Problemáticas del aprendizaje en el niño.
Enviado por keshu20 • 11 de Enero de 2014 • Informe • 2.253 Palabras (10 Páginas) • 276 Visitas
Problemáticas del aprendizaje en el niño. Una mirada psicoanalítica
Conflictos emocionales que afectan al aprendizaje
Hablamos de dificultades emocionales que interfieren con el proceso de aprendizaje cuando una situación conflictiva de índole relacional o una crisis vital o un conflicto intrapsíquico del orden de lo neurótico, son causantes de alteraciones en el proceso del aprendizaje.
Un niño puede estar distraído, desganado, deprimido, alterado emocionalmente de manera tal, que ello le impida asimilar y metabolizar los contenidos de matemática o de lengua, a causa de experiencias o vivencias que se le vuelven conflictivas y le ocupan mucho lugar en su cabeza. , lo que implica una reducción de la energía psíquica disponible para el aprendizaje.
En este orden encontramos: los estados de duelo y todo lo que implique situaciones de pérdida, los conflictos de pareja de los padres que afectan al niño, la enfermedad orgánica propia o de un ser querido, los cambios bruscos vividos intensamente (como una mudanza de ciudad o cambio de escuela), el nacimiento de un hermano en circunstancias especiales, separación de los padres o cualquier otro tipo de situación ambiental que altere lo conocido, habitual y confiable para él.2
una fobia que le impida la permanencia en la escuela o le provoque un estado de angustia dentro del aula, un estado depresivo, o cualquier otra patología psíquica de índole neurótica.3
Inhibiciones en el aprendizaje
En otro orden hablamos de inhibiciones que afectan las posibilidades de aprendizaje, cuando en la historia del niño hubo situaciones traumáticas que afectaron su confianza en el mundo y lo forzaron a armar una defensa extrema ante los estímulos ambientales. Resistencia al conocimiento de lo nuevo, que se amplía al ámbito del aprendizaje escolar, provocando un desinterés generalizado que ocasiona en muchos casos un empobrecimiento a nivel del pensamiento.
Cuando lo traumático es temprano y devastador, es mucho más grave, ya que se produce una alteración estructural en el armado del pensamiento y sus consecuencias son de otra índole. Suelen estar relacionados con la muerte de un ser querido o las circunstancias particulares de esa muerte, la muerte de un hermanito antes o después de que el niño naciera, con el origen del niño en los casos de adopción, con matrimonios previos de sus padres o existencia de hijos de esos matrimonios previos, entre otros tantos secretos.
Trastornos del aprendizaje
De otra índole y origen son los llamados "trastornos del aprendizaje".
No se trata ya de conflictos que afectan al niño en su etapa escolar, ni de inhibiciones, sino de verdaderos déficit tempranos en la estructuración del pensamiento inteligente.
Para que el pensamiento se estructure y se desarrolle es indispensable un entorno humanizante facilitador de tal armado. El ser humano nace con el pontencial para acceder al pensamiento, pero éste sólo se va a constituir y complejizar en la medida que exista otro ser humano desempeñando la función materna.
En los primeros meses de vida será la madre o adulto en función humanizante quien pueda comprender, dar un sentido y ayudar a metabolizar, aquello que el niño no puede hacer por sí solo.4 El bebé recién nacido siente sensaciones placenteras y displacenteras y los estímulos internos y externos que registra le provocan una tensión que no posee la capacidad de resolver; sólo puede acceder a su descarga directa por medio del llanto y el enojo. Si el bebé llora y la mamá le dice: "tenés hambre, ¿estás enojado con la mamá que se demora en darte la teta?... ¡ahora sí estás contento con la panza llena!", le esta poniendo un sentido, palabras con un significado avalado por el lenguaje compartido por la cultura.
Desde un tono particular de voz, la mirada precisa y el gesto adecuado, le está transmitiendo la posibilidad de entender lo que le pasa y al anticiparle un pensamiento aún no constituido, le está promoviendo el armado de la capacidad de pensar. Al comienzo este pensamiento será de la madre que piensa por él (la mamá suele decir y hablar por el bebé imitando la voz del niño imaginada por ella y luego contestarle desde su deseo y pensamiento). Progresivamente el niño lo tomará como propio y sobre esta base construirá más adelante pensamientos auténticamente propios, una vez que se haya conformado la diferenciación yo-no yo y se haya constituido como sujeto pensante.
No es lo mismo distracción que dispersión. Sabemos que la distracción ocasionada por un conflicto emocional que le impide a un niño concentrarse, prestar atención, investir su curiosidad potencial, es del orden de lo neurótico; el niño distraído no tiene un trastorno estructural, el niño disperso sí lo tiene y ello le impide organizar su pensamiento.
La distracción implica un exceso de pensamiento puesto al servicio de la situación conflictiva; en cambio, la dispersión nos marca un déficit en el armado del pensamiento; el niño no puede asir las ideas, se le escapan debido a que se registra todo estímulo pero no se fija adecuadamente debido a fallas en su procesamiento psíquico de los mismos.
La distracción implica un exceso de pensamiento puesto al servicio de la situación conflictiva; en cambio, la dispersión nos marca un déficit en el armado del pensamiento; el niño no puede asir las ideas, se le escapan debido a que se registra todo estímulo pero no se fija adecuadamente debido a fallas en su procesamiento psíquico de los mismos. Es habitual ver a este niño en la hora de clase registrando en un mismo plano la voz de la maestra, el ruido del lápiz que se cayó, el del auto que pasó por la calle y el del avión que los otros niños no registraron.
El deseo de aprender y la curiosidad como condición previa del aprendizaje
Para que un niño sienta deseo de aprender sobre las cosas del mundo, comenzando por las cosas de su entorno, es necesario que se haya constituido desde muy pequeño "el placer de escuchar" y para ello es preciso que lo escuchado por un bebé sea en mayor grado placentero que displacentero
El deseo de aprender se encuentra relacionado, al mismo tiempo, con la posibilidad del surgimiento de la curiosidad.
Cuando descubrimos un trastorno en la construcción de la alteridad, nos encontramos con un déficit en la aparición y desarrollo de la curiosidad.
La curiosidad no se generará si el niño continúa más allá de lo necesario, en una simbiosis donde no puede advertir que la madre mira a otros además de a él y ello le impide la adecuada diferenciación yo-no yo y la posibilidad de saber que su pensamiento no es uno solo junto con el de su mamá. El niño
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