Tragedia De Simon Rodriguez
Enviado por aswencar • 17 de Octubre de 2012 • 811 Palabras (4 Páginas) • 445 Visitas
Tragedia de simón rodríguez
En 1853 Rodríguez y su hijo José -a quien llama familiarmente "Cocho"-se trasladan desde Latacunga a Guayaquil, y a los dos meses de estar allí, se les une el joven Camilo Gómez, un amigo de José. Rodríguez firma un contrato con un tal Zegarra, para la refinación de esperma y fabricación de velas. La empresa fracasa y Zegarra le acosa para que le devuelva el dinero invertido.(183) En una breve carta al general José Trinidad Morán, escribe (26-XI): "Deseo a usted como para mí, salud para que no sienta que vive; distracción para que no piense en lo que es y muerte repentina para que no tenga el dolor de despedirse de lo que ama, y de sí mismo para siempre".(184)
Al día siguiente, huyendo de los acosos de Zegarra, zarpan Rodríguez, José y Camilo Gómez, en un pequeño barco proveniente de la bahía de Sechura, con la intención de dirigirse a la población de Lambayeque, en Perú, donde un francés le ha prometido un negocio a Rodríguez. A causa de un temporal, la embarcación será arrastrada por corrientes contrarias, se les acabarán los víveres y el agua, y navegarán a la deriva.(185)
A mediados de enero de 1854 desembarcan en una caleta de unos indígenas pescadores. Gómez narra: "Don Simón se encontraba grave. José se trasladó a una chata y sin decirnos nada nos dejó abandonados". Los pescadores les dan albergue durante tres semanas, y luego acompañan a Gómez a la población de Amotape, cerca de Paita (en el extremo norte de Perú), donde éste consigue que el párroco le proporcione dos caballos y diez pesos para ir a buscar a Rodríguez.(186)
Rodríguez y Gómez se encuentran en un lugar llamado La Brea, donde los socorre una tal Panchita Larrea, quien encuentra al primero "con una fuerte inflamación en el vientre y en tal estado de debilidad, que -dice- habría muerto en la jornada de siete leguas que tenía que hacer para llegar a Amotape."(187).
"Cuando Rodríguez y Gómez llegan a esta población, les salen al encuentro dos hombres que los dirigen a una casa desprovista de los más elementales servicios. "El cura -cuenta Gómez- había prohibido que lo visitaran los habitantes, porque había descubierto que era un hereje". Una señora caritativa prepara todos los días comida para el enfermo. Durante su lenta agonía, lo visitan las hermanas de un tal Manuel Gómez de la Torre, y dos jesuitas. "Don Simón, que estaba acostado, los miró con profunda indiferencia y se volvió del lado contrario, sin dirigirles la palabra."(188)
El 27 de febrero Rodríguez manda a llamar al cura del lugar, Domingo Sánchez. Narra Camilo Gómez: "Don Simón, tan luego lo vio, se incorporó en la cama, hizo que el cura se acomodara en la única silla que había, y comenzó a hablar algo así como una disertación materialista.(...) Recuerdo que manifestaba al cura que no tenía
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