Teoría e historia de la historiografía.
Enviado por Anabela Pereson • 15 de Septiembre de 2018 • Práctica o problema • 1.346 Palabras (6 Páginas) • 113 Visitas
Instituto Superior de Profesorado Nº 4 “Ángel Cárcano”
CARRERA: Historia.
AÑO: 4º
CÁTEDRA: Teoría e historia de la historiografía.
PROFESOR: Daniel Mendoza.
ALUMNA: Anabela Pereson.
TRABAJO PRÁCTICO Nº 2: “Hacia otra historia” Lucien Febvre.
- ¿Cómo caracteriza L. Febvre la obra Apologie pour l´historie ou Mètier d´historien (Apología de la historia)?
- ¿Cuál es el método de la ciencia histórica en el siglo XIX?
- ¿Cómo es la relación de los sociólogos con la historia a principios del siglo XX?
- Febvre habla de la necesidad de no dar una definición de historia ¿cómo lo fundamenta?
- Frente a los cambios sociales y de su propia ciencia ¿cómo debe ser la operación histórica según Febvre? Fundamentar.
- ¿Cuáles son las fuentes de la historia en 1949?
- ¿Cómo organiza Braudel su “Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II”?
- ¿Qué concepto de historia enuncia y qué función social le asigna?
- ¿Cómo estructura Febvre su artículo?
- El libro Apología de la Historia pertenece al reconocido historiador Marc Bloch quien, al decir de Febvre, llenó páginas con sus reflexiones sobre la historia, en primer lugar sobre su legitimidad, tanto con respecto a la propia historia como con respecto a nuestra civilización, siendo su gran preocupación reaccionar ante aquellas tendencias que ponen en riesgo los fundamentos mismos de una civilización histórica. Febvre comenta que Bloch va a formular lecciones, consejos, alegatos y reflexiones a favor de la historia y su práctica, pero lo hará desde su propia experiencia, de lo que resultaría una especie de confidencia entre un maestro explicando, comunicando lo que representa para él su labor, los fines que se propone y con qué espíritu la práctica. Febvre concluye resaltando que lo innovador del libro es su parecido a una revista crítica de las formas insanas de pensar y hacer la historia pero en forma de una charla libre entre historiadores.
- El método de la historia a fines del siglo XIX era el método crítico, el cual no era monopolio absoluto de los historiadores y por tal motivo iba perdiendo sentido. Por lo tanto la historia iría perdiendo sentido, lo que dispensó a los historiadores de plantearse ¿qué es la historia?
- A partir de la “evaporación” de la Historia (al decir de L. Febvre), los sociólogos (que estaban recogiendo sus primeras conquistas) atacaban a la historia. Más aún, se consideraban sus amos: todo lo que en ciencia histórica les parecía susceptibles de análisis racional les pertenecía, pasando a ser la historia sólo un residuo, un relato.
- Febvre establece, como Marc Bloch, la necesidad de no dar una definición de la Historia. En primer lugar, y de manera general, porque las ciencias como los hombres tienen necesidad de libertad; en segundo lugar, y específicamente, porque la historia varía siempre en su búsqueda de nuevas técnicas, puntos de vista inéditos, problemas que deben plantearse mejor. Otro fundamento del por qué no dar una definición es que, aún cuando esta se origine en meditaciones meticulosas y sea de las más exactas, se corre el riesgo de dejar al margen lo mejor.
- Junto a los cambios sociales la historia evoluciona rápidamente y muchos historiadores se orientan hacia el trabajo colectivo. El historiador tiene una concepción nueva de su trabajo; ahora es jefe de un equipo que provisto de una gran cultura y animado a buscar en la historia elementos de solución para los problemas que se plantean a la sociedad, sabrá trazar marcos de una encuesta, plantear correctamente los problemas, indicar fuentes informativas, evaluar gastos y fijar el número de miembros para el equipo. Luego de dos a cuatro meses y terminada la recolección hay que empezar a operar: lectura de microfilms, pasarlos a fichas, preparación de mapas y gráficos de estadísticas, confrontación entre documentos propiamente históricos. Finalmente, luego de seis a un año la encuesta está lista para ser publicada. Esta forma de trabajo aporta un producto más rico y amplio, además de realizarse en menor tiempo.
Por otro lado, la noción general acerca de la metodología de la historia cambió. Casi todos están de acuerdo en pronunciar dos tipos de operaciones: el historiador establece primero los hechos (acto I) y luego opera sobre ellos (acto II). Pero en tales análisis faltan, en primer lugar, la noción de lo que busca o debería buscar el historiador, es decir la intención del investigador. Y en segundo lugar, se habla de hechos: de establecerlos y luego operar sobre ellos, pero no tiene en cuenta que entienden por ellos, siendo para la mayoría solo datos, rehusando a pensar que es una construcción de ellos, elaborados sin darse cuenta.
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