Régimen de Pinochet: análisis cultura y político
Enviado por valeryneiram • 2 de Agosto de 2016 • Monografía • 2.236 Palabras (9 Páginas) • 438 Visitas
[pic 1]Universidad Católica de Temuco
Facultad de Ciencias Sociales
Departamento de Sociología y Ciencias Política.
Derechos Humanos y Cultura: ¿Cómo funcionaron y se relacionaron estas dimensiones bajo el régimen militar de Augusto Pinochet?
Nombre: Valery Neira
Curso: Habilidades y Competencias Personales
Profesora: María Teresa Douzet
Fecha: 06. Junio. 2016
El objetivo de esta monografía es analizar la violación de los derechos humanos, los mecanismos y organizaciones ocupados para castigar y someter a las personas perseguidas como también los organismos creados para ayudar a las familias y a los mismos detenidos – desaparecidos. Del mismo modo la cultura igualmente será un tema importante para la investigación como un medio utilizado para legitimar la dictadura. El contexto temporal investigado será el régimen militar de Augusto Pinochet (1973-1990). Investigar este tema es importante para lograr comprender nuestro presente, la dictadura cambio el modo de vivir de los chilenos y así mismo, a más de tres décadas del golpe militar aún hay generaciones que siguen buscando consuelo y justicia que probablemente no encontraran jamás. Las medidas de restauración implementadas por varios periodos presidenciales no ayudaron a apaciguar el sentimiento de nostalgia y frustración de padres, madres, hermanos y abuelos. Los autores que guiaron mi investigación respecto a este tema son: Elías Padilla Ballesteros, Luis Hernán Errázuriz (2006), Elizabeth Lira, Pilar Vergara, Luis Hernán Errázuriz (2009), Cristian Cerón Torreblanca, Esteban Zamorano, Valeria Osorio Ureta, Juan E. Méndez y Kristin Sorense.
El 11 de septiembre de 1973 se inició el régimen militar del General Augusto Pinochet, Allende es derrocado por una Junta Militar constituida por las principales cuatro ramas de la FF.AA y el Oficial General de Carabineros. Con el inicio del régimen comienza inmediatamente la persecución y opresión contra los opositores de la dictadura militar, especialmente militantes de partidos o movimientos de izquierda (MIR, PC Y PS). Con el control político y absoluto de la situación, la represión y la persecución se convierten en el medio para sembrar el terror en la población. Una vez tomada “La Moneda”, el autoritarismo y la fuerza no se hicieron esperar, tanto los defensores de la casa de Gobierno (GAP), como sus asesores o guardias son sometidos a tortura o muerte inmediatamente (Zamorano, 2008; Elías Padilla Ballesteros, 1995; Cerón, 2012)
Según el autor Esteban Zamorano (2008) la normativa que se impuso durante este periodo fue el dictamen de decretos de ley que autorizaban actos como allanamientos, instalación de campos de concentración de prisioneros y el ejercicio de una represión masiva que utilizaba distintas tácticas para lograr atemorizar y someter a la población. Tales condiciones permiten al autor plantear que la prisión política y la tortura constituyeron una política de estado en el régimen militar, definida e impulsada por las autoridades políticas de la época. Estos actos dejan a las víctimas indefensas, y con la responsabilidad de hacer frente a represiones cometidas masiva y sistemáticamente por agentes del estado o personas a su servicio.
Zamorano distingue tres fases para explicar el régimen militar, la primera abarca desde septiembre a diciembre de 1973, la segunda fase desde enero de 1974 a agosto de 1977 y la tercera de agosto de 1977 a 1990.
Primera Fase: en noviembre de 1973 se crea el primer organismo opresor, la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), su objetivo era perseguir e investigar a cualquier opositor al régimen, mediante malos tratos y torturas se buscaba obtener información, lo que en muchos casos se traducía en muerte y desapariciones. (Zamorano, 2008; Comisión de Verdad y Reconciliación, 1996; Minoletti, 2002; Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, 2004). Respecto a esta primera fase la autora Valeria Osorio (2012) agrega que en esta fase inicial es donde más se promueve el terror a toda la población, se visibilizan los centros de detención y tortura a través de un proceso de detenciones masivas.
Segunda Fase: Se mantiene el funcionamiento de la DINA siendo esta la culpable de la represión en el país y de las múltiples muertes y desapariciones. El mecanismo empleado consistía en la desaparición forzada de personas, llevado a cabo con una planificación previa que respondía a la voluntad de exterminio de cualquier persona que fuera considerada enemigo del régimen. A fines de 1974 se creó el “Comando Conjunto”, agrupación de inteligencia y represión política que opero principalmente en Santiago, constituida por miembros de todas las FF.AA, PDI y civiles. (Zamorano, 2008; Minoletti, 2002; Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, 2004)
Tercera Fase: Se cambia la Dirección de Inteligencia Nacional por la Central Nacional de Informaciones (CNI) en el año 1977. Las victimas del régimen fueron elegidas más selectivamente y es en esta fase donde el número de fallecimientos disminuye. Bajo este periodo se gestan movimiento sociales, exactamente entre 1983 y 1985. (Zamorano, 2008; Minoletti, 2002; Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, 2004)
Zamorano (2008) explica que los objetivos perseguidos por estos agentes de represión (DINA-CNI) a través de la tortura era obtener información para un proceso judicial o distintas operaciones, neutralizar política y socialmente al detenido y transformarlo en colaborador al régimen. En relación a esto Valeria Osorio (2012) agrega que aparte de conseguir información el fin de la tortura era desbaratar actividades subversivas, quebrar la resistencia de los detenidos y fundamentalmente castigarlos por su ideología. La presencia del sufrimiento y el dolor les permitía concretar estos objetivos, quebrantar la dignidad, corroer los ideales y destruir al enemigo de manera interna.
Para Zamorano (2008) y Rojas (1981) los métodos de tortura utilizados bajo la dictadura militar pueden clasificarse en corporales (electricidad aplicada en forma generalizada o particular, golpes con distintos elementos, etc.) biológicos (privación de comida y agua, asfixia, impedimento de funciones fisiológicas y sueño, etc.) Sexual (violaciones por un hombre, mujer, animal, oral o anal; introducción de objetos o animales en los órganos sexuales, etc.) psicológica (confinamiento solitario, aplicación de drogas, sometimiento a hipnosis, etc.)
Zamorano (2008) y Lira (2013) afirman que en los primeros años de dictadura no hubo mayores reacciones frente a la violación de los derechos humanos, lo cual podría explicarse por el temor o la ignorancia respecto a lo que ocurría, es por esto que la Iglesia Católica y la comunidad internacional eran los únicos que tendrían la posibilidad de brindar ayuda y asistencia a los afectados por la represión. La iglesia asume el rol de resguardar este tipo de actividades, de esta manera el Arzobispado Católico de Santiago junto a dirigentes de Iglesias Protestantes y Judías crean el Comité Pro Paz y el Comité Nacional de Refugiados. El primero tuvo el propósito primordial de ayudar a aquellos que a consecuencia del golpe vivían una situación económica difícil e igualmente brindar ayuda judicial a los prisioneros antes los consejos de guerra y además, ofrecer auxilio psicológico a los oprimidos por el régimen y sus familias. Después del cierre de este organismo se crea la “Vicaría de Solidaridad” la cual asume la continuidad de sus tareas. Bajo este panorama igualmente se crea el Comité Nacional de Refugiados que tenía el objetivo de salvar íntegros a los latinoamericanos que vivían en chile y que habían apoyado al gobierno de Salvador Allende. Entre otras organizaciones podemos nombrar “La Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos”, “Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas” (FASIC), “Fundación para la Infancia Dañada” (PIDEE) y el “Comité de Defensa de los Derechos del pueblo” (CODEPU).
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