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Resumen De Mexico Barbaro


Enviado por   •  19 de Febrero de 2015  •  3.818 Palabras (16 Páginas)  •  421 Visitas

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Resumen de México Bárbaro:

CAPITULO I: LOS ESCLAVOS DE YUCATÀN

La historia comienza, cuando el periodista John Kenneth Turner se encuentra con cuatro reclusos mexicanos exiliados en la prisión de Los Ángeles por conspirar contra el gobierno de Díaz. Ellos le platican sobre la situación en México, donde aun se podían ver esclavos. Él quiere verlo con sus propios ojos, así que emprende un viaje.

Narra las primeras experiencias que tuvo en México, específicamente en la península de Yucatán. Llegó ahí pretendiendo ser un inversionista adinerado para adentrarse en negocio henequenero, tras oír estos increíbles rumores de que aun existía esclavitud en América.

La manera en que los "magnates del henequén", (planta cultivada durante siglos en la región), hacían trabajar en las grandes haciendas a indios mayas y yaquis mandados desde el norte del país por el mismo el gobierno, desterrándolos y arrebatándolos de sus familias. Eran forzados a trabajar jornadas excesivas e inclusive podían ser comprados y vendidos. Era el trabajo de estos esclavos los que hacían de Merida, Yucatán una de las ciudades más bellas y ricas del país, pero a un costo inhumano.

Los hacendados exhibían su complicidad con el gobierno, mas nunca se atrevieron a llamarle esclavitud. Estaban concientes de que la esclavitud está prohibida en la constitución mexicana pero parecían creer que al nombrar a su sistema "servicio forzoso por deuda".

En este capitulo relata varias escenas de la vida común de los esclavistas yucatecos y las torturas que, casi con gusto, infringían en sus trabajadores; al mismo tiempo que compara este tipo de esclavitud disfrazada con la que en algún tiempo hubo en su país. Lamentablemente los antiguos esclavos salían ganando.

Los norteamericanos llaman a México “nuestra república hermana”, república muy parecida a ellos o eso es lo que creen, pero el verdadero México es un país con una Constitución y leyes escritas tan justas en general y democráticas como las de Estados Unidos; pero donde ni la Constitución ni las leyes se cumplen. Es un país sin libertad política, sin libertad de palabra, sin prensa libre, sin elecciones libres, sin sistema judicial, sin partidos políticos, sin alguna garantía individual y sin libertad para conseguir la felicidad. Durante más de una generación no ha habido lucha electoral para ocupar la Presidencia, el Poder Ejecutivo lo gobierna todo por medio de un ejército permanente. Es una tierra donde la gente es pobre porque no tiene derechos, donde el peonaje es común para las grandes masas y donde existe esclavitud, no adora a su Presidente.

Los esclavistas se dedicaban a comprar o engañar a los visitantes, así se les llenaba la cabeza de falsedades y se les conducía por una ruta preparada para que no conocieran la verdad y vieran que los esclavos no eran tales.

Los hacendados no llaman esclavos a sus trabajadores, se refieren a ellos como “obreros”, especialmente cuando hablan con forasteros. La esclavitud encontrada en Yucatán es aquella en la que la propiedad sobre el cuerpo de un hombre es absoluta y puede ser transferido a otro; propiedad que da al poseedor el derecho de aprovechar lo que produzca, matarlo de hambre, castigarlo, asesinarlo, etc. Los hacendados yucatecos no llaman esclavitud a su sistema, lo llaman servicio forzoso por deudas. Los siervos no tienen la oportunidad de pagar con su trabajo el precio de su libertad.

Los prestamistas y corredores de esclavos de Mérida llevan su negocio en silencio y se aprovechan de todos a los que pueden engañar para convertirlos en esclavos por diversas formas. Entre los esclavos de Yucatán hay 10 mayas por cada yaqui, los primeros mueren en su tierra, pero los yaquis son desterrados y separados de toda su familia.

CAPITULO II: EL EXTREMINIO DE LOS YAQUIS

Se nos habla de los yaquis de Sonora, eran "indios" mandados del norte, conocidos por ser los más fuertes, resistentes y confiables quienes por una radical orden del presidente Porfirio Díaz eran deportados a Yucatán. A los norteamericanos dueños de los ferrocarriles, les molestaba que fueran exiliados para llevárselos a trabajar a Yucatán, pues los consideraban excelentes trabajadores. Ellos no los llamaban indios en el concepto norteamericano, pues éstos no son empleados.

Explica la situación de estos yaquis, a partir de un decreto del propio presidente para mandarlos a Yucatán. Este decreto se valía del supuesto de que los yaquis eran conflictivos, a tal grado que para poderlos exterminar se ordenaba que a cualquier yaqui se le debería atrapar y mandarlo a Yucatán al sur del país para que sirvieran como esclavos en las haciendas henequeneras, donde morían a los seis meses por los malos tratos y el clima diferente.

Este decreto también decía que las tierras de los yaquis debían ser confiscadas; aunque era de esperar que fueran los presidentes municipales, gobernadores de los estados y amigos de Díaz, quienes se quedaran con las tierras.

Cada mes cientos de familias eran recogidas para ser enviadas al exilio y nadie sabía qué era de ellas después.

Los yaquis eran personas sumamente trabajadoras y pacíficas y formaban parte de la nación mexicana hasta que fueron incitados por el gobierno, al querer quitarles su tierras, a tomar las armas. Esta guerra fue larga y terrible, muriendo en ella miles de personas; a su término los yaquis que se habían rendido recibieron territorios en el norte de la República, resultando ser una zona desierta y uno de los lugares más inhóspitos de América, por lo que se vieron obligados a mezclarse con pueblos cercanos perdiendo así parte de la tribu yaqui su identidad. Son estos yaquis pacíficos a los que se aprehende y se deporta a Yucatán, siendo vendidos en ese lugar y apropiàndose las autoridades del gobierno del estado de Sonora todos sus bienes, resultando estos yaquis una gran inversión.

CAPITULO III: EN LA RUTA DEL EXILIO

Los yaquis que se dirigen a Yucatán, al llegar al puerto de Guaymas abordan un barco de guerra del Gobierno hasta el puerto de San Blas. Después de cuatro o cinco días de travesía, desembarcan y son conducidos a pie a través de una de las sierras más abruptas de México, desde San Blas a Tepic y desde Tepic a San Marcos, de quince a veinte días de viaje.

Durante el camino se desintegran las familias, a las mujeres se les quitan a sus maridos y a sus hijos y se les dan hijos de extraños y cuando ya los empiezan

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