ACTO RECLAMADO

Actividad reglada y actividad discrecional de la administración

La función administrativa, en el cumplimiento de sus funciones ejerce siempre en mayor o menor grado, un poder de apreciación y cumple sus actos en mira a un interés superior: el interés público.

Esa actividad, en razón de su regulación puede ser:

A.-reglada o

B.-discrecional

Es reglada cuando existe una norma jurídica previa que determina y limita la conducta del órgano administrativo, no pudiendo la administración apartarse de lo que dichas normas le indican, es decir, debiendo someterse a ellas.

La norma prevé el hecho (hipótesis fáctica) y el acto administrativo que deberá ser consecuencia necesaria de éste.

Como ejemplo de ello podemos dar cita al "Régimen jubilatorio", donde ante la presentación del titular del beneficio, el órgano administrador tiene claramente establecidas las pautas para otorgar el acto administrativo que determinará la amplitud del beneficio en la forma consagrada por la normativa respectiva.

Otro ejemplo a exponer es el "Pago de una indemnización por expropiación". En éste caso, la ley que la disponga, determinará claramente los casos comprendidos, restando para el órgano administrador el análisis de las circunstancias de hecho para determinar si se encuentran o no contempladas por la norma.

Acto discrecional

En cambio el acto será discrecional cuando el órgano puede decidir si debe actuar o no y, en su caso, qué medidas adoptar, siempre dentro del marco legal general.

Esta apreciación es importante ya que indica que en la actualidad no es posible concebir el poder discrecional como un poder ilimitado o supra legal, sino concebido dentro del orden general y condicionado por el cumplimiento de una finalidad válida.

Desde el punto de vista del control de esa actividad (y esos actos), cabe recordar que, además del Control de legalidad, existe (coexiste) otra esfera de control como lo es el Control de Gestión.

Aquel, que importante doctrina prefiere denominar Control de Juridicidad, se realiza tomando como referencia parámetros normativos predominantemente estáticos y objetivos (leyes, decretos y normas en sentido formal), utilizando como fuente informativa el sistema administrativo y contable que es confrontada al esquema normativo.

En tanto, el Control de Gestión (merito, oportunidad y conveniencia) requiere contar con otros instrumentos tales como los registros financieros, contabilidad de costos y una multiplicidad de información que permita la elaboración de "indicadores de gestión".

En verdad constituye todo un desafío el intento de vincular ambas frecuencias de control con la finalidad de precisar cuál es la verdadera zona de reserva del administrador. Aquella

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