Totemismo en Norteamerica
Enviado por Dan bolson • 23 de Febrero de 2017 • Ensayo • 1.550 Palabras (7 Páginas) • 295 Visitas
A lo largo de toda la salvaje Norteamérica, millones de aborígenes llegaron a habitar más de un 70% de estos territorios, tanto desérticos como los mas gélidos. Multiplicidad de tribus (algo más de unas 570, según el gobierno Yankee) llenaron de arte y cultura todo lo que hoy en día abarca el norte de México hasta la península de Alaska. Sin embargo, aquellos que eran conocidos como algonquinos, se establecieron fuertemente a lo largo de toda la frontera internacional de USA y Canadá, asentándose también de lleno en lo que ahora es Quebec y algunos otros estados costeros del atlántico estadounidense.
El Origen Del Linaje
Es pertinente precisar ante todo, las creencias y los mitos que rondaban por las tribus y clanes nativos. Hay cientos de historias fantásticas que relatan el origen de los primeros hombres, los animales y toda la naturaleza que adorna nuestro mundo, pero hay una en especial que comparten la mayoría de los indios que habitaban todo el ancho norteamericano, esta nos narra que un día en el que todo era oscuridad y vacío en el mundo, de lo más alto del cielo llego un ave entre nubes, relámpagos y tormenta, que arrojo violentamente por su pico un trueno, que impactando con la tierra dio vida a todos los paisajes terrenales y acuáticos, y al mismo tiempo, al primer linaje de seres humanos en el cosmos, sin olvidarnos de los animales, que posteriormente vendrían a posicionarse espiritualmente arriba del hombre.
¿Pero por qué un ave? Según las investigaciones de Spence Lewis, para toda la raza roja, el pájaro sin importar de que especie fuese, era un enviado de los dioses, por el hecho de volar por todo el firmamento ya se le atribuían dotes divinos a estos animales, pues entre más cerca del cielo, el sol y la luna se estuviera, más cercano a los espíritus creadores se estaba. Generalmente, fue el Águila el animal celestial por excelencia para la mayoría de tribus, sin embargo, en otros relatos le daban el papel de ave trueno al halcón, el cuervo o hasta una grulla. Pero en lo que significaron estos animales para un nativo nos centraremos más adelante.
Por su lado, los Algonquinos tenían como creador a un ser que hoy en día aun genera cantidad de polémicas debido a su indeterminada forma real. El mito nos habla de la historia de Michabo, una liebre antropomórfica capaz de darles órdenes a otros animales como si fuera su amo. Un día, Michabo se encontraba de cacería con un par de lobos heterosexuales, de repente estos salieron disparados corriendo hacia un gran lago donde se sumergieron y perdieron en el fondo en las aguas. Michabo, con la intención de rescatarlos ingreso hasta el centro del gran lago, con tan mala suerte que en cuanto entro, la charca término por sucumbir al mundo entero bajo su superficie. Paso un largo tiempo y Michabo decidió enviar a una nutria en busca del germen de tierra para volver a construir lo que el lago había sumergido, al cabo de unas horas llego la nutria, pero esta no había podido encontrar el tan anhelado trozo de tierra. Michabo intento nuevamente mandando esta vez una bandada de pájaros, que lastimosamente tampoco pudieron cumplir el encargo de la deidad. Finalmente, Michabo en su desesperación mando a una rata con la misma tarea, quien para sorpresa de la gran liebre, logro traerle el cumulo necesario de tierra para regresar todo a la normalidad. En cuanto Michabo reconstruyo el mundo y toda su naturaleza, se unió en matrimonio con la suertuda rata y de esta hermosa relación se engendraría la actual raza humana.
Este es un mito que sorprende, no solo por el montón de sin sentidos fisiológicos que puede haber a lo largo de él, sino por el hecho de hacernos pensar en cómo una liebre, siendo un animal tan noble y aparentemente frágil, pueda llegar a ser un dios con los poderes y la imponencia de Michabo. Chevalier, J. (1969) Indica que las tribus algonquinas le confirieron la forma de una liebre a su creador para homenajear a la luna con este divino símbolo, pues los nativos cuando veían la gran luna llena siempre observaban en la cara de esta, la figura una liebre, según ellos cerniéndose sobre todo el mundo. Sin duda alguna este es un argumento que tiene mucho sentido y aceptación por parte de otros investigadores. Pero por otro lado, Lewis Spence (2000) nos da otra interesante hipótesis de lo que en realidad pudo o puede significar Michabo para las antiguas gentes nativas:
Resulta muy curioso que un ser que poseía dichas cualidades se concibiera con el nombre y la forma de un animal tal como la liebre, y no cabe duda de que la raíz original de la que se formó el nombre Michabo no significa “liebre”. De hecho, la raíz wab, que es la silaba inicial de la palabra algonquina para “liebre”, también significa “blanco”, y de aquí se derivan las palabras para él “este”, el “amanecer”, la “luz” y el “día”. Al proceder sus nombres de la misma raíz, se confundió la idea de la liebre y el amanecer, y el objeto más tangible se convirtió en el símbolo del dios. Por tanto, Michabo era el espíritu de la luz y, como el amanecer, el traedor de los vientos. Como señor de la luz, también se convirtió en el creador del relámpago. Sin embargo, está en constante conflicto con su padre el Viento del Oeste, y podemos ver en su combate la lucha diurna entre el este y el oeste, la luz y la oscuridad, conocida de muchas mitologías. (p. 116)
...