A Propósito Del Poemario Cero Glamour De Markos Quisbert: La Vida Es Una Puesta En Escena
Enviado por 30121974 • 23 de Septiembre de 2013 • 955 Palabras (4 Páginas) • 590 Visitas
A propósito de Cero Glamour de Markos Quisbert:
La vida es una gran puesta en escena
Quisbert, Markos.
Cero Glamour. Poesía. Chile.
La liga de la Justicia Ediciones. 2011
El medio es el mensaje, eso es justamente lo primero que veo al internarme en las páginas de este libro, es lo primero que pienso cuando poco a poco los fragmentados personajes que componen el escenario de la poética de Quisbert se despilfarran en un maniático descalabro de imágenes y acciones y emociones y crímenes y carne y hedores en secuencia de fotos, pues no es un misterio que en la vida las cosas aparezcan replicadas por su propia escenificación y Cero Glamour, hace hincapié en esta simulación que es algo así como un sinónimo del miedo anda a saber tú a cuál de nuestros fantasmas posmos.
Markos Quisbert (San Marcos de Arica, 1981) utiliza un discurso centrado en los detalles que disfruta una sociedad acostumbrada a la producción en serie, a las sagas televisivas en horario prime, a los remake, a los clichés, a la multimedia, a la dictadura de la santísima moda, al predominio del plasma y sus ochentamil pulgadas de hiperrealidad, al discurso del SE, a la idealización del sexo, en fin; a la reproducción de la reproducción, a la hegemonía, al engaño. Como consecuencia de esto, la vida se nos sugiere en cada poema como reproducción de un ideal agazapado en los massmedia, el mensaje como una falsificación apetecible de nosotros y la virtualidad como experiencia sublime.
Se hacen evidentes los efectos execrables de desrealización producidos por las tecnologías de comunicación que forman parte natural del instante, de la nada sarteriana que se agudiza en la obra. Hipertrofia del lenguaje fragmentado y desvirtuado de la imagen que se reitera en apariencias. El hablante, a ratos desde una distancia que congela, nos confiesa que la realidad no es otra cosa que la simulación, la cual secreta el mundo real como producto suyo, eso escucho cuando leo “Población Lautaro” o “Apnea” o “Pasen, es su Turno”. La performance angustiante del instante en el tedioso transcurrir de la vida, la teatralización llevada al mero objeto y la carne como evidencia de lo grotesco. Cito:
“Un hombre se revienta los genitales con una granada en la tv./ Todo es un truco, como la mujer con la vagina llena de alambres y eso, chau….”.
Ver y ser vistos, esa parece ser la consigna en el juego translúcido de la frivolidad. No obstante, los paisajes, digo los recodos, digo los lugares comunes que se dibujan son prácticamente invisibles, personales, distópicos, patéticos, perversos, minimalista; densos a ratos como la atmosfera de un sueño sucio, de una suciedad que arde como herida en el secreto de la memoria, como una herida que se incendia en el imaginario colectivo de una sociedad reprimida, acallada, alienada en la teatralización
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