Principios De Rochdale

¿A qué obedece que hayan sido éstos y no otros los principios?

Para responder a esta pregunta debemos tener en cuenta los sucesos sociales y económicos por los que atravesaba la Inglaterra del siglo XIX para ese entonces.

Debido a la revolución industrial, la ciencia y la tecnología permiten el invento de maquinas en procura de mejorar los procesos productivos. Es así como la industria textilera es de las más beneficiadas por el avance de la ciencia y ya a finales del año 1843 se encuentra en todo su apogeo proporcionando una gran actividad textil a las más grandes manufacturas de Rochdale. Esto da como resultado que la mano de obra de los tejedores sea desplazada y reemplazada por las maquinas de la industria textilera quedando así la clase obrera desamparada, sin trabajo y en grandes dificultades económicas. En esa época el sueldo promedio de un obrero era de 23 centavos por un día de trabajo de 14 horas y a los niños, que eran explotados, se les pagaba 6 centavos por día. A más de ser sueldos miserables, el obrero no tenía protección social ni legal frente a las arbitrariedades de los dueños de fábrica.

De allí, que cuando los pioneros de Rochdale esbozaron sus principios fundamentales en el desarrollo de su cooperativa de consumo como son: democracia, adhesión libre, interés limitado al capital, gestión de despensa y educación, y no propusieron otros, lo hicieron pensando en que estos principios recogían el anhelo y el sentir social de equidad e igualdad de los asociados, independientemente de su raza, credo o color político.

Al elegir estos principios optaron por la libertad del voto democrático y participativo (un socio = 1 voto), no se obligaba a nadie a participar de su proyecto cooperativo, el aporte del capital era igualitario para no incurrir en intereses capitalistas, mezquinos y egoístas, y dedicando parte de sus utilidades para la educación y gestión empresarial.

Como vemos, estos principios estaban opuestos diametralmente en contra de los intereses de la naciente burguesía industrial (la cual abocaba por la explotación inmisericorde de la clase trabajadora) y se oponían a cualquier clase de desigualdad entre sus miembros.

También redactados y estructurados estuvieron estos principios, que dos siglos después siguen siendo el estandarte del sistema cooperativo universal.

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