Amores prohibidos
Enviado por giletta • 12 de Noviembre de 2012 • Resumen • 358 Palabras (2 Páginas) • 538 Visitas
Amores prohibidos
Sandra, una adolescente de 17 años y Roberto, un chico de 20 años que oficiaba de albañil, se habían conocido en un baile al que ella había ido junto a sus hermanas. Fuera de ese lugar se encontraron varias veces hasta que Roberto la invito a salir. Todo iba bien hasta que los padres de Sandra se opusieron: tenían arreglado que Sandra se casaría con Ricardo, un joven empresario. Sandra se negaba, pero sus padres, para convencerla, decían que con Roberto no iba a tener un ingreso estable para mantenerla, que en cambio con Ricardo iba a tener un futuro asegurado. La joven defendía a toda costa su relación con Roberto, pero su padre, cansado de la actitud que tenia su hija, en una de tantas discusiones, le pego una cachetada. Ella busco refugio en los brazos de Roberto, su gran amor. Él la contuvo y le dijo que todo iba a estar bien, que nunca la dejaría sola. Todo parecía mejorar, pero los padres de la joven no se rindieron y terminaron obligándola a que se case. Pasaron los años, Sandra se caso con Ricardo y tuvo tres hijos y por su lado Roberto tuvo también dos hijos. Sandra quedo viuda a los 70 años y se fue a vivir a un asilo. Entre sus pertenencias encontró el borrador de la ultima carta que le mando a Roberto, y recordó que no había recibido respuesta. Todos los días recordaba a ese amor de la juventud. Un día un ancianito entro al asilo. Era Roberto. Él siempre guardo la ultima carta que Sandra le mando y la tuvo presente en su corazón. En el desayuno, Roberto se topó con una mujer, alzo la mirada y vio los ojos de Sandra, esos inolvidables ojos. En un instante supo que era ella. Era tal la emoción que sintió que no dudo en hablarle. Ella reconoció la voz de Roberto, supo que era él. Pasaron muchos meses juntos hasta que a Sandra le detectaron cáncer, no tenia muchas expectativas de vida. Roberto cumplió con su prometido, nunca, ni en el mas mínimo instante, soltó su mano, nunca, la dejo sola…
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