SOCIALES.
Enviado por ArmandoVaillard • 10 de Diciembre de 2012 • Informe • 2.026 Palabras (9 Páginas) • 332 Visitas
EL PROYECTO POSREVOLUCIONARIO, LAS BASES DEL ESTADO MODERNO
La modernización económica y el desarrollo estabilizador (1940-1970)
Manuel Avila Camacho (1940-1946)
Su gobierno se inicia en un ambiente de malestar provocado por la implantación del la educación socialista, y por la impugnación de las elecciones, calificadas por algunos de fraudulentas. En el ámbito internacional ya se había iniciado la Segunda Guerra Mundial, que en ese año ya prometía ser lo que sería después. En esa coyuntura, la política de unidad nacional aplicada por él era la única factible para conciliar el país.
A pesar del retroceso que significó para los antiguos revolucionarios el gobierno de Avila Camacho, éste hizo obras en beneficio de las mayorías populares; entre ellas, la creación del Seguro Social Mexicano (1943), que provocó fuerte oposición por los grupos patronales. Formado con aportaciones estatales, patronales y de los trabajadores, el Seguro Social ha sido y es una de las instituciones claves para asegurar las condiciones de vida de los trabajadores del país.
Para poner fin a las pugnas intergremiales fundó el Consejo Nacional Obrero y fueron importantes para la protección de los trabajadores la creación de la Nacional Reguladora y Distribuidora, encargada de abastecer a la población con productos de primera necesidad, así como, la congelación de las rentas de casas.
Introdujo medidas para abatir el costo de la vida; control de precios de los artículos básicos y salarios de emergencia.
Durante su gobierno, y a resultas de una nueva legislación agraria, se amplió la extensión de la Parcela Ejidal hasta 6 hectáreas y se prosiguió con el reparto agrario (6 millones de hectáreas). Fueron beneficiadas más de 683,000 hectáreas con obras de irrigación, suma considerable que triplicó la realizada en este rubro durante los años de 1926-1940.
Promulgó una nueva Ley Electoral (1945) que reguló la existencia de los partidos políticos, creó un Consejo del Padrón Electoral y una Comisión de Vigilancia y estableció los requisitos para el registro de los partidos. En materia internacional declaró la guerra a los países del Eje, ligando la suerte del país a las democracias. Toda su política fue de marcada nota civilista.
El presidente Avila Camacho consiguió también logros en el ramo de la educación, muy en especial cuando el escritor Jaime Torres Bodet asumió la titularidad de la Secretaría de Educación Pública (1943-1946). Se desplegó una amplia campaña en contra del analfabetismo (50% de la población) con signos de tarea nacional. Fueron obra de su mandato la creación del Instituto de Cardiología, el Observatorio Astrofísico de Tonanzintla y El Colegio Nacional, institución dedicada a la divulgación del saber científico y humanístico, que quedó en manos de los hombres más destacados de México en ciencia, filosofía, letras y artes.
La tarea para reformar la educación no fue fácil por cuanto el sistema educativo había entrado en crisis desde 1941 por el conflicto que se dio en torno al sentido y alcance de la educación socialista. Separados de la titularidad de la Secretaría de Educación Luis Sánchez Portón y Octavio Véjar Vázquez, en 1944 asume el cargo el escritor Jaime Torres Bodet, antiguo miembro del destacado grupo de escritores conocido como "Los Contemporáneos", quien propuso una política de "educación para la paz, para la democracia y para la justicia social". Gradualmente se llegó al final de su gestión a la reforma del Artículo 3° Constitucional, que puso fin a la educación socialista (diciembre de 1946).
Durante el Gobierno de Manuel Avila Camacho se concedió un nuevo matiz a la Revolución, inclinándose hacia el civilismo. Suprimió el sector militar del Parido de la Revolución Mexicana, partido que desde 1946 se identificó como Partido Revolucionario Institucional (PRI), y que promovió la designación como candidato a la Presidencia al abogado Miguel Alemán. Con Avila Camacho se inicia el proceso de modernización económica de México, luego de la fase de institucionalización de la Revolución.
Miguel Alemán (1946-1952)
Inició su gobierno con un programa de industrialización, cuya nota fue una franca apertura al capitalismo internacional. Con él cambia el rumbo respecto a la Revolución, se da una ruptura con los gobiernos anteriores. Estos cambios de estrategia se engloban en lo que el político Antonio Carrillo Flores definió como la "Teoría del péndulo", que la practicarán todos los gobiernos posrevolucionarios, pero sin modificar el edificio político, social y económico creado por Lázaro Cárdenas. Conviene subrayarlo porque perduró, con sus diversas crisis, hasta los años 80 y contribuyó a la creación de la burguesía nacional y las clases medias, a la integración nacional y cultural de México.
En lo económico, se tradujo en un modelo de desarrollo de sustitución de importaciones y en lo político, en un fuerte presidencialismo, apoyado por un partido único identificado con el Estado paternalista, erigido en garante y responsable de la vida de la nación.
El modelo funcionó mientras existió un equilibrio entre la política y la economía. El estado intervino, de manera activa, con grandes inversiones en las áreas de la economía. Creó un mercado interno, protegido con facilidades fiscales y crediticias a la industria nacional; a su vez desarrolló una avanzada política de seguridad social (salud, educación, legislación laboral) y puso en práctica un sistema de subsidios de corte popular para favorecer a las sectores más desprotegidos.
Alemán fue el primer presidente mexicano en hacer una visita oficial a Washington. También recibió en México al presidente estadounidense Harry S. Truman.
Ver video sobre los presidentes de México del periodo posrevolucionario (1929 a 1952).
Archivo Toscano México. Imágenes propiedad de la Fundación Carmen Toscano I.A.P (Sólo CD)
Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958)
El modelo del régimen de Miguel Alemán siguió funcionando con Adolfo Ruiz Cortines y sobre todo con Adolfo López Mateos (1958 - 1964). Con el primero, aun devaluado el peso, el crecimiento industrial tuvo una tasa promedio de 8%. Con López Mateos los avances fueron significativos, como en el ritmo de crecimiento económico, que mantuvo el Producto Interno Bruto (PIB) al 7% anual.
Fue un gobierno discreto, que no hizo programas ni obras espectaculares, salvo en el terreno de la irrigación donde destaca la Presa Falcón sobre el Río Bravo, un producto internacional entre México y Estados Unidos que favoreció a los dos países (1953). En general se destacó por la
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