Quienes Somos Los Peruanos
Enviado por CELESTEGFALCONI • 3 de Septiembre de 2012 • 747 Palabras (3 Páginas) • 506 Visitas
¿Quiénes somos los peruanos?
Somos el "homo síntesis", la unión de los contrarios que no se destruyen sino cohabitan, aquellos que son y no son, y que pueden ser, que viven orgullosos de ser lo que son, pero que a la vez se avergüenzan de serlo, que pueden llegar al pensamiento más abstracto y a la vez vivir el practicismo más absurdo.
La contradicción no es en nosotros un defecto, sino un estilo de vida. Y es por eso que nos amamos y nos odiamos. O tal vez, debe decirse que nos amamos con odio y nos odiamos con amor. Miramos a los demás y los admiramos, pero a la vez los despreciamos. Amamos a todos y odiamos a todos. Y también todos pueden resultarnos indiferentes. Aquí se unen perro, pericote y gato y comen juntos de un mismo plato. Y es que en realidad comprendemos que no hay cosa como perro, pericote y gato, sino que más bien, a veces tenemos algo de cada uno y que somos todo a la vez.
Aquí no hay una raza ni varias, sino todas y ninguna. Aquí los blancos no son blancos, ni los negros son negros, aquí hay blancos negros y negros blancos, blancos indios e indios chinos, chinos blancos y negros indios. Este es el mundo de la síntesis étnica, donde inga y mandinga son solo dos referentes en una vasta cadena de intersecciones.
Aquí no hay democracia ni socialismo. Aquí somos pro-todo y pro-nada y a veces, anti-algo. Nos gusta el socialismo y la democracia y sentimos que ambos podrían cohabitar sin oponerse. También nos gusta el autoritarismo y el caos, y no los vemos necesariamente como un mal social. Hemos aprendido por la experiencia que el mal no esta en el sistema político, sino en aquellos que lo conducen. Nos hemos defraudado mil veces de nuestros dirigentes, pero nos aferramos tercamente a la esperanza de que surja el líder ideal. La experiencia histórica no es para nosotros el determinante del futuro, sino solo un cuento bien escrito comparable a una buena película de TV. Y claro que amamos a la ciencia, pero ella no nos embruja al punto de erigirse ante nosotros como delimitadora de la realidad, ya que nuestras creencias personales son más sólidas que la verdad más comprobable.
No vivimos según la mente o según el alma, sino según ambos entremezclados relativamente. Tal vez por esto, no logramos comprendernos del todo aunque logramos a veces sentirnos del todo. Cuando lloramos, lloramos del todo, y cuando reímos nuestra risa desborda el alma. No hemos aprendido a vivir la vida por parte, sino por todo. Tal vez por eso es que podemos ser niños sin dejar de ser adultos, o adolescentes sin dejar de ser ancianos. Y es que no anulamos las etapas de nuestra vida, sino más bien las sumamos. La vida no son para nosotros etapas que debemos alcanzar sino partes de un todo que se renueva y avanza cada día nutrido por la fecundidad de todo lo vivido atrás. Por eso podemos recordar cosas tristes con felicidad
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