Vida En La Mision De San Javier
Enviado por amaira • 18 de Enero de 2012 • 471 Palabras (2 Páginas) • 886 Visitas
Vida en la misión de San Javier
Desde hace dos años, para ser exactos en marzo de 1699, llegaron de la población de Loreto algunos soldados y nativos de la misión fundada ahí, dicen que la primera en el estado, estos venían acompañando al padresito Francisco María Piccolo, misionero de la orden de los jesuitas. Al principio yo no sabía a que venía por eso fui a averiguar, resulta que fundaría la misión de San francisco Javier.
Soy joven, pertenezco a la etnia Cochimí, en ese entonces todos recibimos gustosos a nuestros visitantes, no dijeron que volverían para construir una capilla provisional y habitaciones rústicas. Así fue, ese mismo año fue terminada la capilla y el padre Juan María de Salvatierra vino a bendecirla.
Pero ahora dejen les cuento mi función en la misión. Desde la llegada del padre Juan de Ugarte, que es muy talentoso en la agricultura y en la crianza de animales domésticos. Rápidamente me acerqué a él, y me invito a formar parte de su equipo de trabajo, acepté gustoso. En esta zona el agua es escasa, y para poder hacerla llegar a los cultivos construimos canales, también recolectamos muchas piedras, casi del mismo tamaño todas, esas sirvieron para hacer piletas, nunca me imagine formar parte de la realización de tan sofisticadas cosas sólo para que se regaran las plantitas.
Sembramos maíz, trigo, fríjol, caña de azúcar, uvas y árboles frutales. Me levanto antes de que salga el sol, voy corriendo con los animalitos, cada día se ponen más gorditos, les limpio como me dijo el padre y les doy la comida suficiente para ese día. De ahí doy el recorrido por la siembras, reviso que todo esté en orden, y verifico para cuando se podrá cosechar. Me siento afortunado por la responsabilidad que me ha dado el padre Ugarte, y la única forma de pagarle es siéndole fiel.
Veo que hoy la construcción de la misión esta creciendo, aunque creo que todavía le falta mucho tiempo para que sea definitivamente terminada, tengo amigos que recolectan la piedra, otros la tallan y finalmente otros la colocan para darle forma a la misión. Mi mujer pela a los animales, separa la rica carne y se guarda la piel para nuestras ropas. Todos los habitantes somos un solo equipo, hacemos nuestro trabajo con gusto, los misioneros nos han enseñado.
En la tarde, antes de ir a ordeñar, el padre Juan de Ugarte me platica sobre Jesucristo, me gusta mucho lo que me dice, también me enseña a rezar, para que yo pueda platicar con Dios, decirle todo lo que quiero y agradecerle todo lo bueno que me da en la vida.
Esta oración él se llama padre nuestro y es la que me acaba de enseñar:
Va-bappa amma-bang miarnu,
rna-rnang-ajua huit maja tegem:
amat-mathadabajua ucuem:
kern-rnu-jua arnrna-bang vahi-mang amat-a-nang la-uahim.
Teguap ibang gual güieng-a.vit-a-jua ibang-a-nang packagit:
-mut-pagijua abadakegem,
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