Resumen de la película Mi nombre es Khan

MI NOMBRE ES KHAN… Y NO SOY UN TERRORISTA

Mi nombre es Khan es una película que se centra en un personaje de origen hindú, musulmán que sufre un padecimiento de autismo , el nombre de este personaje es Rizwan Khan , al inicio de la película se muestra como este personaje.

La madre de Khan sabía que él era distinto al resto, por lo que le prestaba especial atención y trataba de inculcarle los valores que ella consideraba buenos y hacerle mejor persona, mostrándole que solo existen dos tipos de personas; la gente buena, que hace el bien y la mala, que hace el mal. Zakir su hermano no le tenía el aprecio suficiente (eso demostraba) a pesar de que después de morir su madre, Khan se va a estados unidos a vivir con él.

Khan queda profundamente marcado por esto, ya que a lo largo de su vida busca clasificar al mundo en estos dos paquetes.

Mandira es una madre soltera, del mismo origen (hindú) dueña de un salón de belleza con la que Khan genera una relación amorosa.

Después del atentado a las torres gemelas en 11 de septiembre, todo cambia ya que la forma en que el mundo entero comienza ver a los musulmanes es totalmente diferente, se les juzga y se les señala injustamente por sus rasgos y tono de piel.

El hijo de Mandira es asechado en la escuela y como resultado de la poca visión de los adultos, los niños lo golpean hasta la muerte, por ser de rasgos musulmanes.

Esto desencadena una serie de reacciones en la gente, por lo que Mandira decide separarse de Khan, siendo ella la única persona en el mundo que lo ha hecho sentir bien después del fallecimiento de su madre, el intenta estar a su lado, Mandira le pide en todo sarcástico que la única forma de regresar es decirle al presidente de EUA que no es un terrorista, iniciando así un viaje trascendental a lo largo de estados unidos, lleno de voluntad, inocencia y deseo de solucionar las situaciones. A lo largo del camino sobrelleva un cumulo de situaciones en la que el prejuzgar de la gente y su inocencia juegan un papel malévolo. Mostrándolo en cada una de sus paradas como un culpable antes de que se demuestre lo contrario, una falta de interés por el propósito de la visita pasa por infinidad de desastres, encierros e interrogatorios sin objetivo, solo el de comprobar que es una persona inocente, al final de la película y de una forma conmovedora Khan llega hasta el presidente y pone la piel chinita al pronunciar las palabras que formaron su objetivo… Mi nombre es Khan, y no soy un terrorista. Una lección de vida.

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