Trabajo Practico MAQUIAVELO “El Príncipe”
Enviado por Franco Mallat • 27 de Septiembre de 2016 • Informe • 1.250 Palabras (5 Páginas) • 802 Visitas
Trabajo Practico MAQUIAVELO “El Príncipe”
1. ¿Cuál es la concepción del “hombre” según Maquiavelo?
Podemos citar a Maquiavelo cuando escribe: “Puede decirse, hablando generalmente, que los hombres son ingratos, volubles, disimulados, que huyen de los peligros y son ansiosos de ganancias”. Maquiavelo define al hombre como un ser malo, débil, simple, necesitado, provechoso, entre otras cosas. Según Maquiavelo, el hombre siempre va a ofrecer todo lo que posee a aquel que no lo necesite, y al momento de necesitar esta oferta, dejará de existir. Asimismo, dice que el hombre une alianzas no por convicciones ni ideologías, sino por temor.
El hombre es aquel que se venga cuando la ofensa es “ligera”, aquel que ofende por miedo u odio, aquel que busca amistades donde hay dinero, poder o algún otro provecho del que pueda beneficiarse en algún momento.
Al hombre le interesa mas lo material que lo afectivo, tal es así que Maquiavelo recomienda al Príncipe no quedarse con los bienes de sus gobernados ni abusar de sus mujeres (las cuales a la época eran entendidas como pertenencias del hombre), y de esta manera explica que el hombre se olvida más rápido de la muerte de un familiar, que de la pérdida de sus bienes.
También especifica que algunos hombres se destacan de otros, no por ser “mejores” sino por sus mejores capacidades, es decir, aquellos que saben “engañar con arte” siempre encuentran a quien se deje engañar. En este sentido, da el ejemplo del Papa Alejandro VI.
Se podría decir que las características que Maquiavelo le atribuye a los hombres son despreciables, no obstante, algunas de ellas son necesarias en los Príncipes que quieran mantener su legado.
2. ¿Cómo define la política?
Maquiavelo define la política separada de lo religioso y lo filosófico. Lo político se independiza de dios y del “deber ser” y pasa a explicárselo como “es en sí” con esencia propia.
El autor hace una relación marcada entre la política y el poder, ya que no le interesa el bien común ni cuál sea la organización del Estado, (ya sea república o principado de cualquier tipo), mientras se encuentre bien ejercido el poder.
También a los factores que influyen en su adquisición y conservación, y ha de ser por eso que dedica sus consejos a un "príncipe nuevo" que tendrá que defender su poder frente a sus súbditos y a las potencias vecinas.
Así, se encuentran distintos consejos políticos en El príncipe que tienen como objetivo el mismo poder. Cuando se recomienda al príncipe tener medios de coacción disponibles, cultivar los vicios necesarios, ser más temido que amado, o ser a la vez el zorro y el león, no se le está señalando el camino a la eternidad, ni a la riqueza, sino al poder.
La tendencia de Maquiavelo es tomar la política de toda consideración y escribir acerca de ella como si fuera un fin, haciendo del poder ese fin que justifica cualquier medio necesario.
Para Maquiavelo La política tiene un ámbito propio y distinto; podrá haber política religiosa y política económica, pero el ámbito es específicamente político.
Así, lo político se definirá por la relación gobernante–gobernado; lo económico, por la relación entre rico y pobre, y lo religioso, por la relación de subordinación que tienen los hombres respecto de los sacerdotes como representantes de Dios en este ámbito, sea cual sea la religión (Dios–hombres).
3. ¿Cómo ve el uso de la fuerza?
Maquiavelo ve como indispensable el uso de la fuerza cuando se es Príncipe. La fuerza sería como uno de los pilares fundamentales para que un Príncipe pueda conservar su país, no solo haciendo uso de la esta contra sus enemigos en posibles guerras, sino también con sus gobernados.
Este autor, refiere al uso de la fuerza junto con la astucia como la fórmula casi perfecta para gobernar. En este sentido cita el ejemplo del león y el zorro, animales que poseen dichas cualidades respectivamente, cualidades que deben ser equitativas en un Príncipe, es decir, nunca ser más fuerte que astuto o viceversa.
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