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jnhvgjh Evolución y adaptación al medio:

La adaptación de los seres vivos al medio es uno de los aspectos más destacados de las teorías de la evolución, en especial de las primeras ideas planteadas por Lamarck y Darwin. A lo largo de su historia evolutiva, las especies se adaptan a las condiciones del ambiente y este elemento impulsa el proceso de selección natural, llamado también presión selectiva.

Los cambios adaptativos que genera la presión selectiva se agrupan principalmente en tres tipos:

• Morfológicos o estructurales: corresponden a las características anatómicas; por ejemplo, el cráneo de las serpientes, que les permite devorar presas mucho más grandes que ellas; la falta de pelos en la piel de los delfines (los pelos ofrecerían mayor resistencia al agua).

• Fisiológicos o funcionales: ocurren a nivel molecular y se manifiestan en la fisiología del organismo. Por ejemplo, a pesar de su respiración pulmonar, las focas de Weddell permanecen inmersas en el agua durante varias horas a causa del enorme volumen de su sangre, rica en hemoglobina; esto favorece un mayor aporte de oxígeno, que es vital para los tejidos esenciales (el resto, como los músculos, puede funcionar anaeróbicamente).

• Etológicos o de comportamiento: son adaptativos debido a que afectan la supervivencia y el éxito reproductivo de una especie. Incluso, ante una nueva presión selectiva como la de la escasez de alimento, un cambio de comportamiento en un animal puede constituir una adaptación rápida e importante. Aprender a usar “utensilios” –por ejemplo, un trozo de roca para romper un huevo e ingerir su contenido- significa una mayor probabilidad de supervivencia. La adquisición de nuevas pautas de comportamiento proporciona, muchas veces, claras ventajas evolutivas.

La adaptación que consiste en la aparición de nuevos rasgos morfológicos o fisiológicos, de nuevas estructuras y funciones, se denomina anagénesis o progresión. Este fenómeno se rige por dos leyes:

• Ley del aumento de la complejidad morfofisiológica. Las estructuras y las funciones más complejas son de origen posterior a las estructuras y las funciones más simples.

• Ley de la continuidad evolutiva. Las formas intermedias o eslabones permiten un pasaje perceptible entre las especies iniciales simples y las finales más complejas.

Otros factores que pueden influir en la generación de un nuevo rasgo morfofisiológico son la de neotenia y la paidogénesis. La neotenia consiste en la persistencia de caracteres embrionarios en los adultos; por ejemplo la permanencia de branquias externas en algunas especies de salamandras. La paidogénesis es el alcance de la madurez sexual en un estado juvenil. Este fenómeno se evidencia en los seres humanos, porque los jóvenes alcanzan su madurez a una edad más temprana en comparación con individuos de generaciones pasadas.

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