Rosas Y Las Malvinas
Enviado por profimicoli • 26 de Septiembre de 2013 • 968 Palabras (4 Páginas) • 342 Visitas
Reclamos por la suma acumulada desde que Manuel Dorrego, sucesor de Rivadavia como gobernador de Buenos Aires, había dejado de pagar por considerarla espuria y atentatoria de los intereses populares.
Es entonces cuando Rosas hace una propuesta que aún hoy provoca encendidas y antagónicas interpretaciones, como sigue sucediendo con todo lo atingente al Restaurador, entre quienes lo acusan de entreguista y quienes le adjudican astutas intenciones subyacentes: habría ofrecido a la Corona británica la entrega de las Islas Malvinas a cambio de la cancelación de la deuda.
Las islas habían sido usurpadas durante el gobierno de Balcarce en el interludio entre los dos de Rosas, en 1833. Y una de las razones para hacerlo es la sugerencia de Woodbine Parish, supuesto comerciante inglés en el Río de la Plata y en la realidad un muy avezado espía (¡estuvo en el campanario del Convento de San Lorenzo observando el triunfo de San Martín!) de ocuparlas para de esa manera cobrar algo de la deuda Baring que iba acumulándose sin saldar.
Todo indica que Woodbine Parish actuó en connivencia con los unitarios deseosos de crear dificultades internacionales al gobierno de la Confederación, el mismo motivo para que Sarmiento instase a Chile a ocupar la Patagonia.
Don Juan Manuel toma la iniciativa y es él quien, a través de su embajador en Londres, Manuel Moreno, hermano de Mariano, eleva una proposición a considerar por la Corona.
Sin embargo, nuevos documentos demuestran que lo que Rosas ofreció no fue la entrega de las Malvinas sino su arrendamiento, también algún territorio de la Patagonia, por un tiempo limitado, para la explotación del guano, entonces de tanto valor que años más tarde provocaría la Guerra del Pacífico que enfrentó a Chile en contra de Bolivia y Perú. Era claro que el Restaurador ofrecía a Gran Bretaña alquilarle algo que ya estaba en su poder.
Un perspicaz Mr Robertson, directivo en la casa central Baring, escribe acerca del “arrendamiento” y sus fundadas sospechas a Ferdinand White, representante en Buenos Aires:
“Ud. no desconocerá que Rosas ofreció arrendar una porción de la Patagonia a la Casa Baring a manera de una seguridad colateral por esta deuda. Los señores Baring declinaron considerar la cuestión a causa, según yo creo, de que tenía dudas sobre si la Patagonia pertenecía a Buenos Aires y se supone que una de las razones por la cuales Rosas hizo el ofrecimiento fue conseguir de Inglaterra la sanción de los derechos de Buenos Aires a la Patagonia.”
Ese fue el objetivo de fondo de la propuesta argentina: lograr que Gran Bretaña reconociera la soberanía argentina sobre las islas y la Patagonia como condición esencial para el comienzo de las negociaciones. Una vez logrado el reconocimiento éstas luego podrían limitarse, modificarse o anularse en una Legislatura que respondía a don Juan Manuel.
Su ministro de Hacienda, Manuel Insiarte, con nota del 17 de febrero de 1843, comunica a Palicieu Falconet, emisario de la Baring Bros., que el Restaurador, “a cargo de las Relaciones Exteriores de las
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