Reseña historica Revolución Mexicana

Reseña histórica “Revolución Mexicana”

Este 20 de noviembre, una de nuestras principales fechas conmemorativas nacionales, México festeja el 113° aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, el movimiento popular armado que inició Francisco I. Madero en 1910, y a partir de cuyo triunfo se promulgó, en 1917, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, vigente hasta hoy.

Muchos celebramos sin saber porque, pero la mayoría de los mexicanos ni siquiera sabe los motivos de esta celebración. Pensamos generalmente que es el “sistema el que nos hace esclavos, pero nosotros lo hacemos siendo presos de una gran ignorancia. Las fiestas que celebramos, generalmente las vemos para olvidarnos por un rato de los problemas reales.

No es bueno dejar a un lado la historia de nuestro México, y mucho menos a personajes que sin lugar a dudas cambiaron toralmente el pasado y presente de nuestro país. Es por eso importante recordar algunos hechos, los cuales han forjado la identidad de nuestro país.

La primera de las grandes revoluciones sociales del siglo tuvo lugar en la América latina. México estaba bajo el control del general Porfirio Díaz. Su política económica favoreció el progreso comercial y la producción económica, reconocido también por su impulso a la infraestructura en sus años de gobierno, en donde también hubo desarrollo y paz en el país, pero en los últimos años, el país cayó en una inestabilidad e injusticias sociales, mismo que pagaron lo sectores menos favorecidos. Uno de los mayores problemas era la propiedad de las tierras: estaban concentradas en las manos de unos pocos, mientras que una gran mayoría de trabajadores del campo y de la ciudad sufría condiciones infrahumanas.

A esto se sumaban las duras condiciones de los trabajadores. "La situación de los trabajadores del campo y la ciudad fue precaria: tenían jornadas de 14 a 18 horas, bajos salarios, no existían las prestaciones, no había descanso semanal ni días festivos y estaban eternamente endeudados en las tiendas de raya, entre otros aspectos.

A las pésimas condiciones se sumaba el uso de la fuerza excesiva, ya que en los casos en los que los trabajadores quisieron manifestarse "fueron reprimidos brutalmente", como ejemplos el asesinato de trabajadores durante las huelgas de Cananea y Río Blanco, en 1906 y 1907, respectivamente.

En ese contexto, en octubre de 1910, Madero promulgó el Plan de San Luis Potosí, en el que desconocía la reciente reelección de Porfirio Díaz en la presidencia de la República y convocaba a los mexicanos a levantarse en armas el 20 de noviembre de 1910 para derrocarlo, establecer elecciones libres y democráticas, así como para restituir a los campesinos las tierras que les habían sido arrebatadas. El lema del naciente movimiento fue “Sufragio efectivo. No reelección”.

Con el levantamiento, comenzaron a surgir guerrilleros a lo largo y ancho del país, entre ellos dos cuya fama ha trascendido con creces el territorio mexicano: Emiliano Zapata y Doroteo Arango, mejor conocido como "Pancho" Villa.  En poco tiempo, los levantamientos armados cubrían casi todo el territorio nacional, todos ellos con importantes triunfos militares que llevaron a la renuncia de Díaz en mayo de 1911. A la firma de los Tratados de Ciudad Juárez, que pusieron fin a los combates, Madero licenció a las tropas revolucionarias y estableció un gobierno interino que convocó a elecciones.

Madero resultó triunfador absoluto en las elecciones presidenciales de 1911, y de inmediato decretó la prohibición constitucional de la reelección de presidente, vicepresidente y gobernadores de los estados. Creía que los objetivos de la Revolución habían sido alcanzados con la derrota del gobierno porfirista, pero el problema agrario seguía latente. Tanto, que Emiliano Zapata se levantó de nuevo en armas al sentirse traicionado por Madero. En febrero de 1913, una creciente conspiración porfirista culminó en un golpe de Estado contra Madero. Él y el vicepresidente José María Pino Suárez fueron encarcelados y luego asesinados. El nuevo gobierno usurpador sería conducido por Victoriano Huerta. El asesinato de Madero encendió de nuevo la llama revolucionaria. El gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, desconoció al nuevo gobierno y, apoyado primeramente por revolucionarios de Sonora, convocó a un nuevo movimiento armado para restaurar el orden constitucional. La Revolución se generalizó de nuevo por todo el territorio nacional: en el norte, los generales Álvaro Obregón (Ejército del Noroeste), Pablo González (Ejército del Noreste) y Francisco Villa (División del Norte); y en el sur, Emiliano Zapata (Ejército Libertador del Sur y Centro).

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