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Época De Dominación Española Y Norteamericana En La Educación De PR


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2013  •  5.383 Palabras (22 Páginas)  •  968 Visitas

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Época de Dominación Española y Norteamericana en la Educación de PR

La llegada de los españoles a Puerto Rico, trae también usos y hábitos relacionados con los estilos de vida y la cultura española. Fernando el Católico deseando ser diferente en su política decidió que a los niños de cada poblado en Puerto Rico se les ofreciera algún tipo de educación. El 20 de marzo de 1503 ordenó que se les ofreciera instrucción religiosa, lectura y escritura. A partir de esta orden y hasta varios siglos más tarde, todo lo relacionado con la educación estaba ligado a la cristianización y no se encontró ningún otro intento educativo por parte del gobierno. No obstante, la educación privada para las familias pudientes económicamente seguía un buen curso. De acuerdo a lo señalado por Coll y Toste, Cristóbal Colón recibe directrices de los Reyes Católicos reconociendo que los indios responderían mejor a los intereses de la Corona si los hijos de los caciques se incorporaban rápidamente a la cultura de los colonizadores.

En 1512 se creó la sede Episcopal de San Juan y fue nombrado obispo don Alonso Manso, quien tenía dentro de sus responsabilidades impartir algún tipo de educación, por lo que comenzó a enseñar la gramática española. La Escuela de Gramática, con posible sede inicial en la Villa de Caparra, se trasladó, en San Juan, al Hospital San Alfonso, el cual "por estar sin enfermos se usaba como escuela" (Coll y Toste, 1909, 13), mientras se construía la Catedral, luego al atrio sur de la Catedral y finalmente a la casa llamada de los Curas o Casa Parroquial (Cuesta Mendoza, 1946, 59). La Escuela de Gramática funcionó por más de doscientos años, sostenida por los diezmos de la iglesia y por donativos de algunos vecinos. El contenido curricular consistía de: lógica, dialéctica y retórica, aritmética, geometría, astronomía y música, con el latín como disciplina básica, además de la historia sagrada. También se impartían nociones de ciencia, arte, política, gobierno, filosofía y teología.

Para el 1522 se inició la construcción del convento de los Dominicos. Aquí se enseñaba gramática y arte liberales. Se aceptaban estudiantes de educación superior. Según el historiador don Aurelio Tió, en este convento y, por mandato del Papa Clemente VII, se fundó la primera universidad de Estudios Generales en América. Este relato fue tomado del documento papal titulado In Splendide die, fechado en 1532.

No se escribió más sobre educación primaria hasta el año 1688 en que el Obispo Padilla escribe al rey informándole que aunque en la Isla impera la pobreza, se ha continuado enseñando a leer, escribir, contar y la doctrina cristiana.

La educación pública no se conoció en la Isla durante los primeros siglos de colonización. Según aparece en las Actas del Cabildo de 1732, fue en una de sus reuniones que se acordó nombrar un maestro para que enseñara a leer, escribir y la doctrina a “los niños de los hijos y los vecinos”, por ser esto esencial. El cabildo de San Juan usó el término “escuela pública” a partir del 3 de noviembre de 1739. Dicho Cabildo nombraba maestros, pagaba sus sueldos y velaba por la educación gratuita y la enseñanza de calidad. En 1779, el Cabildo de San Juan se encargó, por primera vez, de abrir escuelas para niñas. Para esta misma fecha, los franciscanos también mantenían abierta una escuela primaria, por primera vez. El Cabildo de San Germán, también se ocupó de la educación pública a partir de 1797.

En el Directorio general publicado en 1770 para informar sobre la labor del Gobernador Miguel de Muesas, se hace mención de la educación pública en las áreas rurales de la Isla, organizando y reglamentando la instrucción pública en toda la Isla ; cuidando que el maestro fuera recompensado oportunamente y con regularidad; inclinando á los padres de familia á que enviasen primero un hijo y luego todos á la escuela. Un dato singular, para ese momento, es que mediante el Directorio de Muesas "se decretó oficialmente la integración racial en las escuelas públicas de Puerto Rico", pues éste "combatía el antagonismo de razas con el envío de mulaticos y negritos a la misma escuela de los blancos", según lo señalado por Coll y Toste (1910, 1G) para destacar el espíritu democrático del sistema de educación pública de la época. Añade Loida Figueroa (1970) que "en el mismo momento en que el Estado empezaba a tomar responsabilidades en cuanto a la instrucción, la disposición de Muesas se adelantaba los tiempos"

Una de las mayores dificultades para el desarrollo de la educación en Puerto Rico fue el marcado absentismo, dado que los estudiantes vivían lejos de los centros donde se ofrecían las clases, situación que continuó durante los próximos siglos, pues la mayoría "vivía a una distancia de dos o tres leguas. En 1805, don Toribio Montes, gobernador de la Isla estableció el decreto del 17 de septiembre, que aunque era parecido al de Muesas, decía que todos los niños de edad escolar debían ir a la escuela. Hace referencia a la necesidad de crear escuelas públicas para niñas. Más tarde don Miguel de la Torre echó abajo todos los esfuerzos de Montes.

Ilustre y bien querido fue el maestro Rafael Cordero. En 1810, mientras residía en San Germán, Cordero abrió una pequeña escuela para niños negros, mulatos y pobres. Su labor continuó al regresar a su ciudad natal, San Juan, donde estableció una escuela en una casa en la calle Luna. Su hermana Celestina, se cree, hizo más tarde un tanto con las niñas, ya que la instrucción se impartía por separado en la Isla, al igual que en el resto del mundo. La fama de la buena educación que el Maestro Cordero impartía en su escuela provocó que estudiantes de todas las clases sociales asistieran a su aula. Allí, mientras arreglaba zapatos y elaboraba cigarros para mantenerse, les inculcaba una educación cristiana y les instruía en materias como la Gramática, la Historia y la Aritmética. Fueron sus discípulos los líderes políticos y culturales Román Baldorioty de Castro, José Julián Acosta y Manuel Elzaburu, entre otros.

En el año de 1812 las escuelas de San Juan admitieron negros para que disfrutaran de la enseñanza. Hasta este año los negros habían estado desprovistos de educación formal.

Para la fecha de la Constitución Española de 1812 ya se estaba organizando en Puerto Rico la Sociedad Económica de Amigos del País, la que fue fundada en 1813 por el sub Secretario del Tesoro, Alejandro Ramírez. Durante su existencia, esta institución realizó incontables esfuerzos para organizar y fomentar la educación en Puerto Rico. Cabe destacar entre sus logros, la promoción y auspicios monetarios en la apertura de varios

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