RELACIÓN ENTRE LA HISTORIA Y POLÍTICA PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL FUTURO.

RELACIÓN ENTRE LA HISTORIA Y POLÍTICA PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL FUTURO.

Para hablar de una liberación material e histórica del hombre se debe tener un dominio completo de esto, creo que no se puede tener el control absoluto de la naturaleza pero sí que somos responsables de la historia como causas y consecuencias de un futuro, entonces lo que hacemos no se convierten en historia desde el punto de vista de eventos pasados sino de eventos que tendrán un efecto en el futuro de modo que es una gran responsabilidad desde el punto de vista de la educación lo que logramos que el alumno domine y aprenda para la vida actual y futura.

La historia pues si acaso no tiene ninguna importancia para el futuro; el conocimiento histórico pues ya cuenta cuanto más podría justificarse por el simple deseo turístico, gratuito e inocuo de satisfacer una curiosidad totalmente ineficaz.

El acontecimiento singular (la decisión política) reencuentra aquí sus títulos de nobleza, ya no como acontecimientos pasados, si no como acontecimientos creados de provenir, o más bien, de todo el porvenir.

De acuerdo con esta definición, más que nada, la historia se basa de hechos del pasado, los cuales por medio del hombre se arrastran desde tiempos muy antiguos hasta tiempos modernos. Estos hechos pueden repercutir en un presente ya que a través de ellos van siendo solo modernizados pero que en su tiempo así como tuvieron una causa ahora tienen un efecto.

Max Weber puntualiza en la no heterogeneidad del tiempo pues no es posible conocer con certidumbre el futuro del mismo modo que no se puede obtener una explicación de las causas del pasado ya que se encuentran diferentes factores múltiples que actúan en diferentes sentidos.

El autor menciona que los hechos difíciles han sido el resultado de numerosas y elevadas circunstancias, aquí entra la idea de que el futuro no aparece como totalmente determinado por el pasado, en base a lo anterior el autor fundamenta dos postulados importantes:

a). El futuro no constituye una fatalidad histórica, un resultado, necesario pero inevitable.

b). Es posible reivindicar el justo valor de las acciones y decisiones humanas.

La política educativa del Estado mexicano no puede ser concebida como un simple reflejo de un elemento cualquiera de la sociedad, ni como causa eficiente, principio puro y estructurante de la educación mexicana.

Alvin Toffler escribió en 1970 que nuestras escuelas y colegios es un anacronismo sin esperanza, en un sistema que muere, él como otros futurólogos no acentuó la revolución conceptual en la educación, que aun tiene que ocurrir, ya que está claro que el pensamiento y la práctica educativos deben moverse más allá de su actual y anticuada fase positivista, ponerse al día con los avances científicos y desarrollar una teoría coherente para el futuro.

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