Adelfa y sus mil historias que contar

Un lunes 13 de agosto  de 1984, comienza mi primer trabajo aquí en Medellín, como secretaria de inspecciones, escuchando  los problemas del barrio, como conflictos de pareja, maltrato intrafamiliar, humedades en las casas, invasiones siendo una de los casos más complicados ya que la gente se apropia de los enseres del municipio  o de particulares y tocaba desalojarlos sacándoles todos sus mobiliarios  y en algunos casos  era peligroso.

Aun sabiendo los riesgos que podía correr en muchas de las labores que tenía en mi puesto lo debía hacer pues necesitaba el trabajo para poderle dar buen porvenir a la Luz de sus ojos como ella lo expresa, mi hijo Iván Fernando Otalvaro Calle quien nació un  19 diciembre de 1974 en el municipio de Ituango (Antioquia) al igual que  Adelfa Calle Rivera la cual vino al mundo el 4 octubre del 1950.

Ella tenía muchas expectativas para un buen futuro por eso le dimos el permiso para que se viniera para Medellín, aunque no le puedo negar que nos dio mucha dolor saber que la teníamos de alguna manera tan lejos comenta su madre al recordar esos años cuando Adelfa se vino a estudiar un año como interna en San Andrés de Cuerquía  realizando cuarto de bachillerato, de ahí  se  pasó para el CEFA a terminar quinto y sexto.  

Al terminar la época de colegio trato de ingresar a la Universidad Antioquia a idiomas y no pudo, por eso se regresa a su pueblo natal, donde consigue un trabajo en la alcaldía en el que estuvo por cuatro años,  le ofrecieron un puesto en el Juzgado pero allí solo duro 7 meses, de hay comenzó a trabajar en el hospital del pueblo como administradora.

 Al poco tiempo del nacimiento de su hijo se va con su esposo para Yarumal, al tener 3 años de estar en este lugar se devuelve nuevamente para Medellín viviendo cerca de las Torres de Bombona, donde vive un momento muy duro pues su esposo la deja por otra persona sin importarle que su hijo estaba todavía muy pequeño.

En ese momento mi vida dio un giro de 360° pues solo se ocupaba de ser una buena ama de casa, cuidar a su hijo y tratar de mantener contento a su ex esposo, le toco volver a trabajar, estar pendiente de Iván Fernando y mantener bien la casa.

Entrar a este trabajo como secretaria, no fue muy complicado pues aprobé los exámenes que correspondía y fuera de eso tenía una muy buena rosca política que en esa época era algo esencial.

Un claro ejemplo de lo peligroso que podía ser era  cuando se desalojaron unos indigentes en la parte del hueco, solo  íbamos  la inspectora y yo y nos tocó salir corriendo porque nos estaban tratando mal y nos decían que ellos en la calle nos reconocían y que sabían cómo las iban hacer las cosas.

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