Venas Abiertas

A más de quinientos años del descubrimiento de América y pese a las riquezas naturales y culturales que ostenta, América Latina es considerada un continente pobre y subdesarrollado.

¿Acaso América Latina es un continente menos desarrollado en comparación con Europa a consecuencia de la forma en que fue avasallada luego de la conquista por los países europeos? Luego de efectuar la lectura a la obra “Las venas abiertas de América Latina” de Eduardo Galiano, parecería que la respuesta a la interrogante es afirmativa, pues luego de la llegada de Cristóbal Colón al continente americano, se inició lo que vendría a ser la más grande masacre de la raza indígena, complementada con la explotación indiscriminada de sus recursos naturales, principalmente de los minerales como el oro y la plata. Paradójicamente, su riqueza fue motivo de su destrucción.

La conquista de América se logró no sólo por el desnivel de desarrollo entre ambas culturas, sino por el asombro que ocasionó la presencia de armas, caballos e incluso la fisonomía de los europeos que era distinta a la de ellos. Aparte de ello, el descontento y el rencor que existía entre los mismos indígenas, rencor que supieron explotar los españoles, ya que estos ganaron cómplices entre las castas dominantes; y por otro lado las bacterias y virus que trajeron los españoles, ya que los indígenas no pudieron afrontar la llegada de nuevas enfermedades, fueron factores determinantes de la conquista.

Al darse cuenta que América era rica en oro y plata, empezaron a diezmar a los indígenas, los despojaron de sus tierras, los obligaron a convertirse al catolicismo y, por si fuera poco, les despojaron de su libertad convirtiéndolos en sus esclavos, siendo trasladados - más de quinientos - a Sevilla para su comercio. España tomó totalmente el control y terminó por exterminar a los indígenas al mandarlos a trabajar en malas condiciones a las minas mediante la coerción y sin brindar beneficio a cambio, con la sola finalidad de extraer la mayor cantidad de estos minerales para provecho propio. Algunos indígenas mataron a sus hijos y comenzaron a consumir hojas de coca y aguardiente para librarse del padecimiento y del yugo español.

Al ya tener controlado el Nuevo Mundo, con el oro obtenido se empezó a construir iglesias majestuosas, los burgueses y la población en general, gastaron, gozaron y compraron sin pensar que la mina de oro se les acabaría en algún momento. Un ejemplo de ello fue Potosí en la actual Bolivia, la cual se convirtió en una de las ciudades más grandes en cuanto a población se refiere, se construyeron suntuosas iglesias, casa de juegos, salones, escuelas de baile, importaban sombreros de París, tejidos de Granada, las damas iban ataviadas de pedrería, diamantes y rubíes, los caballeros ostentaban paños finísimo de Bordados de Holanda. Las celebraciones no se quedaban atrás por cuanto las fiestas religiosas duraban varios días, como el del Santísimo Sacramento con seis días de comedía, seis días de máscara, ocho días de toros y tres saraos, dos de torneo y otras fiestas. Al acabarse el oro, Potosí se convirtió en uno de los lugares más pobres de la actual Bolivia. En conclusión, Potosí es la que más ha dado al mundo y la que menos tiene. La misma suerte corrieron los lugares que tuvieron las minas más grandes de Latinoamérica como Sucre, Zacatecas

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