Psicología de la diversidad y machismo.

PSICOLOGÍA DE LA DIVERSIDAD Y MACHISMO

Machismo

“El machismo es un conjunto de leyes, normas, actitudes y rasgos socioculturales del hombre cuya finalidad, explícita y/o implícita, ha sido y es: producir, mantener y perpetuar la esclavitud  y sumisión de la mujer a todos los niveles: sexual, procreativo, laboral y afectivo”^[1]

En Guatemala el machismo tiene raíces coloniales, puesto que sólo los hombres ocupaban puestos políticos y de poder, lo que siguió reproduciéndose y reforzándose en las dictaduras prerrevolucionarias que se menguó parcialmente durante el período revolucionario, pero que durante los 36 años de conflicto armado interno volvió a renacer y a reforzarse. Sin embargo, a pesar de los logros que se han tenido con la incorporación a la mujer en el mundo laboral, sigue siendo limitada su participación en los puestos de poder y siguen siendo sometidas a violación de diversos tipos.

La inequidad de género, no solo limita tradicionalmente el desarrollo integral de la mujer, sino también limita el desarrollo global de la sociedad en su conjunto. Esta cultura machista, es herencia de las influencias culturales externas, en primer lugar por la española en la colonización y segundo por la norteamericana desde el período neoliberal.

Puesto que el ser humano es un ser social por esencia, la conducta machista que manifiesta se ve reforzada por el entorno social. En Guatemala esta problemática machista, se reproduce desde las instituciones, la política, las relaciones económicas, religión, sistema educativo e historia. Tomando de base el aprendizaje Sociocultural de Bandura (complementar), se reproduce por un patrón imitativo que se ha caracterizado en general porque los hombres son los dominantes y opresores y las mujeres las dominadas y oprimidas. Es a la vez una identidad compartida de generación en generación entre hombres y mujeres.

Heléne Cisoux  propone el concepto “pensamiento binario machista”, lo que se muestra con características aceptadas y atribuidos a cada sexo:

Así, la aceptación del machismo, genera asimetrías entre hombres y mujeres.

Desde el punto de vista filosófico, el machismo coarta la dignidad de la mujer, no reconociendo su existencia y la dignidad como potencialidad de realizarse como persona en el mundo.

El imaginario social acerca de la mujer, se reduce por parte de los hombres a ser vista como un objeto sexual, como alguien que le sirve y debe obedecerle. Por parte de las mujeres, éste fenómeno machista se reproduce cuando las mujeres ceden mayor poder e importancia a su hijo varón a diferencia de la mujer y cuando a la mujer la configuran como alguien que debe observar a su marido, esposo, hermano, padre, como quien tiene la última palabra y la absoluta autoridad.

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