Renacimiento Y Humanismo

Renacimiento

El Renacimiento nació en Italia (más precisamente en Florencia, Siena, Pisa y Milán) y luego se expandió por toda Europa Occidental, menos en Rusia. Ocurrió en los siglos XV y XVI. Fue un movimiento cultural y artístico que resucita la cultura grecorromana y la cultura antropocéntrica (se centra en la figura humana). Sus principales características eran los bellos paisajes, la belleza del ser humano y hombre y mujeres desnudos. Se logró mayor proporcionalidad, equilibrio y perfección en la perspectiva.

Humanismo

El humanismo nació en Italia en los siglos XIV y XV. Fue el movimiento intelectual del Renacimiento que conecta la cultura de la época con la antigüedad clásica.

Obras destacadas

del Renacimiento

“Piedad del Vaticano” o “La Pieta” de Miguel Ángel: es una escultura de mármol realizada entre los años 1498 y 1499. Esta obra representa a la Virgen María, con sus grandes vestiduras expandidas, sosteniendo a su hijo, Cristo, muerto. La Virgen aparenta menor edad que Cristo, queriendo representarla eternamente joven y bella, no mostrando también ningún tipo de esfuerzo por sostener al hombre de 33 años. Se muestra el dolor de una madre que tiene sobre sus rodillas a su hijo asesinado.

La obra en el año 1972 sufrió un atentado causado por un geólogo australiano, que la golpeó en apenas unos pocos segundos con un martillo quince veces. La estatua sufrió graves daños, sobre todo en la figura de la Virgen. La restauración se inició casi de inmediato y se llevó a cabo en la mayor medida de lo posible mediante la reutilización de los fragmentos originales. Desde entonces, la Piedad del Vaticano está protegida por una pared de vidrio especial a prueba de balas.

“Madonna Sixtina” de Rafael Sanzio: las Madonnas fueron una serie de mujeres (siempre representando a la Virgen) robustas y blancas, que era el ideal de belleza en ese momento, sosteniendo con sus brazos al Niño Jesús. La “Madonna Sixtina” en particular es un cuadro de óleo sobre lienzo, hecho entre los años 1513 y 1514. Se representa a la Virgen y al Niño Jesús (en la parte central del cuadro), a San Sixto a su derecha, a Santa Bárbara a su izquierda y a dos ángeles, los primeros cuatro de pie sobre nubes, rodeadas por un gran telón abierto.  La Virgen actúa como intermediaria entre Dios y los hombres y da la sensación de estar descendiendo del mundo celestial al mundo real. El hecho de que los personajes parezcan estar echados hacia delante refuerza aún más la idea de mediación y las cortinas aportan drama y sensación teatral. Se podría interpretar a los santos como estos mediadores ya que ambos, mediante sus gestos y sus miradas, parecen dirigirse al exterior. Los dos ángeles que aparecen como apoyados en el marco del cuadro dirigen su mirada hacia arriba y separan lo terrenal de lo divino. Se pueden notar los seis dedos en la mano derecha

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