SAN IVO
Enviado por javy74 • 18 de Febrero de 2014 • Tesis • 1.995 Palabras (8 Páginas) • 395 Visitas
CONTENIDO.-
1. INTRODUCCION
2. QUIEN ERA SAN IVO
3. DECÁLOGO DE SAN IVO
4. REALIZAR ANÁLISIS DEL DECALOGO A LOS OJOS DE LA ACTUALIDAD EN NICARAGUA
5. DONDE SE ENCUENTRAN PRESENTE EN LA NORMATIVA JURÍDICA NICARAGÜENSE.
a. LO ENCONTRAMOS EN LA LEY DEL NOTARIADO
b. EN EL CÓDIGO PENAL NICARAGÜENSE
c. EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA
d. EN EL CÓDIGO CIVIL DE LA REPUBLICA
6. LUCHA ENTRE JUSTICIA Y DERECHO
INTRODUCCION
El presente trabajo lo hemos realizado con el único propósito de hacer ver a la luz de la justicia del gran santo y abogado san Ivo quien con su dedicación, amabilidad y respeto por la personas nos concientiza a que debemos amar la justicia por encima de todas las cosas, y como este respeto infundio y penetro en las normas jurídicas que hoy prevalecen.
1. QUIEN ERA SAN IVO
San Ivo, el abogado santo al cual los juristas de muchos países tienen como Patrono, nació en la provincia de Bretaña en Francia. Su padre lo envió a estudiar a la Universidad de París, y allí dirigido por famosos profesores de derecho, obtuvo su doctorado como abogado.
En sus tiempos de estudiante oyó leer aquella célebre frase de Jesús: "Ciertos malos espíritus no se alejan sino con la oración y la mortificación" (Mc. 9,29), y se propuso desde entonces dedicar buen tiempo cada día a la oración y mortificarse lo más que le fuera posible en las miradas, en las comidas, en el lujo en el vestir, y en descansos que no fueran muy necesarios. Empezó a abstenerse de comer carne y nunca tomaba bebidas alcohólicas. Vestía pobremente y lo que ahorraba con todo esto, lo dedicaba a ayudar a los pobres. Y Dios lo premió concediéndole una gran santidad y una generosidad inmensa en favor de los necesitados.
Al volver a su tierra natal (Bretaña) fue nombrado juez del tribunal y en el ejercicio de su cargo se dedicó a proteger a los huérfanos, a defender a los más pobres y a administrar la justicia con tal imparcialidad y bondad, que aun aquellos a quienes tenía que decretar castigos, lo seguían amando y estimando.
Su gran bondad le ganó el título de "Abogado de los pobres". No contento con ayudar a los que vivían en su región, se trasladaba a otras provincias a defender a los que no tenían con qué pagar un abogado, y a menudo pagaba los gastos que los pobres tenían que hacer para poder defender sus derechos.
Visitaba las cárceles y llevaba regalos a los presos y les hacía gratuitamente memoriales de defensa a los que no podían conseguirse un abogado.
En aquel tiempo los que querían ganar un pleito les llevaban costosos regalos a los jueces. San Ivo no aceptó jamás ni el más pequeño regalo de ninguno de sus clientes, porque no quería dejarse comprar ni inclinarse con parcialidad hacia ninguno.
Cuando le llevaban un pleito, él se esmeraba por tratar de obtener que los dos litigantes arreglaran todo amigablemente en privado, sin tener que hacerlo por medio de demandas públicas. Así obtuvo que muchos litigantes terminaran siendo amigos y se evitaran los grandes gastos que les podían ocasionar los pleitos judiciales.
Después de trabajar bastante tiempo como juez, San Ivo fue ordenado sacerdote, y Eucaristía desde entonces, los últimos quince años de su vida los dedicó totalmente a la predicación y a la administración de los sacramentos. Consiguió dinero de donaciones y construyó un hospital para enfermos pobres. Todo lo que llegaba lo repartía entre los más necesitados. Solamente se quedaba con la ropa para cambiarse. Lo demás lo regalaba. Una noche se dio cuenta de que un pobre estaba durmiendo en el andén de la casa cural, entonces se levantó y le dio su propia cama y él durmió en el puro suelo.
De muchas partes llegaban personas litigantes a obtener que San Ivo hiciera las paces entre ellos y él lograba con admirable facilidad poner de acuerdo a los que antes estaban alegando. Y aprovechaba de todas estas ocasiones para predicar a la gente acerca de la Vida Eterna que nos espera y de lo mucho que debemos amar a Dios y al prójimo.
Alguien le aconsejó que no regalara todo lo que recibía. Que hiciera ahorros para cuando llegara a ser viejo y él le respondió: - Y ¿quién me asegura que voy a llegar a ser viejo? En cambio lo que sí es totalmente seguro es que el buen Dios me devolverá cien veces más lo que yo regale a los pobres". Y siguió repartiendo con gran generosidad.
A principios de mayo del año 1303 empezó a sentirse muy débil. Pero no por eso dejó de dedicar largos ratos a la oración y a la meditación y a ayudar a pacificar a cuantos estuvieran peleados o en discusiones y pleitos.
El 19 de mayo del año 1303 estaba tan débil que no podía mantenerse de pie y necesitaba que lo sostuvieran. Sin embargo celebró así la Santa Misa. Después de la Misa se recostó y pidió que le administraran la Unción de los enfermos y murió plácidamente, como quien duerme en la tierra para despertar en el cielo. Tenía 50 años.
2. DECÁLOGO DE SAN IVO
El abogado debe pedir ayuda a Dios en sus trabajos, pues Dios es el primer protector de la Justicia.
Ningún abogado aceptará la defensa de casos injustos, porque son perniciosos a la conciencia y al derecho profesional.
El abogado no debe cargar al cliente con gastos excesivos.
Ningún abogado debe utilizar, en el patrocinio de los casos que le sean confiados, medios ilícitos o injustos.
Debe tratar el caso de cada cliente como si fuese el suyo propio.
No debe evitar trabajo ni tiempo para obtener la victoria del caso que tenga encargado.
Ningún abogado debe aceptar más causas de las que el tiempo disponible le permite.
El abogado debe amar la Justicia y la honradez tanto como las niñas de sus ojos.
La demora y la negligencia de un abogado causan perjuicio al cliente y cuando eso acontece, debe indemnizarlo.
Para hacer una buena defensa el abogado debe ser verídico, sincero y lógico.
3. REALIZAR ANÁLISIS A LOS OJOS DE LA ACTUALIDAD EN NICARAGUA
Como seres humanos que somos tenemos defectos o imperfecciones, pero en nuestra misma naturaleza está la potencia espiritual que nos permite esforzarnos día
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