Tren Turístico De La Sabana

La locomotora ha sido propulsora de un medio de transporte de principios del siglo XIX que se deslizo por los rieles del mundo hasta mediados del siglo XX cuando estuvo segura de haber marcado la historia después de avivar como un fuelle al fuego la denominada revolución industrial. Para las personas lo más lindo era el pito de la locomotora, cuando lo oían decían “¡viene el tren!”, salían a correr para tomarlo o para observarlo, este tren llevaba alegría a las personas en todo el territorio nacional por donde transitaba y ya tenían prácticamente los horarios estipulados. En gratitud o por la gran dependencia que supuso el hombre hacía su servicio nunca nos hemos detenido en la exploración de su evolución, el tren ha pasado por etapas de existencia a diesel y mecanismos eléctricos que superaron con creces el paso a 50 kilómetros por hora. Colombia permitió que mezquinos intereses de los transportadores hubiesen estado a punto de borrarlo, pero un grupo de “señores nostálgicos” lo impidió con argumentos de que esta era la mejor fuente de trabajo y que los ferroviarios de todo el mundo son privilegiados porque siempre han contribuido al crecimiento de las naciones, de las repúblicas donde está el ferrocarril. Todas las naciones tienen ferrocarril menos Colombia ya que cuando empezaron a llegar las flotas y tracto mulas lo fueron reemplazando por lo que a los grandes empresarios no les convenía el tren.

Este taller data de 1913. Eduardo Rodríguez fundador y gerente de Turistren explica que ellos hacen el mantenimiento de las locomotoras a vapor y de los coches de pasajeros. Hay en servicio cuatro locomotoras a vapor de las cuales una siempre está en reparación, cambio de bronces, cambio de tuberías y reparaciones necesarias a este tipo de máquinas, las otras tres están en servicio permanente, sacan el tren con una de las locomotoras, siempre se prende otra y se tienen dos prendidas durante el día por si a la primera le pasa algo, la otra sale a rescatarla.

Esta heroica empresa fue creada en 1954 por el gobierno sucumbió a la corrupción de los funcionarios que estuvieron a su cargo, ellos se dejaron seducir por sobornos que empresarios del transporte de carretera les ofrecieron para que el tren se estancara en su proceso de desarrollo y saliera de la competencia.

Cuenta la historia laboral de Ferrocarriles Nacionales de Colombia que un sindicato voraz lleno de prebendas alcanzadas con chantajes al gobierno, temeroso de que paralizaran el transporte de carga y pasajeros de entonces se volvió insostenible y la empresa financieramente inviable cerró en 1991 dejando a las locomotoras su capital más preciado destinadas a la chatarrización.

Según el fundador, la compañía data de 1992 cuando se reunieron unos amigos amantes de los trenes que resolvieron rescatar esos antiguos trenes a vapor que ya estaban en el olvido, compraron las locomotoras fuera de servicio y escogieron

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