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Tu Mascota Es Muy Fuerte


Enviado por   •  9 de Abril de 2015  •  981 Palabras (4 Páginas)  •  183 Visitas

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DESDE el ingreso de la República Popular China a las Naciones Unidas, ocurrido en la década de los años 70, se empezó a manejar en la Organización Mundial de la Salud el concepto de medicina "tradicional". Con este término se hace referencia a un conjunto muy heterogéneo de ideas sobre la enfermedad, de procedimientos diagnósticos y sobre todo de medidas terapéuticas, que constituyen el contenido de las medicinas conocidas también como "autóctonas", "indígenas", "populares" o "marginadas". Todas estas diferentes medicinas tradicionales tienden a contrastarse con la llamada medicina "occidental", que se identifica como la medicina científica, tecnológica y alopática actual. Gracias a una muy bien llevada campaña propagandista, el éxito del programa chino de medicinas "paralelas", que combina los recursos de ambas posturas en la atención a los problemas de salud de sus 1 000 millones de habitantes, es ahora conocido en todo el mundo.

En muchos otros países el equilibrio entre la medicina tradicional y la occidental es menos armónico, inclinándose casi siempre que el desarrollo socioeconómico y cultural lo permite del lado de la medicina científica y tecnológica, mientras que entre los grandes núcleos de población económicamente débiles de los países subdesarrollados lo que todavía prevalece son las medicinas tradicionales. La asociación entre la afluencia económica, el desarrollo de la cultura y la preferencia por la medicina occidental podría sugerir que las medicinas tradicionales pierden terreno frente a los embates de la ciencia y la tecnología, que poco a poco han ido sustituyendo al empirismo y a la imaginación sobrenatural por el conocimiento más sólido y objetivo generado por su famoso método "científico" de trabajo. Sin embargo, las cosas son mucho más complicadas e interesantes que eso.

En primer lugar, las medicinas tradicionales y la medicina occidental tienen mucho en común: la poderosa influencia psicológica de la presencia del médico (o curandero, naturista, mago, osteópata, brujo, balneólogo, yerbero, etc.) en la actitud mental del paciente ante su enfermedad; el uso de muchos procedimientos terapéuticos similares, sobre todo ante problemas tan antiguos como fracturas, hemorragias, heridas traumáticas, embarazo y parto, picaduras de serpientes, enfermedades de la piel y senilidad; la administración de numerosas sustancias de diversos orígenes y con distintos grados de pureza, de las que la inmensa mayoría no sirven para absolutamente nada, otras son venenos más o menos potentes, y unas cuantas tienen efectos farmacológicos y/o terapéuticos maravillosos; la historia natural de la enfermedad, que en muchos casos tiende a curarse en forma espontánea, frecuentemente a pesar de lo que médicos tradicionales y occidentales recomienden como tratamiento (la tendencia y los poderes intrínsecos del organismo para recuperar la salud se conoce desde principios de la historia y fue bautizada en latín como vis medicatrix natura; como todo en medicina, su existencia ha sido aceptada por muchos y negada por otros tantos a través del tiempo. En nuestro siglo, sus partidarios la conocemos como homeostasis y le conferimos un papel fundamental en la biología normal

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