Analis De "cambiar La Escuela" De Portlan
Enviado por malesama • 10 de Octubre de 2013 • 1.552 Palabras (7 Páginas) • 261 Visitas
Análisis interno
El capítulo 5 del texto de Porlán. Cambiar la escuela, nos entrega una mirada crítica de la práctica actual del curriculum, apuntando a las problemáticas recurrentes y las creencias implícitas de los profesores con respecto a la enseñanza. Y nos presenta alternativas curriculares que puedan subsanar las posibles debilidades y problemáticas de la práctica actual y estrechar la relación entre la teoría y la práctica educativa.
Para entender la función del curriculum hay que comprender que el modelo didáctico, en el cual se sustenta este, sólo nos informa, describe y explica una realidad a intervenir pero no debe ser tomado de manera lineal, sino debe ser reelaborado de acuerdo a los problemas específicos de la enseñanza, considerando qué es conveniente aplicar en la práctica educativa.
El curriculum tradicional se centra específicamente en los contenidos, la enseñanza se traduce en la transmisión verbal de los contenidos y en la memorización de estos por parte de los alumnos. El diálogo, la aplicación y actividades prácticas quedan relegados a momentos esporádicos.
Esta imagen prototípica de la enseñanza tiene una razón fundamental, y es que enseñamos así porque desconocemos otra forma de enseñar, porque así aprendimos nosotros, así nos enseñaron y por ende, no sabemos cómo cambiarlo, porque las condiciones en las que se enseñan tampoco favorecen ese cambio.
De acuerdo a las creencias implícitas de los profesores, es decir, a lo que el docente “supone” qué es lo correcto hacer, el curriculum tradicional no es percibido como una opción entre varias otras sino como la única opción, pues es la conocida, aceptada y aplicada mayoritariamente, aunque al someterla a un análisis riguroso presenta importantes deficiencias en cuanto a la falta de actualización científica y su estructura antidemocrática, contraria a los principios de una sociedad.
Pero existen dos tendencias alternativas al curriculum tradicional que entregan una serie de aportaciones valiosas que es necesario considerar para subsanar ciertos problemas de este curriculum; una es la tendencia tecnológica, la cual aborda el problema de la simplificación del curriculum tradicional que genera una reducción del proceso didáctico y metodológico, el cual se debe centrar en el aprendizaje real de los alumnos. La otra es la tendencia espontaneísta que aborda el problema de la enseñanza autoritaria que sustenta el curriculum tradicional, el cual apunta a un adiestramiento y subordinación por parte de los alumnos, lo que obstaculiza su desarrollo autónomo.
La perspectiva tecnológica se centra en los objetivos y representa un cierto deseo de desarrollar una planificación más rigurosa, completa y, sobre todo, eficaz. Privilegia los objetivos por sobre los contenidos lo que indica una visión más compleja del conocimiento que la que transmite el enfoque tradicional, pues este permite al docente replantearse y cuestionar las metas a conseguir. En relación al aprendizaje, pretende que el alumno no aprenda mecánicamente, pasivamente sino asimile de manera activa el auténtico significado de los conceptos. Pretende, también realizar una evaluación objetiva del progreso de los alumnos promoviendo la recuperación de los aprendizajes no exitosos.
Si bien la tendencia tecnológica aporta un conjunto de criterios racionales para planificar con rigor la intervención, olvida la necesaria incorporación de los alumnos al conjunto del proceso. Asegura una dirección del aprendizaje, pero prescinde de criterios relativizadores, que permitan relacionar las experiencias de los alumnos con los significados obtenidos en el aula.
Por su parte el enfoque espontaneísta es más activista, pues se centra en los alumnos, le da mucha más importancia a estos que el curriculum tradicional.
Según esta perspectiva el proceso de enseñanza aprendizaje tradicional otorga poder y dominación al docente, es éste el que decide qué enseñar, cómo y qué aprenderán los alumnos, lo que provoca una sumisión por parte de los estos o una abierta hostilidad que afecta la dinámica de la clase, pues esta forma de enseñar impide que los alumnos participen activamente del proceso, que sean protagonistas del proceso.
El enfoque espontaneísta propone un cambio sustancial de perspectiva, ya que sitúa al alumno en el centro de la enseñanza pues de esta manera puede expresarse, participar y aprender de manera más espontánea y natural, de acuerdo a sus intereses y necesidades. El papel del docente de acuerdo a este enfoque, es de coordinador de las actividades que vayan surgiendo, orientando, facilitando recursos, solucionando problemas y favoreciendo la participación y comunicación de todo el alumnado.
Si bien este enfoque aporta una visión democratizadora de la dinámica escolar, olvida el carácter intencional de la enseñanza y la necesaria orientación que el profesor ha de ejercer. Pretende que los alumnos sean protagonistas de su aprendizaje, pero ignora que para ello es necesaria una adecuada dirección por parte del profesor.
La idea no es sustituir una estructura autoritaria de enseñanza por
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