Aldous: tus angustias y las mías
Enviado por Le Ténia • 6 de Septiembre de 2016 • Ensayo • 2.723 Palabras (11 Páginas) • 265 Visitas
Nicolás Munévar
Aldous: tus angustias y las mías.
Recuerdo alguna vez haber escuchado, en una tarde hablando de un poeta Colombiano y desconocido un poco de antaño, el maestro Carlos Ramos, ante el escepticismo de dos estudiantes, decir “Puede ser que el agrado, y la forma en la que logra moverme ese poeta, no hace caso a más que unas angustias en común, de nuestra época, la de él y la mía.” A lo que uno le respondió “las angustias, en el humano y más en la poesía, siempre han sido las mismas. Solo cambia la forma en la que se les aborda.”. Y creo que algo podría relacionarse con Un Mundo Feliz, de Huxley. La forma en que sus angustias siguen presentes, y son válidas hoy en día. Lo que cambia es la forma en la que se abordan las angustias. De la misma manera podríamos tratar el tema de qué tiene que ver la novela ficticia de Huxley con el mundo contemporáneo de nuestras angustias, y el mundo contemporáneo de las angustias de Huxley, o mejor dicho, de la forma en que él y nosotros abordamos esas angustias. En esta segunda afirmación, de que de la misma manera podríamos tratar el tema ficción VS realidad, me refiero a las angustias, en este caso, que ha tenido la literatura, y nuevamente la poesía. Esta angustia es la de la autobiografía. “Todo arte es autobiográfico”, diría por ahí un tal Hinojosa (como muchos), y en esa medida, también lo es la poesía. ¿Dónde está entonces, la diferencia de angustias, o la diferencia a la hora de abordar esas únicas e inherentes angustias que acompañan la literatura? En de qué manera es éste autobiográfico. Usualmente se toman tres pilares para separar las angustias: la primera, y más obvia, el texto explícitamente autobiográfico, u “oficialmente” autobiográfico; el segundo, (siguiendo un orden que parece ir de lo más explícito a lo menos, este sería el intermedio) es usualmente usado para explicar la novela, aunque es tan válido para la novela como para la poesía, igual que el tercero, y es, simplemente, que si bien el relato es ficticio, están plasmados allí las angustias íntimas, sacadas de vivencias propias del autor, como contestaría Tomás González a la pregunta de si sacaba personajes de la vida real –hacían referencia al personaje esquizofrénico de Temporal, y la similitud entre Clarita, su hermana, y una de las hermanas de Horacio– “Simplemente es imposible no hacerlo, porque a fin de cuentas lo que va en mis novelas es una traducción a la ficción de lo que es mi vida, y de lo que he vivido. Así que sí, y en esa medida todas mis novelas son autobiográficas, aunque ficticias.”, en la poesía, esta segunda, usualmente es tratada como el modo autobiográfico expresionista y la tercera, realista; la tercera se puede ilustrar muy bien de la manera en la que lo hizo Thomas Mann en una de sus novelas, en donde un rey, en tiempos de ferias, decide hacer un concurso de versos, donde podía participar todo individuo perteneciente al reino –exceptuando a los esclavos– que estuviesen presentes. El ganador, gana con un complejo de sonetos sobre lo bella y alegre que es la vida, haciendo referencia al placer del vino y las mujeres, del triunfo en las batallas y el sentimiento de riqueza, el amor por los hijos y la familia, y la dicha enriquecedora de viajar y conocer todo el mundo. Al entregarle el trofeo y el premio en plata, el rey –orgulloso del talento literario que había brotado de su reino– invita al poeta a tomar una copa de vino y hablar con él. El rey le expresa lo maravillado que estaba con la verdad que había escrita en el complejo sonetos, y todas las experiencias que allí había, y le pregunta cómo carajos había hecho para haber vivido tantas cosas, siendo el tan joven humilde, y por qué no había escuchado antes de sus proezas. A lo que el poeta le respondió que, por el contrario, nada de lo que allí había escrito lo había vivido, que nunca había gozado de los exquisitos placeres de la mujer y más bien poco le agradaba el vino, que nunca en batalla gloriosa había luchado y su familia nunca había obtenido riquezas, y si acaso salía de vez en cuando del pequeño pueblo de donde venía. “Y dudo que un poeta deba hacer más”, afirma, argumentando que el trabajo del poeta es observar, y que todo lo que había escrito en sus sonetos no era más que lo que él veía e interpretaba de la vida de los demás, de las que él era observador, de sus goces, derrotas y proezas.
En este tercer ejemplo, bellamente ilustrado por un resumen de aquel capítulo, se puede apreciar la pureza de la poesía realista ¿y cómo se ve ahí la forma autobiográfica? En que no deja de ser las angustias del poeta respondidas en la forma en que interpreta lo que ve, un reflejo de traducción biográfica a través de los demás, y de paso un éxito seguro, pues los demás también se verán identificados con lo que leen, sin dejar de ver una diferencia entre, nuevamente y esta vez a nivel general, no literario, sus angustias, y la forma de abordar estas angustias. Es, diría yo uno de los mejores ejemplos para tratar la pregunta inconsciente que formula el psicoanálisis, con la que se desarrolla el proceso de individuación, según Fromm, con la que interactúa el síntoma a través de la intersubjetividad con otros síntomas, según Lacan, y con la que se crece intelectual y humano a través de la lectura y la re lectura, puesto que a medida que pasa el tiempo, la pregunta o “la forma de abordar estas angustias” cambia, según Zuleta y Borges, y la forma en la que nos relacionamos traduciendo a nuestras autobiografías y nuestras formas de abordar las angustias, con las traducciones autobiográficas de otra forma de abordar esas mismas angustias, según el dilema de la lectura de Nietzsche. Pero de estos últimos no hablaré por ahora, pues daría la impresión de que me estoy encaminando por las ramas, -que ya empieza a sentirse así- pero no se preocupe, sé a dónde voy con esto y lo útil que puede ser para organizar lo que viene a continuación.
Partiendo de lo que acabo de plantear, podríamos afirmar que Un Mundo Feliz es un acontecimiento necesariamente autobiográfico. Esta novela podría representar, entonces: una metaforización de las angustias de la contemporaneidad de Huxley, y del mismo Huxley, de dos maneras; Huxley y la forma en la que percibe y aborda la sociedad (lo que observa como espectador crítico), y lo forma en la que vive Huxley, poniendo ahí momentos de su vida. Cabe recordar que, entonces, la ciencia ficción es nada más que una interpretación de la realidad, o una metaforización de esta, que necesariamente va a tener unas bases –consciente o inconsciente mente desde el autor– reales, biográficas de la contemporaneidad. Esto nos puede llevar a creer poder afirmar que todo lo que acontece en Un Mundo Feliz, no es más que una interpretación de la forma en la que Huxley percibía la contemporaneidad y sus angustias, pero al mismo tiempo, siendo esto ni más ni menos que una de muchas formas de abordar esas angustias que son las mismas que nosotros padecemos, tendría el potencial de ser un libro humanamente universal (como lo serían las tragedias), aunque solo potencialmente; en teoría podría llegar a…. Y en esa medida lo que escribe Huxley podría ser también una metaforización de nuestra contemporaneidad, y aunque no lo fuera, el mero acto de leerlo es una traducción de esa forma de abordar esas angustias, a nuestra forma de abordar nuestras angustias, de forma que seguiría siendo válido.
...