Renacimiento. Cultura genial

     Durante largo tiempo, las distintas facetas de la vida de un individuo u entorno social, mantuvo como única área de interés, la religión. Con la llegada del renacimiento se origina una concepción del hombre y del mundo que contaría con la libertad de abordar nuevos enfoques. Esto permitió romper con la visión estática del universo, manejada durante la Edad Media. Esto sin renunciar a los valores cristianos.

     El humanismo,  destaca el papel del ser humano sobre cualquier otra consideración, especialmente la religiosa.  Un término que se crea durante el renacimiento y que inicialmente fue aplicado a las disciplinas grecolatinas (derecho, retórica, teología y arte), este se haría extensivo a filósofos, artistas, científicos y cualquier estudioso de las diversas ramas del conocimiento.

     Se empezó a pensar en función de las leyes físicas del universo. Aplicando conocimientos geométricos, matemáticos y filosóficos; en ciencias naturales y medicina también hubo importantes avances. En 1543  Andrés Vesalio publicó  “De humani corporis fabrica, un compendio de anatomía, considerado uno de los más influyentes libros científicos de todos los tiempos.  La figura humana se convierte en área de estudio, sobre todo para el artista, que aborda con detenimiento la anatomía.

     Este último comienza a indagar a fondo, los modelos que había venido usando durante siglos. Por mucho tiempo se hizo uso de los modelos de la antigüedad, por lo que el despertar propio de este periodo, buscaría encontrar una explicación a ellos; que pudiera atarse a métodos científicos.

     En la Edad Media las artes plásticas estaban consideradas artes manuales, durante el Renacimiento se luchó para que se comprendieran como forma de conocimiento. Los artistas estudiaban geometría, anatomía y otras ciencias; tratando entre muchas cosas, de llegar a la ilusión de espacio tridimensional. En ese contexto surgieron varios tratados acerca del arte, como los de Leon Battista Alberti. Fue este mismo quien permitió que la arquitectura, la escultura y la pintura, que hasta entonces eran consideradas como artesanía; formaran parte de las artes. Elevando al artista a la categoría de creador intelectual.

     Aparece el ideal del hombre conocedor de todas las ciencias y áreas, capaz de integrarlas. Leonardo da Vinci fue un ejemplo de esto, artista multidisciplinar, intelectual y obsesionado con la perfección. Su afán de la perfección absoluta lo llevo a dejar gran cantidad de obras inconclusas, o en fase de diseño. Estudiaba cuidadosamente la composición de sus obras, como en la Última Cena, donde las figuras se ajustan a un esquema geométrico. También se introdujo el concepto de “diseño”, medio por el cual, se forja una idea mental de la obra antes de realizarla materialmente. Esto último surgió tras la idea, de estudiar previo a la obra final, todas las variables posibles; y así evitar errores.

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