fábricas, las ciudades se hacían más densas por las migraciones campo-ciudad, las relaciones entre obreros y empresarios se hacían impersonales y burocráticas; las tasas de criminalidad aumentaron y parecía que se desvanecían algunos valores tradicionales.

"Era una época que aturdía a los que vivían en ella. La sociedad parecía haber sido colocada patas arriba. En estos tiempos extraordinarios, algunos pensadores talentosos trataron de dar sentido a los cambios que tenían lugar a su alrededor utilizando las herramientas de la ciencia. Al hacerlo, pusieron de moda una nueva disciplina, la sociología, término acuñado por el pensador, pionero francés, Auguste Comte (1798-1857)" (Light 1991:15). De este modo, la sociología surge cuando una gran cantidad de cambios sociales y de agitación despertaron muchos interrogantes acerca de las funciones de la sociedad.

"La gente tuvo que admitir que las

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