Religión En Mexico

Como bien conocemos por las narraciones históricas que hemos aprendido a lo largo de nuestros años de estudio, nuestro territorio, al cual hoy llamamos México, fue conquistado por los españoles. Imperio que en aquel momento era fuerte en poder y en conquistas.

Con esta conquista viene también un intento de conquista ideológica o también le podemos llamar religiosa. Se tenía que evangelizar a la población según las creencias españolas debido a que éramos una de sus colonias y debíamos pensar igual que ellos, o si no pensar, obedecer y acatar las órdenes que la iglesia promulgaba.

De igual manera sabemos que no fue una cuestión fácil. La evangelización tuvo sus complicaciones como todo y de igual manera hubo rebelión, pero como ya era costumbre, España logra su objetivo en conquistar también las mentes de los indígenas, por lo menos eso hacían creer, porque en realidad ellos seguían adorando a sus dioses de maneras ocultas, con imágenes escondidas en lugares específicos que solo ellos conocían.

Como parte del proceso de evangelización y civilización, se trató a toda costa de implantar una nueva cultura y costumbres por medio de la conversión de los nativos a la religión católica; tuvieron que ser destruidos muchos de los componentes de la cultura prehispánica como construcciones, textos, y material religioso invaluable con el fin de que los españoles impusieran su dominio, sin embargo vale la pena destacar que de dicho mal, se dio el primer paso para la conformación de la larga y complicada historia que el día de hoy hace a México un país rico y diverso en su cultura y vida.

Un país que basa su funcionar en la religión católica y una cultura y sociedad que no se podría entender ni explicar si no fuera por toda esta fusión de conocimientos y creencias que datan de cientos de años pero que en su mayoría conservan una muy interesante vigencia, gracias a la conservación de las costumbres y tradiciones que se forjaron desde el México antiguo.

La religión en Nueva España fue la católica, única permitida por el régimen virreinal. La aparición de la Virgen de Guadalupe en 1531 propició la conversión de muchos indios, y durante toda la colonia su santuario fue el más importante de Nueva España. De hecho esta figura de la religión, aún sigue teniendo mucho poder y mucha influencia dentro del país en el que hoy en día vivimos.

Al pasar de los años, se fue institucionalizando la religión en la Nueva España, hasta llegar a ser ya una institución fuerte y que contaba con verdaderos seguidores y predicadores, además de distintas ordenes como los dominicos, jesuitas entre otros.

Se crearon templos, algunos grandes y algunos chicos, en los cuales vivían sacerdotes y se daban misas en donde pronunciaban y anunciaban la manera de vivir conforme a la orden de Dios y la manera de obtener la vida eterna.

También se contaban ya con diversos santos a los cuales se les rendía de igual manera culto y tenían devotas, cada persona se fue identificando con el santo que más les agradaba y le ofrecían su culto.

También ya se respetaban las reglas que dictaba la iglesia con órdenes que venían directamente desde el papa, tales como el diezmo entre otras circunstancias que debían de ser respetadas por los habitantes de la Nueva España.

Ahora analizaremos lo que fue la religión dentro de La Nueva España después de la venida de los borbones, y los efectos que en ese momento se tuvieron y de qué manera afectaba o beneficiaba a nuestro pueblo.

Tras la llegada del primer Borbón a la corona española, Felipe V en 1700, el nuevo monarca se hizo rodear de consejeros franceses enemigos del clero peninsular, lo que de inmediato generó conflictos que se extendieron a lo largo de todo el siglo XVIII. En realidad la venida del primer borbón, acompañado de los franceses fue una cuestión que vino a revolucionar el sistema eclesiástico con el que se contaba y que venía trabajando en la Nueva España a lo largo de muchos años. Estas personas de las que se rodeaba Felipe V, estaban en contra de las ideas del clero que en el momento vivía y evangelizaba además de que dominaba a la Nueva España. Lo más claro y seguro es que con esto se modificaría en gran manera la situación religiosa de nuestro país,

La sobrepoblación de clérigos y religiosas hizo que en 1717 el rey, aconsejado por su mujer Isabel de Farnesio, dictara prohibiciones de fundar nuevos conventos en América y en 1734 se les impidió recibir a nuevos miembros durante el plazo de diez años. Claramente esto fue una prohibición para impedir el crecimiento de nuevas ideologías eclesiásticas que pudieran ocasionar rebeliones a la colonia y crear dolores de cabeza a la corona española. Por ello se prohíbe que se creen nuevas instituciones. Como ya conocemos, los borbones, venían a reorganizar y redirigir la situación que atravesaba la colonia en el momento y no permitiría que más personajes entraran en juego en ese momento.

De esta manera Felipe V no tenía una relación meramente buena con la iglesia, debido a que sus asesores franceses le ponían en contra de ella y de la manera en que se dirigía.

Fernando VI, hijo y sucesor del anterior, tuvo una política conciliadora con la Iglesia e incluso firmó un concordato con Benedicto XIV en 1753, pero al año siguiente evitó que el clero interviniese en la redacción de testamentos.

Fernando VI, considera que no es necesario estar desligado de la iglesia a cierto grado, por ello propone reconciliarse con la iglesia y crear medidas para poder ejercer de maneras limitadas y con restricciones que el mismo pondría sobre la iglesia. Una de las primeras limitaciones que crea, es que la iglesia no tenga permitido intervenir en los testamentos y decisiones que se tomarían en ellos.

Al morir Fernando VI sin descendencia, el trono pasó a manos de su liberal hermano Carlos III, antiguo rey de Nápoles. En sus nuevos dominios aplicó las mismas políticas anticlericales que en Nápoles.

El conde de Aranda, su primer ministro, le informó del peligro que representaban los jesuitas para la corona, por sus enseñanzas liberales y por su alianza con Clemente XIII, por lo que el rey determinó expulsarles en 1767, causando así la caída del sistema educativo de la Nueva España, pues los jesuitas eran los mayores educadores de la juventud novohispana. De igual manera sabemos que los jesuitas contaban con un buen sistema educativo, cosa que para la corona representaba un peligro, debido a que estaba creando gente pensante y todos sabemos que cuando la gente empieza a pensar empieza a ser de igual manera peligrosa para un sistema represivo como el que se tenía en la Nueva España. Los alumnos de los jesuitas cada vez se tornaban más curiosos del aprendizaje, comenzaban

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