Socialismo
Enviado por • 23 de Mayo de 2014 • 2.449 Palabras (10 Páginas) • 225 Visitas
SOCIALISMO
Introducción
Muchas personas piensan que no hay una alternativa al capitalismo y que lo mejor que podemos hacer es tratar de mejorarlo un poco aquí y un poco allá. Podemos extraer lecciones de las experiencias pasadas, para saber que el deseo de desarrollar una sociedad que sea buena para la gente no es suficiente. Para poder crear un mundo mejor, debemos estar preparados para romper con el capitalismo.
En el Siglo XIX, aunque no se habían desarrollado sus detalles, el principio básico del socialismo estaba claro: el socialismo era una sociedad en la cual la naturaleza de las relaciones sociales y de los derechos de propiedad permitirían el pleno desarrollo del potencial humano. Después de las distintas experiencias acontecidas durante los años, las cosas se tornaron, sin embargo, más confusas. Por lo tanto, si vamos a construir el socialismo del siglo XXI, es esencial aprender de las lecciones del siglo pasado para volver a tener claridad sobre el tema, por esta y otras razones, nos referiremos al socialismo en Venezuela; pero para entenderlo mejor, daremos una explicación de la raíz de los pensamientos socialistas como opción para la construcción de un país progresista igualitario. Asimismo, daremos un relato o historia del nacimiento del socialismo a nivel mundial para entender un poco en principio socialista que estamos viviendo en nuestro país actualmente.
Entre todos estos acontecimientos veremos también las características de la sociedad actual, producto de muchos movimientos sociales, políticos y económicos que hemos vivido desde el pasado hasta la actualidad.
Historia
Para Carlos Marx, padre de la teoría mencionada, el Socialismo es una etapa de transición que debe conducir a la disolución de la lucha entre clases sociales con el objeto de eliminar la injusticia económica y social que origina la sociedad capitalista o el capitalismo como modo de producción. En tal sentido, es una acción social de parte de la conciencia del derecho que poseen todos los individuos de disfrutar en igualdad de condiciones del beneficio, que producen las riquezas existentes en nuestro planeta.
Resulta claro hoy que mucho de aquel optimismo era ingenuo y exagerado. Aproximadamente desde 1965-70 perdió impulso el crecimiento económico, hasta llegar a un estancamiento y a veces a una disminución real, sobre todo a partir de 1985-87. La distribución del ingreso, en los países socialistas, sigue siendo mucho menos desigual que la que hay en los de libre empresa; pero, los privilegios de parte de los grupos dirigentes producían una fuerte irritación en la población, que aumentaba de año en año. Se desarrolla una creciente corrupción, facilitada por la falta de control democrático de parte de la población. La productividad del trabajo sigue siendo muy inferior a la de los países capitalistas avanzados y la distancia entre los dos sistemas en algunos momentos crecía en lugar de disminuir, sobre todo en los últimos años. Se nota en general una gran apatía popular, tanto respecto a los problemas políticos como a los de la economía. En la política internacional, desde la década de los 60 desaparece la unidad monolítica, lo que se hace notorio sobre todo en el conflicto chino-soviético.
La crisis se hace violenta y evidente a fines de los 80, aunque tiene sus primeras manifestaciones en la sublevación húngara de 1956 y en la supresión de la "Primavera de Praga", en 1968. El antecedente más inmediato, a partir del cual ya no hay solución de continuidad, es el movimiento masivo de Solidaridad en Polonia (iniciado en 1980), que pasa de combatir fallas a oponerse a las mismas características del régimen existente en aquel país.
La perestroika. (Reestructuración) y el glasnost (transparencia, libre discusión), proclamados en 1985 por Gorbachov, secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, abren la vía para la discusión pública de los problemas y para la manifestación abierta de las contradicciones y conflictos en la sociedad soviética y en los países de su bloque.
Los años de 1989 a 1991 (se escribe esto en agosto de 1991) ven la aparición de diferentes partidos con aspiraciones distintas en prácticamente todos los países del antiguo bloque; en la mayoría de los de Europa Oriental llegan al gobierno grupos que se manifiestan contra la intención comunista y que ponen rumbo a la instauración de una "economía de mercado", que en la práctica serían sistemas capitalistas, abiertos a las empresas del mundo "occidental". En la propia Unión Soviética aparecen voces que plantean la necesidad de la libertad de empresa como requisito para la libertad humana y para el desarrollo económico, frente a sectores que exigen la superación de fallas sin cambios profundos del sistema y de otros que buscan un "mercado regulado", en el que se mantendría la supremacía de la propiedad social de los medios de producción. En todos ellos se plantea la necesidad del respeto a los derechos individuales, de información y de discusión.
También, en todos ellos se producen graves problemas económicos: estancamiento en la producción, fuertes tendencias inflacionarias y desocupación masiva de trabajadores, fenómenos que no se habían conocido ahí durante décadas. Se manifiestan movimientos nacionalistas, que amenazan con la disgregación de Yugoslavia y de la propia Unión Soviética. En la República Democrática Alemana (RDA), el país de más alto nivel económico de todo el grupo, el triunfo de partidos favorables a la restauración capitalista y a lafusión (de hecho, incorporación) con Alemania Federal lleva en octubre de 1990 a la desaparición de la RDA.
¿Los cambios que se han dado significan, como lo pretenden los enemigos del Socialismo, que éste ha fracasado históricamente? Tal interpretación, que olvida tranquilamente todos los éxitos que ha obtenido el sistema en su breve existencia, es más el resultado de un deseo que de un análisis real. Es necesario examinar, aunque sea en sus rasgos generales, la situación concreta de los países de intención socialista y su evolución, para llegar a una opinión objetiva.
Un primer paso en la reflexión será recordar que, según los clásicos del Socialismo, Marx y Engels, y hasta 1919/1922, la opinión generalizada de los partidarios de esta tendencia era que la transformación socialista se daría en los países de más alto desarrollo capitalista. Así también lo pensaban los dirigentes de la Revolución Rusa en 1917, quienes consideraban que su movimiento serviría de "detonador" de la revolución en Alemania (donde casi llega a vencer) y, poco después, en la mayor parte de Europa. Fue hasta 1924, en que ya era evidente que no triunfaría en breve plazo
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