Pubicidad Orígenes de la publicidad

Orígenes de la publicidad

Si hay algo común a toda la publicidad visual, independientemente del momento histórico en el cual se produce, es la fuerza de enganche que pretende y su argumentación icónica, mediante símbolos, ya que sirve para dar a conocer un lugar, un servicio o un producto y su principal espacio de desarrollo y donde es más necesario este distintivo publicitario son las grandes urbes donde debido a que la competencia es mayor.

A pesar de que nuestro interés es la publicidad visual, hemos de mencionar que su origen son los anuncios por palabras. Desde que con la invención de la escritura con los sumerios hay noticias cercanas con la promoción.

Como una tablilla comercial encontrada por los arqueólogos en lo que fue Babilonia que data del año 3.000 a. C. y otro dato importante para la historia del fenómeno publicitario se trata de un papiro hallado en las ruinas de Tebas de hace 3000 años

La publicidad en Grecia y Roma

Los pregoneros kerux en Grecia y praecos en la antigua Roma, voceadores itinerantes encargados captar la atención de las personas y dar a conocer las novedades y proclamaciones institucionales más importantes para su comunidad, es una figura que se mantiene vigente hasta el siglo XX, sobre todo en áreas rurales.

Aparte de estos, también se empleaban para anuncios en Grecia “axones” postes y “kyrbos” cilindros de madera , y en roma, Los anunciantes contaban para la comunicación pública con los “alba” paredes encaladas, y los “libelli”, especie de tablillas que colocan en el Foro para difundir, otros fueron los “siquis”, avisos colocados sobre muros, generalmente blanqueados, en plazas y lugares públicos equivalentes al moderno “A quien corresponda” y también publicaron una especie de un periódico diario “Acta Diurna”, donde se escribían diversas noticias de Roma, incluyendo pequeños anuncios . En todos estos casos, el elemento más importante para las informaciones comerciales eran las palabras ya que eran anuncios escritos.

Otro lugar importante para el estudio arqueológico de la publicidad romana son las ruinas de Pompeya, donde se encontraron avisos políticos, comerciales y también enseñas murales pintadas al fresco, anunciando diversas materias.

La publicidad a partir de la Edad Media

Otros muy importantes son los letreros de los mesones y posadas, en los cuales se representaban con dibujos el título del nombre establecimientos sin escrito, práctica que se mantendrían en Europa hasta el siglo XVIII, a causa del analfabetismo con el cual se identificaban los establecimientos.

Con la expansión del comercio medieval, se crearon los sellos y emblemas, precursores de las marcas y los logotipos. Además, para el siglo XII se crearon en Alemania y Francia organizaciones de pregoneros, destinados al servicio público y particulares.

Dado que en las ciudades medievales se produce una notable concentración y competencia de comercios en determinadas zonas, como solución crearon la diferenciación de las enseñas y usando carteles manuscritos se especificaron los servicios a prestar o las cualidades peculiares de la tienda de que se trata.

También eran habituales las marcas de identificación empleadas por hermandades artesanales como los constructores como sello marcado sobre la piedra. Otra práctica frecuente es la presentación de ciertos productos en la fachada del local comercial, este procedimiento se mantendria a lo largo del tiempo.

A partir del siglo XV, la publicidad visual cambia radicalmente cuando la xilografía es sustituida, por la imprenta de tipos móviles. Después se realizaron los volantes, carteles clavadas sobre todo en las puertas de las iglesias y edificios más importantes.

Los primeros publicistas

William Caxton, un editor británico, es el responsable del primer cartel comercial, aún muy alejado de lo que será este medio de comunicación tras el uso de la litografía en color a partir del siglo XIX.

Con el tiempo, el cartel se convertirá en el soporte callejero por excelencia.

El primer afiche ilustrado del Gran Perdón de Notre-Dame de Reims, impreso en París en 1482 por Jean Dupré.

Con la imprenta de Gutenberg era posible publicar más folletos y carteles, muchos de ellos ilustrados.

Muchos de estos folletos muestreaban dibujos de las piezas exhibidas y los acompaña de prolijas explicaciones y la misma época aparece el primer ex libris, marca de propiedad incluida en cada volumen en las bibliotecas particulares.

Los recursos publicitarios se embellecen a partir de la popularización de la imprenta, a lo largo de los siglos XVI y XVII destacan las enseñas y murales comerciales realizadas con la identidad comercial y las cualidades estéticas de su acabado, destacando Hans Holean el joven y Durero se convierten en diseñadores de publicidad, e ilustran con su arte este tipo de emblemas que se encargan de dar una dimensión plástica a esas formas de promoción cada vez más necesarias en el comercio.

En 1633 el parisino Teofrasto Renaudot público el primer diario de anuncios, Feuille d'intelligence, en Francia que se extendería a toda Europa.

Renaudot aporto en su famoso inventario de direcciones, un proyecto de gestión de los anuncios y precursor la gaceta, modelo de tantas publicadas por toda Europa.

El siglo XVII continúa siendo un periodo en el cual los anuncios por palabras protagonizan la publicidad comercial, informando sobre todo tipo de ofertas, destacando así la gaceta británica The Public Adviser consagrada a la comunicación de anuncios ilustrados de todo orden.

En 1682 el empresario de prensa John Houghton crea una de las primeras estrategias publicitarias y trae a los lectores otro periódico británico cuyo contenido está integrado sólo por anuncios: A Collection for the Improvement of Husbandry and Trade, Su iniciativa se extiende a otras fronteras, y es así como su modelo de periódico, mejorado y toma forma en el París de 1745 con el título de Les Affiches de Paris, Avis divers, una colección de avisos y anuncios de la más variada condición.

Pero aun la prensa comercial propiamente dicha, no existe debido a que muchos periódicos europeos son impresos y distribuidos mediante privilegios reales, controlados por instituciones de poder.

La publicidad en el siglo XIX

Con el advenimiento de la Revolución Industrial,

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