Propósito De Gobierno

El propósito principal de un gobierno es crear un ambiente de justicia y orden donde los ciudadanos tengan acceso a los mismos derechos independientemente de sus circunstancias. Los derechos humanos son las libertades básicas en las sociedades organizadas que regulan las relaciones entre las personas y la comunidad. El Pacto de la Concordia y las Constituciones de 1871 y 1949 organizaron al país políticamente y establecieron instituciones públicas encargadas del cumplimiento de las facultades. Sin embargo existe una diferencia entre lo que se garantiza y lo que sucede en la realidad.

El título V de la Constitución, con el fin de crear una nación solidaria, establece las garantías sociales, económicas y culturales irrenunciables de los costarricenses. Los seguros sociales brindan derechos laborales y de salud gratuita (Caja Costarricense del Seguro Social) y protegen a las personas en el desempleo, la invalidez, la enfermedad y la maternidad. Además, al vivir en una democracia, existe la libertad de expresión, culto, opinión, elección, información, matrimonio, decisión y sindicalización. La mayoría tiene acceso a la educación, a la seguridad, a la participación en la vida cultural, a la familia, a la vivienda, a un nivel de vida adecuado, al sistema legal, a la privacidad, a un ambiente saludable y a la igualdad.

Las instituciones públicas en Costa Rica velan por la paz social. La Asamblea Legislativa se encarga de reforzar las leyes y representar al pueblo. La Defensoría de los Habitantes lucha por el buen funcionamiento del sector público y promueve la justicia. Se relaciona directamente con el Poder Judicial, que incluye los tribunales, la Corte Suprema de Justicia y la Defensoría Pública. Estos órganos funcionan como un espacio abierto, honesto e imparcial donde los residentes puedan defender sus intereses. Adicionalmente, bajo dirección de la Corte, se encuentra la Sala Constitucional. Mediante los recursos de hábeas corpus, amparo e inconstitucionalidad, interpreta las normas establecidas en la Constitución y así defiende los derechos elementales.

A pesar de tener cuerpos de leyes, instituciones públicas y ayuda de organismos internacionales, las libertades individuales se atropellan todos los días. Si se analizan disgresiones como la corrupción, la delincuencia y la impunidad, se llega a la conclusión de que sus causas apuntan a debilidades humanas. Esto nos lleva a pensar que lo que realmente define nuestra calidad de vida es la participación comunitaria y el interés con que los ciudadanos asuman la lucha cívica por sus derechos. Como bien lo expresó el novelista francés Victor Hugo, “no hay más que un poder: la conciencia al servicio de la justicia.”

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