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Relato De Dos Dias Inborrables


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2012  •  3.536 Palabras (15 Páginas)  •  378 Visitas

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Introducción

Las jornadas del 19 y 20 de diciembre fueron la culminación de una etapa de luchas del pueblo argentino y, seguramente, el comienzo de una nueva, donde se pudo poner fin a una década de políticas neoliberales y abrir la posibilidad de organizar un Gobierno sobre nuevas bases.

La sociedad Argentina (que contó con nuevos protagonistas que hasta el momento sólo se habían manifestado tímidamente), ya se venía anunciando a través de la resistencia de los sectores populares más golpeados por el modelo neoliberal: cortes de ruta, "piquetes", movilizaciones, tomas de lugares de trabajo, paros y otras formas de protesta se venían sucediendo e incrementando aceleradamente. En el estallido social así como en el desarrollo del proceso de movilización popular se expresan la oposición de clase en relación con, por un lado la violencia de la represión estatal, y por otro lado por el nivel de organización y resistencia del pueblo en la calle. Así, se entiende este proceso como una rebelión popular espontánea pero masiva con la presencia en las calles del conjunto del pueblo argentino: asalariados, profesionales, amas de casa, estudiantes, jubilados, comerciantes, desocupados, etc. Hasta el momento, la resistencia se reducía a sectores específicos de la sociedad, el 19 y 20 de diciembre el pueblo se unió para luchar contra el gobierno y los políticos corruptos.

El sistema neoliberal que desde el 66 empezó a imponerse en nuestra patria, y que tuvo su mayor expresión desde 1989 con la presidencia de Menem hasta el 2001 de la mano de De la Rúa, llevaron a la Argentina a una inestabilidad económica imposible de estabilizar y llevo a que millones de personas se unan bajo una sola consigna ¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!

En este trabajo pretendemos demostrar que si bien podemos afirmar que el detonante inmediato del estallido fueron las últimas medidas tomadas por el ex ministro Domingo Cavallo (quien tuvo la "virtud" de unir en su contra a todo el pueblo), también se debe destacar que todo el pueblo argentino se movilizo por la clausura de un modelo político de hambre, entrega y corrupción. Para hacerlo, realizamos una investigación desde el año 1989 hasta el 2001, privilegiando las medidas tomadas por el gobierno y los sucesos que se fueron aconteciendo en consecuencia de estas medidas, que llevaron a la Argentina a un momento histórico donde solo se destacaba la pobreza, el desempleo, el hambre y la desesperación, pero también la solidaridad de los argentinos, ya que se abrieron comedores comunitarios, se organizaron asambleas barriales porque se dieron cuenta que la única solución era la unión del pueblo y la ayuda mutua; para después centrarnos en contar detalladamente los hechos sucedidos durante esos dos días imborrables para la historia Argentina.

Situación económica desde 1989 al 2001

La Unión Cívica Radical (UCR) y el Partido Justicialista, en un clima de descontento social, llevaron adelante la campaña para las elecciones nacionales de 1989. La UCR había elegido como candidato presidencial al dirigente cordobés Eduardo C. Angeloz, que tenía un perfil más conservador que Alfonsín. Su compañero de fórmula era Juan Manuel Casella. Angeloz también aparecía como un candidato confiable para los sectores capitalistas, ya que su equipo de economistas era de orientación liberal y partidaria de las privatizaciones. El peronismo eligió como candidato al gobernador riojano Carlos S. Menem, quien había logrado imponerse en las elecciones internas del partido justicialista a la línea renovadora de Antonio Cafiero. Su compañero de fórmula y candidato a vicepresidente era Eduardo Duhalde.

En las elecciones presidenciales del 14 de Mayo de 1989, la formula Menem-Duhalde obtuvo el 47,3% de los votos, contra la formula radical Angeloz- Casella con el 32,4%.

La agudización de la crisis y de la recesión productiva arrojo a millones de argentinos al hambre y a la desesperación. A fines de Mayo de 1989, en Rosario, Córdoba, Tucumán y en algunas localidades del Gran Buenos Aires (Quilmes, Moreno y Gral. Sarmiento), gran cantidad de trabajadores y desocupados se lanzaron sobre los supermercados para apoderarse de los alimentos. Como respuesta de la crisis social, los legisladores radicales y peronistas votaron el Estado de sitio y el gobierno ordenó la represión que arrojo 14 muertos, 80 heridos y centenares de detenidos.

La entrega del poder al nuevo presidente estaba prevista para el 10 de Diciembre pero, en el contexto de la crisis económica y social, Alfonsín necesitaba un acuerdo con Menem para intentar sostener su frágil programa económico. El presidente electo no le presto ese apoyo; y esta decisión precipito la salida de Alfonsín, quien el 12 de Junio, en un mensaje dirigido a todo el país, anuncio que resignaba la presidencia. Mucho antes de lo previsto, el 8 de Julio de 1989 se realizó el traspaso del mando presidencial.

El nuevo mandatario llevó a cabo un cambio sustancial en las alianzas socioeconómicas del peronismo histórico. Su modelo económico se orientó hacia el liberalismo y muchos exponentes de partidos políticos de esa tendencia ocuparon cargos en su gabinete.

Antes de asumir al gobierno, Menem anunció que entregaría el manejo de la economía a un empresario que integraba el principal grupo oligopólico del país, Bunge y Born, Miguel Roig, que falleció a los seis días de haber asumido. Para reemplazar a este empresario se puso en su lugar a Néstor Rapanelli. Con esto se quería demostrar la decisión del gobierno de continuar las reformas neoliberales.

Los ministros de economía, Antonio Erman González, primero, y Domingo F. Cavallo, luego; sucesivamente designados por Menem, reafirmaron permanentemente la decisión de profundizar el proceso de las privatizaciones y la apertura de la desregularización de la economía. También afianzaron el alineamiento con Estados Unidos en política exterior como señal destinada a captar la confianza de los organismos financieros internacionales y del empresariado local.

El ajuste de los gastos del Estado y, sobre todo, la disminución de la capacidad de consumo de la población permitieron, contener la hiperinflación y mantener los niveles de inflación en un promedio de entre un 15% y un 10% mensual. Alcanzada esta primera meta, el gobierno acelero el ajuste avanzado de la Ley de Reforma del Estado, que hace posible las privatizaciones, y la Ley de Emergencia Económica (suspensión de subsidios y subvenciones, eliminación del “compre nacional”, liberación de las inversiones extranjeras). Además, decreto recortes de gastos en la administración central y en las empresas públicas, y el despido y la jubilación forzosa de empleados del Estado.

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