Tu Mascota Es Muy Fuerte
Enviado por 28.93 • 26 de Febrero de 2015 • 738 Palabras (3 Páginas) • 212 Visitas
LA VIDA EN LA ESCUELA José Arenivar P.
LA DEFENSA El papel flotó en el pesado y cálido ambiente del salón de clases. Por azar la maestra Sofía levantó su mirada del texto que en esos momento leía con voz monótona y sedante - ¿Quién arrojó esa hoja de papel? -preguntó con timbre helado Nadie contesto, un silencio de negros presagios invadió el aula -¿Quién fue? -preguntó de nuevo. Sólo silencio nadie se movía. El metálico sonido de sus zapatos altos se escuchó mientras se dirigía hasta donde el papelucho se había posado, cerca de la ventana. Tomándolo en su mano, regresó al escritorio y con gestos teatrales ante la impaciencia de los alumnos lo miró; era un bello dibujo, en la parte superior un enorme corazón clásicamente atravesado por una flecha. En ambos lados aparecían dos nombres: Rosa María y Alberto. Bajo el corazón estaban dos silueta de forma humana completamente desnudos. Un hombre y una mujer. ¡Vaya, vaya! -exclamó la maestra Sofía-, ¡con que ésas tenemos! ¿Quién fue el autor de semejante tontería? ¿Fuiste tú, Alberto? Alberto se revolvió en la butaca, quiso decir algo pero las palabras le faltaron. La maestra atacó de nuevo:- ¿Acaso fuiste tú Rosa María? La chica, con ojos vidriosos no contestó, sólo bajo su mirada hasta el piso -¿Cómo es posible, que mientras yo explico un tema tan importante como es la revolución francesa, la caída de la monarquía de los Luises, los anhelos de libertad del pueblo francés, la lucha fraticida, ustedes estén pensando en otras cosas? Perdiendo el tiempo de una manera tan miserable con esas tonterías ¿Qué pensarán tus padres si vieran esto, Rosa. María? Tu madre se llenaría de vergüenza Y tú, Alberto, a tus dieciséis años no eres más que un muchacho inmaduro que sueña con ser hombre ¿Acaso te sientes capacitado para sostener una familia? ¿Ya tienes trabajo? ¿Serías a tu edad un padre responsable? Y ahora díganme, ¿quién hizo esta porquería de dibujo? Alberto no contestó, Rosa María tampoco. El salón se llenó de murmullos sordos adornados con una que otra sonrisa de burla. En vista de que no quieren confesar quién fue, me hacen el favor de presentarse a la hora del recreo en la dirección. La maestra Sofía continúo su clase y el papelito, prueba de las urgencias juveniles, fue a parar en la enorme bolsa de mano de la maestra A la hora del descanso los dos jóvenes se dirigieron a la dirección. La autoridad máxima del plantel ya estaba enterada del problema y pronto los hizo pasar a su despacho. Rosa María estaba a punto de llorar, con ojos angustiados buscaba la excusa, el perdón, y borrar de una vez por todas tamaña vergüenza. Alberto iba callado, aparentemente sereno. -Lo que pasó hoy en la clase de ciencias sociales merece una severa amonestación, su delito es grave jovencitos y esto lo tendrá que considerar el Consejo Técnico Escolar y deberá tomar una resolución. Por lo pronto quedan suspendidos hasta
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