RENOVACIÓN DE LA NOVELA EN EL SIGLO XX
Enviado por elkinpertuz • 2 de Septiembre de 2013 • 4.389 Palabras (18 Páginas) • 597 Visitas
8. LA RENOVACIÓN DE LA NOVELA EN EL SIGLO XX. PROUST, KAFKA, JOYCE Y T. MANN
1. Introducción
El siglo XX es una época enormemente agitada. Por un lado, se suceden diversos conflictos bélicos y se producen importantes avances científicos y tecnológicos, a pesar de lo cual aumentan las desigualdades sociales y la incomunicación. Por otro, surgen varias corrientes de pensamiento que influirán en la forma de entender el arte. Entre ellas, conviene destacar la teoría del psicoanálisis de Sigmund Freud, que pone de relieve la importancia del inconsciente, y el Existencialismo de Jean Paul Sastre, del que se deriva la angustia vital y el sentimiento del absurdo cuando se intenta buscar un sentido a la existencia humana.
Todo ello influye notablemente en el desarrollo de la novela, el género literario más cultivado durante el siglo XX y uno de los más innovadores, dado que la novela se concibe como un género susceptible de sufrir una constante renovación.
Por lo que a posibles periodos históricos se refiere, se puede hablar de la existencia de dos grandes etapas. La primera de ellas sería la anterior a la Segunda Guerra Mundial, en la que la novela se adapta a los diversos movimientos vanguardistas y muestra una preocupación por los temas existenciales y religiosos. Es la etapa en la que con mayor intensidad se produce la renovación de las técnicas y las estructuras narrativas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, se multiplican las tendencias y los subgéneros narrativos, aunque la renovación y la experimentación tienen menos relevancia. Por ello, y siguiendo el enunciado del tema, nos centraremos fundamentalmente en la novela anterior a la guerra.
Respecto de la renovación narrativa llevada a cabo en ese periodo, hemos de señalar, en primer lugar, la crisis de la narrativa realista del siglo anterior, lo que conlleva una nueva forma de narrar. Ahora se da cabida a historias más complejas y a técnicas más innovadoras, entre las que podemos destacar las siguientes:
• El relato abandona el orden cronológico y aparece la narración desordenada de los hechos. Incluso, a veces, no hay un principio y un final, sino fragmentos desordenados de la vida de unos personajes que entrecruzan casualmente sus destinos como en la vida real.
• Tampoco el tiempo transcurre de forma lineal, sino mediante saltos en el tiempo. En este sentido, adquiere especial cultivo la técnica del flash-back o salto atrás en el tiempo, también llamada analepsis. Si los saltos en el tiempo se dan hacia el futuro, hablamos de prolepsis.
• Lo mismo ocurre con el denominado tiempo interior: el tiempo vivido en su interior por los personajes.
• Se suele romper la estructura tradicional de la novela, según la cual ésta debía tener un planteamiento, un nudo y un desenlace. De ahí que muchas novelas tengan un final abierto, sin un desenlace explícito. En otras ocasiones, el final del relato supone una vuelta al comienzo del mismo, en una estructura circular.
• En ocasiones, la narración de los hechos aparece acompañada de elementos que no son propiamente narrativos, como es el caso de artículos periodísticos, informes policiales o judiciales, cartas, poesías, etc.
• Una de las técnicas más novedosas es la del perspectivismo. Éste consiste en la aparición de distintas formas de considerar unos mismos hechos o circunstancias; es decir, distintos puntos de vista o perspectivas.
• Al igual que ocurre con los distintos puntos de vista, en la novela se pueden simultanear varias acciones que, protagonizadas por varios personajes, ocurren al mismo tiempo. Es lo que se conoce con el nombre de contrapunto.
• La narración omnisciente en tercera persona suele dar paso al relato en primera persona por parte del protagonista de la novela. Ello permite que éste dé rienda suelta a sus pensamientos, inquietudes, temores, etc., a través del llamado monólogo interior o fluir de la conciencia.
• Además del monólogo interior, son muy habituales los diálogos y las descripciones. En muchas ocasiones, la descripción sirve para caracterizar a los personajes.
• La narración en primera persona suele coincidir con la aparición del llamado antihéroe. A diferencia de los héroes propios de la novela tradicional, los protagonistas de la novela contemporánea son seres contradictorios y problemáticos.
• También es frecuente encontrar personajes colectivos, en los que se ejemplifica el sentir general de un grupo social o de un pueblo.
2. La revolución de la novela en Francia
La herencia renovadora del simbolismo en poesía se extiende a principios de siglo XX al ámbito de la novela, sobre todo con la gran obra de Marcel Proust, quien lleva a cabo una profunda renovación del género.
2.1. Marcel Proust (1871-1922)
El que es considerado como el gran renovador de la novela francesa nació en París. La fortuna familiar le permitió vivir su juventud en los lujosos salones de la burguesía parisina, el teatro y la ópera, hasta que, tras la muerte de su madre en 1906, sufrió una profunda crisis y se dedicó por completo a la escritura de su obra En busca del tiempo perdido, un conjunto de siete libros con un sentido global: el relato de la infancia, la adolescencia, la juventud y el comienzo de la madurez del protagonista, un hombre que decide ir en busca de ese tiempo perdido para plasmarlo en una novela.
En los siete libros de que consta la obra -los cuatro primeros publicados en vida del autor y los tres restantes, de forma póstuma-, Proust evoca pormenorizadamente las peripecias vitales y sentimentales del protagonista en la sociedad aristocrática y burguesa que le rodea. Nos presenta la sociedad refinada de las clases altas parisinas, llena de prejuicios, envidias y amores homosexuales, pero el autor no profundiza en la crítica moral de un mundo que vivió intensamente. La intención de Proust es la de revivir el tiempo pasado a través de la memoria, pues para él no hay mayor felicidad que la del recuerdo y porque los verdaderos paraísos son los paraísos perdidos, según sus propias palabras.
La novela carece de un orden cronológico lineal porque la evocación está desordenada, es decir, el autor cuenta sus recuerdos tal y como le vienen a la cabeza, sin organización racional y con un tempo lento. A este vaivén temporal hay que añadir la inclusión de reflexiones sobre cualquier tema (el amor, la memoria, el tiempo, el arte, la muerte…). Además, en la obra encontramos descripciones pormenorizadas de emociones y sensaciones, sutiles análisis psicológicos de los personajes y, sobre todo, una estructura muy compleja y fragmentaria.
En busca del tiempo perdido no debe entenderse como una novela autobiográfica,
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