Represión De Movimientos Sociales

México como toda Latinoamérica es un país que se caracteriza por siempre estar en lucha, y esto gracias al sistema económico neoliberal y capitalista que ha ejercido la oligarquía por encima del pueblo. Las luchas sociales tienen distintas expresiones, una de ellas se da en las calles, las manifestaciones sociales que en su mayoría la forman estudiantes.

El pasado 1° de diciembre del año en curso se presentaron en distintas ciudades del país, actos manifestantes en contra de la toma de protesta del llegado Presidente de la Republica Mexicana, Enrique Peña Nieto quien llego al poder en una dudosa situación, los cuales terminaron en hechos violentos entre las y los manifestantes y la fuerza pública del Estado, las investigaciones siguen su rumbo, pero es imprescindible mencionar las curiosas semejanzas que existen en la manera de actuar por parte de la policía, hacia los manifestantes en pasados hechos como el movimiento del 68, el famoso halconazo del 71 o Jueves de Corpus, el 28 de mayo del 2004 y el presente acto social.

• Reporte Índigo reporte escrito por Félix Arredondo sobre 1 de diciembre

Todo empezó la mañana del domingo 26 noviembre del presente año cuando millones de personas que se transportan cotidianamente en el Metro se enteraron que se habían cerrado las entradas las estaciones Santa Anita, Jamaica, Fray Servando y Candelaria de la línea 4, direcciones Santa Anita-Martín Carrera.

La orden provenía del Estado Mayor Presidencial de Felipe Calderón, sin que el gobierno del Distrito Federal pudiera haber hecho algo para evitar la decisión.

Además las “medidas preventivas” supuestamente para garantizar la seguridad en la toma de posesión de Peña Nieto, también implicaban la instalación de un cerco metálico a cargo de la Policía Federal, que aislaba 10 kilómetros cuadrados en torno a la Cámara de Diputados.

En la historia reciente de México ha habido miles de manifestaciones, pero las violentas, se pueden contar con los dedos de la mano. Y en todas ellas, con el paso tiempo, se ha descubierto que la violencia fue provocada desde alguna instancia de gobierno, con objetivos políticos muy específicos.

Mientras Enrique Peña Nieto estaba por llegar al recinto de San Lázaro la mañana del primero de diciembre, los legisladores de izquierda denunciaban desde la tribuna la represalia violenta que en esos momentos ocurría en contra de quienes se manifestaban en las inmediaciones de la Cámara de Diputados.

Y sí. En el cruce de las avenidas Eduardo Molina y Emiliano Zapata se habían dado enfrentamientos entre manifestantes y policías.

Los manifestantes lanzaban bombas molotov, palos y piedras en contra de los policías. Y estos a su vez respondían con gases lacrimógenos y balas de goma.

Sin embargo, de acuerdo con el testimonio de diversas personas, también había civiles que claramente actuaban a las órdenes de la policía.

El periodista Raúl Tortolero, colaborador de Reporte Índigo, afirma que en el lugar de los hechos “la Policía Federal llevaba agentes no uniformados que recibían órdenes de los mandos presentes”.

“Vestían en mezclilla, playeras, como estudiantes, como civiles. Algunos se tapaban la cabeza con capuchas o la cara con paliacates. Eran claramente una fuerza de choque especial de la Policía Federal. Eran infiltrados”

La policía pasó de la defensiva a la ofensiva. Y empezaron a hacer detenciones. Detuvieron a 69 personas. Fueron 58 hombres y 11 mujeres acusados como presuntos responsables de cometer diversos delitos graves cuyas penas podrían llegar hasta a 45 años de prisión.

Y es que conforme pasan los días, aumentan las evidencias que acreditan que en los disturbios del primero de diciembre participaron civiles que actuaron bajo las órdenes de la policía. (Arredondo, 2012)

• La noche de Tlatelolco libro de Elena Poniatowska

Esta historia nacional que se escribe y todos los días y todos los días se borra.

De las crónicas de los reporteros sobre la matanza de Tlatelolco, la de Félix Fuentes, de La Prensa, da una imagen casi cinematográfica de la acción del Batallón Olimpia y los policías con guante blanco. El temor cundió entre estudiantes, reporteros y policías. Los últimos, a cada rato, vociferaban: ¡Batallón Olimpia! Y el fuego continuaba.

Porque se sabe que en el mitin del movimiento estudiantil del 68 se encontraban policías mandados por orden del Presidente Díaz Ordaz quien estaba a días de inaugurar los Juegos Olímpicos con cede en el país; pero después se supo que los integrantes del Batallón Olimpia y los policías vestidos de civiles portaban como insignia un guante color blanco que los identifico a la hora de prender fuego contra todos los estudiantes y hasta los edificios estos últimos quién sabe con qué objeto. (Poniatowska, 1971)

• Fuerte es el silencio libro escrito por Elena Poniatowska

El 10 de junio de 1971, centenares de estudiantes fueron atacados a tiros por paramilitares (halcones) en la calzada México-Tacuba para evitar que se movilizaran en demanda de la liberación de presos políticos, la derogación de la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Nuevo

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